El Gobierno franc¨¦s cede a la presi¨®n de la calle y retira el contrato para j¨®venes
Sindicatos y estudiantes cantan victoria tras 10 semanas de movilizaciones en Francia
Como hab¨ªa prometido, resisti¨® hasta el final. Pero ayer, finalmente, el primer ministro franc¨¦s, Dominique de Villepin, se vio forzado a retirar el pol¨¦mico contrato de primer empleo (CPE), que precariza el trabajo de los j¨®venes. El presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, hab¨ªa decidido poner fin a una crisis de 10 semanas y decenas de manifestaciones multitudinarias. Villepin sale muy debilitado de este pulso pol¨ªtico, y su rival en la derecha, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, reforzado. Los sindicatos, que han conseguido mantener la unidad, cantaron victoria.
A primera hora de la ma?ana, tras un largo fin de semana de alta tensi¨®n en el seno de la mayor¨ªa conservadora que gobierna en Francia, Dominique de Villepin recorr¨ªa el trayecto que separa la sede del Gobierno, en el hotel de Matignon, y la de la presidencia de la Rep¨²blica, en el palacio del El¨ªseo. La visita era puro protocolo, porque su suerte estaba echada. El CPE, su particular apuesta contra el desempleo de los j¨®venes menos cualificados, elaborada sin consultar con los sindicatos y aprobada contra viento y marea por medio de un decreto-ley, desaparec¨ªa. Chirac decid¨ªa dar la raz¨®n a Sarkozy y a buena parte del partido en el poder, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), temeroso de ver esfumarse sus posibilidades en las elecciones presidenciales de 2007.
Mientras Villepin cruzaba el Sena de vuelta a Matignon, el El¨ªseo anunciaba la decisi¨®n de Chirac de "reemplazar" el CPE con "un dispositivo a favor de la inserci¨®n profesional de los j¨®venes con dificultades" para entrar en el mercado laboral. El primer ministro hab¨ªa conseguido, al menos, ser ¨¦l quien explicara la muerte del CPE -un contrato para menores de 26 a?os que permit¨ªa el despido sin justificar durante los primeros 24 meses- en sus propios t¨¦rminos, esto es: recurriendo a la sem¨¢ntica para no pronunciar la palabra "retirada". Sus rasgos angulosos, acentuados por el cansancio y su expresi¨®n sombr¨ªa no dejaban la menor duda de cu¨¢l era su estado de ¨¢nimo.
Falta de comprensi¨®n
Las manifestaciones de estos ¨²ltimos meses "ponen en peligro la seguridad", dijo. "Las condiciones necesarias de confianza y serenidad no se re¨²nen ni del lado de los j¨®venes ni del de las empresas", a?adi¨®. Por esta raz¨®n, hab¨ªa propuesto Chirac reemplazar el art¨ªculo 8 de la ley de igualdad de oportunidades, que crea el CPE. Lament¨® "no haber sido comprendido" y justific¨® su intento de reforma laboral porque quiso proponer una "soluci¨®n fuerte" y "actuar r¨¢pidamente" contra la "situaci¨®n dram¨¢tica" en que se encuentran los j¨®venes sin empleo. "Esto no ha sido comprendido, y lo lamento", a?adi¨®.
El CPE ser¨¢ reemplazado por una serie de medidas destinadas a favorecer la inserci¨®n en el mercado laboral de los j¨®venes con dificultades. La ley que incluye estas medidas fue presentada ayer mismo en el Parlamento. Se trata de una versi¨®n revisada y mejor financiada de cuatro f¨®rmulas ya existentes de contratos juveniles subvencionados, cuya aplicaci¨®n costar¨¢ al erario p¨²blico 150 millones de euros en 2006 y 300 millones en 2007, seg¨²n explicaron los jefes del grupo de la UMP en la Asamblea Nacional, Bernard Accoyer, y en el Senado, Josselin de Rohan.
Nada m¨¢s conocerse el triunfo sobre el Gobierno comenzaron a abrirse las primeras grietas en la corriente contestataria. Otro problema, ahora, ser¨¢ cerrar la caja de Pandora del movimiento estudiantil, que en una parte considerable se resiste a la desmovilizaci¨®n.
Las 12 organizaciones que formaban el frente anti-CPE, entre las que se encuentran las cinco grandes centrales sindicales y las principales organizaciones de estudiantes, se reunieron ayer por la tarde en la sede de la CGT en Montreuill para felicitarse por el ¨¦xito y decidir la postura a tomar. Pronto se vio que la unidad mantenida durante las 10 semanas de crisis empezaba a resquebrajarse. La CGT quiere seguir en la ola y protestar contra otro contrato precario, el Contrato Nuevo Empleo (CNE) promulgado por el Gobierno el pasado verano para empresas de menos de 20 trabajadores, que en su momento pas¨® sin problemas. Al final, los sindicatos decidieron mantener la convocatoria de manifestaciones para hoy.
La patronal, que durante toda la crisis ha mantenido una actitud ambigua y a menudo contradictoria -explicable en parte porque no todos los sectores contemplaban del mismo modo esta nueva herramienta laboral, y por otra porque la demonizaci¨®n de los empresarios, dibujados por los sindicatos y los estudiantes como unos actores intr¨ªnsecamente nocivos para los trabajadores y ajenos a los problemas de la sociedad francesa-, ahondaba a¨²n m¨¢s la fractura social y aplazaba sine die la necesaria reforma laboral. Medef, la principal patronal, manifest¨® su deseo de que la nueva proposici¨®n de ley "marque el fin de una crisis que ha da?ado la credibilidad" de Francia.
La larga agon¨ªa del chiraquismo
Las v¨ªctimas del CPE son el presidente, Jacques Chirac, y su protegido, el primer ministro Dominique de Villepin. Al primero, ya en el ¨²ltimo tramo de su carrera pol¨ªtica, le queda muy poco por salvar. El revolc¨®n que sufri¨® hace casi un a?o cuando los franceses dijeron no a la Constituci¨®n europea se?al¨® el agotamiento de su cr¨¦dito como gobernante. Pero el modelo pol¨ªtico franc¨¦s hace casi imposible renovar el Ejecutivo, si eso no pasa por un cambio en la presidencia de la Rep¨²blica.
La agon¨ªa del chiraquismo se anuncia larga y penosa. Si en el espacio de 10 meses se han producido dos rebeliones -la de las barriadas y la de los estudiantes-, un a?o m¨¢s podr¨ªa dar mucho de s¨ª. Mientras tanto, la derecha gobernante se mueve tan s¨®lo por impulsos electoralistas. Nicolas Sarkozy, el gran beneficiario de esta crisis, podr¨ªa encontrarse pronto en una situaci¨®n complicada si Villepin dimitiera y Chirac, en una ¨²ltima jugada maestra, le ofreciera hacerse cargo del Gobierno.
La UNEF, el sindicato universitario, ya apuntaba ayer lo que emanaba de sus bases, que hay que "mantener la presi¨®n" hasta el voto del Parlamento. De algunas facultades tomadas, donde los comit¨¦s de huelga se han hecho con el poder real, donde los alumnos ocupan de forma permanente los paraninfos, los mensajes que llegaban ten¨ªan ya el aroma radical de una revoluci¨®n en toda regla.
"No nos quedaremos aqu¨ª", dec¨ªa un l¨ªder estudiantil en Rennes, uno de los centros de esta revuelta. "Es el sistema el que hay que destruir, es el capitalismo el que no funciona".En otros lugares imperaba la voz del pragmatismo. Muchas universidades han vuelto al trabajo. El espectro de los ex¨¢menes, de la p¨¦rdida de curso, del deterioro del curr¨ªculo, en fin, de todo lo que les servir¨¢ para poder integrarse en la sociedad. Porque el CPE contra el que se han levantado estos estudiantes no les estaba destinado, se dirig¨ªa a los j¨®venes sin preparaci¨®n de las barriadas donde el desempleo llega al 50%. Los titulados universitarios tienen una tasa de paro del 8%.
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