El taxi y las ciencias exactas
Acabo de saber que este fin de semana, en Barcelona, se celebra el primer sal¨®n del taxi de Espa?a. Se llama Firataxi (un nombre de lo m¨¢s adecuado), est¨¢ organizado por el sector y se calcula que recibir¨¢ a m¨¢s de 12.000 visitantes. (Supongo que en su mayor¨ªa, taxistas.) Seg¨²n leo, durante estos dos d¨ªas se les impartir¨¢n cursos gratuitos sobre "c¨®mo mejorar el servicio". Me imagino, pues, que los que no se apunten a los cursillos ser¨¢n los que ya ofrezcan un servicio impecable. Porque, cuando alguien te tiene que explicar lo que es un buen servicio, malo. Me recuerda el asunto del famoso y medi¨¢tico im¨¢n de Fuengirola. Que se tuviese que apuntar a clases de derechos humanos no era muy tranquilizador. Al contrario. Lo normal es que no le hubiesen hecho falta. Pero, ya que la feria quiere que tengamos mejor servicio, quiero contribuir, desde estas humildes l¨ªneas, a esta mejora.
En la ventanilla trasera de algunos de los taxis que cojo con incre¨ªble placer para o¨ªr un poco la radio, hay un cartel de color amarillo que hace sufrir mucho a las personas quisquillosas y avinagradas como yo. Se trata de una serie de "Buenas pr¨¢cticas del usuario del taxi". Han sido redactadas por alguien del Ayuntamiento de Barcelona y del Instituto Municipal del ¨ªdem. Se trata de cinco recomendaciones "a la hora de encochar y desencochar". Algunas de ellas no est¨¢n mal. Por ejemplo, nos dicen que "para nuestra comodidad llevemos siempre el tel¨¦fono de un operador de taxi" o que "dejemos el coche tan limpio como lo hemos encontrado" (por lo que, a partir de ahora, habr¨¢ que llevar en el bolso ambientadores en forma de abeto). Tambi¨¦n nos dicen que "en general, pidamos que el taxi se pare all¨ª donde genere menos problemas circulatorios".
La cuesti¨®n es que una de las recomendaciones no se puede cumplir sin que el taxista te eche a patadas de su noble veh¨ªculo. Dice que "procures llevar el importe del viaje lo m¨¢s exacto posible". Y si dice eso, dice eso y no dice otra cosa. No dice que procures facilitar el cambio al taxista. Y, desde luego, no dice que procures pagar el importe exacto. (Eso podr¨ªa propiciar que las personas cumplidoras como yo dejasen de dar propina.) Llevar el importe del viaje "lo m¨¢s exacto posible" es algo totalmente distinto.
Supongamos que un taxista me lleva a Firataxi y la carrera sale por 11 euros. Yo llevo un billete de 10, otro de 5 y otro de 50. Por lo tanto, "lo m¨¢s exacto posible" ser¨¢ darle el de 10. Eso supone un euro menos de lo que cuesta la carrera. Pero, por supuesto, darle 10 euros es "m¨¢s exacto" que darle 15, que son cuatro euros m¨¢s de lo que ¨¦l me pide. Si la carrera fuese de 11,20 y mi objetivo fuese facilitarle el cambio, podr¨ªa darle 15,20. Pero mi objetivo no es ese, sino darle el importe del viaje "lo m¨¢s exacto posible". El problema se complica con carreras m¨¢s caras. Si llevo s¨®lo un billete de 50 y otro de 5 pero la carrera me ha costado 20 euros, ser¨¢ m¨¢s exacto darle cinco que darle cincuenta.
Procurar dar el importe "lo m¨¢s exacto posible" es como intentar que alguien est¨¦ "lo m¨¢s muerto posible". Se est¨¢ muerto y se es exacto o se est¨¢ vivo y se es inexacto. Por eso, la ¨²nica soluci¨®n que se me ocurre es que el Instituto Municipal del Taxi me contrate a m¨ª para escribir sus futuros carteles. No hace falta decir que, para ello, pienso pedir un tal¨®n "lo m¨¢s abultado posible". Y, ya puestos, retocar¨¦ tambi¨¦n ese otro cartel que el otro d¨ªa vi en un taxi de Madrid en el que se lee: "No se facilita cambio de 30 euros". Si ustedes se preguntan a qu¨¦ viene esto, se lo dir¨¦. Antes de la entrada en vigor de la moneda ¨²nica, en el cartel pon¨ªa -con buena l¨®gica- que no cambiaban billetes de 5.000 pesetas. Y claro, 5.000 pesetas son 30 euros aunque no exista "exactamente" el billete de 30 euros.
moliner.empar@gmail.com
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