Cambio de planos
Arquitectas. Cada vez hay m¨¢s proyectos con firma de mujer. Las profesionales espa?olas se hacen visibles. Teatros, museos, edificios oficiales y viviendas llevan su sello. Ganan premios y reconocimiento internacional. ?stas son algunas de las mejores.
Un buen n¨²mero de las obras arquitect¨®nicas m¨¢s interesantes del momento y de las construidas en Espa?a en los ¨²ltimos a?os (edificios oficiales, teatros, viviendas sociales, hoteles, auditorios o palacios de congresos) est¨¢n firmadas por mujeres. Algo impensable hace 20 a?os. Ha sido una eclosi¨®n, una irrupci¨®n llena de fuerza de las arquitectas en un mundo tradicionalmente de hombres, y en el que las pocas mujeres que destacaron en el pasado fueron fagocitadas por la fama de los genios con los que estuvieron emparejadas.
Pero como si se hubiera tocado a rebato, proyectos, concursos, obras y revistas de arquitectura se siembran de nombres de mujer. Es el caso de edificios como la impactante casa del agujero, con su gran vac¨ªo en el centro, realizado por Blanca Lle¨® y MVRDV en Madrid; las viviendas sociales de la S-20 de Sevilla, de Fuensanta Nieto y Sobejano, cuyas fachadas diagonales reflejan la luz cambiante al paso de los autom¨®viles, o el mercado barcelon¨¦s de Santa Caterina, de Miralles y Benedetta Tagliabue, con su espectacular y colorista cubierta ondulada, que se exponen en estos momentos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en una selectiva muestra de la nueva arquitectura realizada en Espa?a en los ¨²ltimos a?os.
"La del F¨®rum es una pasarela compleja, muy ingenieril" (Mamen Domingo)
"Ahora me siento m¨¢s segura proyectando, antes ten¨ªa muchos fantasmas" (Beth Gal¨ª)
"El trabajo en la obra es lo m¨¢s bonito de la profesi¨®n" (Mar¨ªa Jos¨¦ Aranguren)
"En arquitectura soy todav¨ªa una ni?a, una adolescente..." (Benedetta Taglibue)
"No hay un antes y un despu¨¦s de San Chinarro" (Blanca Lle¨®)
"Me gusta trabajar a tres bandas: proyecto, obra y concurso" (?ngela Garc¨ªa de Paredes)
Es muy probable que hoy Le Corbusier se hubiera sentido bastante inc¨®modo con la respuesta que dio a Charlotte Perriand cuando la arquitecta le propuso colaborar con ¨¦l: "Desgraciadamente, en este taller no bordamos cojines". Frase memorable aunque fuera pronunciada en 1927 y por un genio de la arquitectura. Claro que, ese mismo a?o, Perriand empez¨® a trabajar con Le Corbusier, y pronto, adem¨¢s de su amante, ser¨ªa su socia. Una colaboraci¨®n que durar¨ªa 10 a?os.
Seguramente que Perriand, como Lilly Reich, Margaret Macdonald, Aino Aalto, Ray Eames o Eileen Gray -parejas de Mies van der Rohe, Charles Mackintosh, Alvar Aalto, Charles Eames y Jean Badovici, respectivamente- habr¨ªan lanzado un hondo suspiro de satisfacci¨®n, y acaso de venganza hist¨®rica, si hubieran llegado a ver en 2004 que el famoso Premio Pritzker fue para la iraqu¨ª, afincada en Londres, Zaha Hadid, primera mujer galardonada con este Nobel de la arquitectura. Nombres como el de Hadid o el de la japonesa Kazuyo Sejima han irrumpido arrolladores en el "circo de la f¨®rmula 1 arquitect¨®nica", en palabras de Luis Fern¨¢ndez Galiano, director de la revista Arquitectura Viva.
La rompedora y siempre desafiante Hadid -que ahora dise?a el edificio s¨ªmbolo de la futura Exposici¨®n Internacional de Zaragoza- tuvo que esperar m¨¢s de veinte a?os para dejar de ser una arquitecta de papel y ver uno de sus proyectos convertido en cemento. Hadid no suele morderse la lengua al hablar de la profesi¨®n. "No he construido, a pesar de haber ganado los concursos, por racismo y machismo", o "si no fuera mujer, nadie me llamar¨ªa diva", son algunos de sus repetidos comentarios.
Sin tantas alharacas ni tanta presencia, pero con una pujanza imparable, las arquitectas espa?olas de la generaci¨®n de Hadid tambi¨¦n se hacen visibles, como reconoce el veterano arquitecto Eduardo Mangada. "Hasta hace 10 a?os, los concursos o revistas no se nutr¨ªan de obra realizada por mujeres. Pero en estos momentos hay una pl¨¦yade de arquitectas, pr¨®ximas a los 50 a?os, que empiezan a pisar fuerte, y cuyas obras son premiadas y compiten con equipos de renombre internacional. Espa?a puede aportar seguramente uno de los curr¨ªculos de arquitectura hecha por mujeres m¨¢s importante de Europa".
?Por qu¨¦ han tardado tanto en hacerse visibles? Mangada, que termin¨® arquitectura en la Escuela Superior de Madrid (ETSAM) en 1959, recuerda que s¨®lo ten¨ªa tres compa?eras entre 350 alumnos. Y Jos¨¦ Miguel Hern¨¢ndez de Le¨®n, de 60 a?os, actual director de esa misma escuela -en la que ahora las mujeres son ya el 58% del alumnado-, reconoce que en su ¨¦poca de estudiante "las chicas eran poqu¨ªsimas y aparec¨ªan como una especie de objeto ex¨®tico". Pero a?ade que la capacidad de inventiva y car¨¢cter que han visto en las estudiantes desde hace a?os "se est¨¢ demostrando ahora con claridad en el ¨¢mbito profesional".
La barcelonesa Beth Gal¨ª, con estudio propio y varios premios internacionales, esboza un an¨¢lisis con el que coinciden gran parte de las entrevistadas, que pueden contarse entre las mejores arquitectas espa?olas. "La arquitectura es una profesi¨®n a largo plazo. El matem¨¢tico que a los 18 a?os no ha descubierto un axioma, ya se puede retirar; pero la nuestra es una actividad acumulativa, te vas formando a lo largo de los a?os. Como dec¨ªa Jos¨¦ Antonio Coderch, empiezas a ser arquitecto a los 50 a?os. Adem¨¢s es una profesi¨®n muy traicionera. Despuntar a los 25 a?os es relativamente f¨¢cil porque de joven eres una especie de tornado y no es dif¨ªcil hacer propuestas revolucionarias. Pero tambi¨¦n es f¨¢cil desmontarte porque es una profesi¨®n muy vulnerable ligada a elementos externos, como el cliente, la construcci¨®n o la pol¨ªtica. Desde que haces un proyecto hasta que lo construyes te bombardean sin parar, y si no se viene abajo es porque tienes fuerza de voluntad y car¨¢cter muy fuertes. Hemos visto muchas j¨®venes promesas, hasta los 40 a?os, que van desapareciendo porque al final hay que construir para vivir. ?Qu¨¦ pasa con las arquitectas? Es normal que no haya muchas conocidas, es la l¨®gica de los n¨²meros. Ahora las espa?olas empiezan a ser mayor¨ªa en las escuelas, y los resultados se ver¨¢n en el futuro".
"El que aguanta y consigue hacer algo, a partir de los 40 a?os empieza a sonar y a hacerse un nombre", dice una rotunda Mar¨ªa Jos¨¦ Aranguren, ahora enfrascada -junto a su socio y marido, Jos¨¦ Gonz¨¢lez Gallegos- en el parador nacional de Alcal¨¢ de Henares. Un proyecto que "le quita el sue?o", y en el que ha encajado una piscina romana en la antigua iglesia de un convento. Su colega y tambi¨¦n hija de arquitecto, ?ngela Garc¨ªa de Paredes, autora -con su marido, Ignacio Garc¨ªa Pedrosa- del reci¨¦n estrenado teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid, es del mismo parecer. "A mi edad, muchos amigos de otras profesiones est¨¢n pensando en jubilarse y yo creo que estoy empezando. Las obras m¨¢s importantes que haya construido lo han sido en los ¨²ltimos tres a?os". Pero Blanca Lle¨® matiza: "Yo creo que ha sido nuestra generaci¨®n la que ha empezado a ejercer un papel activo en la profesi¨®n. Antes las arquitectas estaban siempre en la trastienda del estudio, pero nosotras empezamos a quitarnos miedos y prejuicios y a ejercer un papel social. Tanto es as¨ª que ahora en las parejas de arquitectos puede haber m¨¢s hombres que mujeres en la trastienda. Por otra parte, cuando alguien conf¨ªa en ti miles de millones hay que demostrar madurez y seriedad, un saber hacer. El dinero es muy temeroso, y a la hora de manejar grandes cantidades una mujer tiene que ganarse la confianza".
Lle¨® menciona un hecho que ha arraigado de manera especial en la arquitectura espa?ola: los matrimonios o parejas entre arquitectos que tambi¨¦n son socios profesionales. Hadid atribuye la necesidad de asociarse con varones a la dificultad de las mujeres para abrirse camino en solitario. Algo que Hern¨¢ndez de Le¨®n achaca m¨¢s bien al hecho de tratarse de una profesi¨®n bastante endog¨¢mica y en la que la pasi¨®n por la arquitectura se transmite de unas generaciones familiares a otras. El tema, dicen ellas, surge porque la arquitectura involucra a las personas hasta l¨ªmites insospechados. "Se mezcla la vida personal y la profesional, y las parejas se forman ya en la escuela. Es una profesi¨®n muy excluyente, le dedicas much¨ªsimo tiempo y no la dejas cuando te vas a casa. Creo que ¨¦se es un motivo por el cual te asocias con tu pareja, no por el hecho de que estando sola sea m¨¢s dif¨ªcil destacar", explica Fuensanta Nieto.
Curiosamente, los nombres de algunas de estas arquitectas han pasado a encabezar los estudios por delante de los de sus socios varones. Es el caso de Aranguren & Gallegos, Nieto y Sobejano, Paredes Pedrosa, Domingo !! Ferr¨¦ y Estudio 09: Cristina D¨ªaz Moreno y Efr¨¦n Garc¨ªa. Situaci¨®n que, en parte, parece responder s¨®lo a una opci¨®n pol¨ªticamente correcta. "Mola mucho decir que en el estudio la que m¨¢s vale es la chica? A veces tira uno y otras tira otro, te peleas, y es una lucha diaria, no es un camino de rosas. El trabajo en pareja facilita las cosas y las complica tambi¨¦n. Hay veces que estoy hasta el gorro de pactar temas. Nosotros todav¨ªa discutimos por un rodapi¨¦? Pero hay asociaciones no s¨®lo de hombre-mujer, sino tambi¨¦n de hombre-hombre, ahora y antes", dice Aranguren, que desde la escuela comparti¨® curso "y competencia feroz" con su marido.
Que la presencia femenina est¨¢ de moda, e incluso se vende bien en determinadas circunstancias, es algo que se?ala Garc¨ªa de Paredes. "En el estudio, cuando llaman para formar un jurado o dar una conferencia me prefieren a m¨ª porque en el listado no tienen una mujer?". Pero la catalana Mamen Domingo reconoce que "por sensibilidad feminista" le hac¨ªa ilusi¨®n ver su nombre por delante. "Aunque hay un doble signo de admiraci¨®n muy significativo entre los dos nombres. Compartimos el trabajo al m¨¢ximo, los dos proyectamos y dirigimos obras".
Correcci¨®n pol¨ªtica o no, Gal¨ª admite "cierta generosidad" por parte de los socios varones. "Aplaudo a las parejas profesionales y sentimentales de estas colegas -por cierto, todas fant¨¢sticas- porque eso ayuda en general a que la mujer salga del papel secundario. Afortunadamente, las cosas est¨¢n cambiando, sobre todo en Madrid". Sin embargo una cr¨ªtica soterrada, aunque todav¨ªa bastante com¨²n, que suele hacerse a estas profesionales es que, de alguna manera, ejercen al rebufo de sus parejas. Y un interrogante siempre latente, que pocas veces se plantea a los varones aunque funcionen asociados a otros, es si habr¨ªan llegado igual en solitario.
Lle¨®, con estudio propio, se indigna ante estas acusaciones veladas. "Me duele en el alma, es falso, pero todav¨ªa se repiten. Es verdad que el hecho de ser pareja, aunque las mujeres est¨¦n en primera l¨ªnea, transmite algo confuso, porque la apariencia enturbia la realidad. Siempre he cre¨ªdo que era mejor separar la vida afectiva de la profesional y mantener colaboraciones profesionales puntuales". Pero Nieto apunta la dificultad para mantener un estudio en cualquier pa¨ªs. "Lo veo en Alemania, donde ahora estoy trabajando. Un estudio unipersonal tampoco es frecuente entre varones. Si piensas en los mejores arquitectos del momento ves que Herzog y De Meuron son dos hombres. Es verdad que Nouvel o Chiperffield trabajan solos, pero en general suelen ser parejas. Y estar apoyado por otra persona, sea hombre o mujer, es muy importante".
La italiana Benedetta Tagliabue, viuda del arquitecto Enric Miralles, con quien comparti¨® estudio nueve a?os, es buena conocedora de las dos caras de la moneda. Los agoreros pronosticaron que el estudio se vendr¨ªa abajo con la muerte del joven y brillante arquitecto, pero Tagliabue no s¨®lo termin¨® los proyectos en marcha, sino que trabaja en nuevos encargos, nacionales e internacionales. "He tenido la oportunidad de vivir las dos situaciones, primero como profesional asociada y, de repente, como una mujer sola que dirige un estudio. Creo que en Espa?a el mundo del poder es un mundo de hombres que se entienden entre ellos, eso les resulta f¨¢cil, y cuando en ese mundo entran mujeres es m¨¢s inc¨®modo. Mientras viv¨ªa Enric, yo ten¨ªa la dificultad de ser la mujer de, de encontrar mi papel profesional. Y era complicad¨ªsimo porque todos estaban pendientes de ¨¦l, pero fui encontrando mi sitio. Y seguir ahora con el estudio ha sido una necesidad m¨ªa, no ten¨ªa otra elecci¨®n y lo he hecho. Es muy bonito haber acabado los edificios en construcci¨®n [el Parlamento de Escocia, y el mercado de Santa Caterina y la torre de Gas Natural en Barcelona]. Hay cosas que ven¨ªan de Enric, pero hay otras que nos hemos inventado, porque han pasado cinco a?os y no puede ser que todo viniera de Enric? Pero no es f¨¢cil, no hay una aceptaci¨®n real de la mujer que quiere hacer este trabajo en solitario. El mundo de la arquitectura es tremendo, muy vanidoso, y tienes que saberlo. A Enric le hicieron muchas faenas cuando viv¨ªa, y de repente se muere y es un genio; pero en vida no lo ten¨ªa tan f¨¢cil?".
Gal¨ª, casada con el conocido arquitecto Oriol Bohigas y cabeza del estudio BBGG -?dobles iniciales para que no quepan dudas?-, admite que su caso no es habitual. "Cuando conoc¨ª a Oriol, yo ten¨ªa un despacho de dise?o industrial y lo fui transformando en arquitectura manteniendo la parte industrial que todav¨ªa hago. No me ve¨ªa trabajando con Oriol, que ya ten¨ªa un despacho muy hecho; mis ideas arquitect¨®nicas eran otras. Los 25 a?os que nos separan, al final se detectan en estas cosas". Pero Gal¨ª cree que, a la hora de mantener un estudio, las dificultades son comunes a hombres y mujeres. "Si eres un empresario, eso conlleva riesgos. Es un trabajo caro que tienes que capitalizar, no te pagan los honorarios hasta el final, hay que financiar los proyectos, trabajas en equipo? No obstante, me gustar¨ªa decir que no existen problemas espec¨ªficos y que los promotores depositan la confianza en las mujeres lo mismo que en las empresas llevadas por hombres, pero me temo que no es as¨ª y que todav¨ªa hay reticencias".
La mayor parte de los estudios espa?oles conocidos trabajan esencialmente para la Administraci¨®n, y los que aparecen en estas p¨¢ginas no son una excepci¨®n. Eso, dicen las arquitectas, facilita una relaci¨®n igualitaria por parte del cliente al tratarse de instituciones p¨²blicas. Pero reconocen que no es lo mismo con la clientela privada, donde perduran ciertos resquicios machistas. Resquicios con los que dice toparse la joven arquitecta Cristina D¨ªaz Moreno, de 34 a?os. "Me encuentro con gente que se enfrenta a la situaci¨®n de tener que relacionarse conmigo, y siempre prefieren hacerlo con mi socio porque es hombre y les produce m¨¢s seguridad. En un buen porcentaje de ocasiones, cuando llaman al estudio preguntan por ¨¦l? Los problemas vienen, sobre todo, de fuera de la profesi¨®n. Han llegado a discriminarme para dar conferencias, salir al extranjero a hacer un taller o incluso para becas".
En paralelo ha surgido una situaci¨®n que resulta ventajosa para ellas porque muchos de los clientes con los que tratan, en la Administraci¨®n o en el sector privado, son ahora mujeres -directoras generales, empresarias, propietarias- y eso facilita el entendimiento profesional. Y ocurre lo mismo con el personal de construcci¨®n, desde jefas de obra a t¨¦cnicas y obreras especializadas. "Acabamos de ganar el concurso del Museo de San Telmo en San Sebasti¨¢n, y la promotora es una mujer. Trabajamos con la Junta de Andaluc¨ªa y nuestra interlocutora es la consejera de Cultura; igual que en C¨®rdoba, con nuestra actuaci¨®n en Medina Azahara. Pero hay m¨¢s. En el primer concurso internacional que hemos ganado en Alemania, el Museo de Arte expresionista de Moritzburg, la directora del museo es una mujer, y la representante cultural del land, otra mujer? No es que la mujer se haga visible en la arquitectura, es que estamos apareciendo en todos los campos", afirma Nieto. Y la catalana Domingo a?ade: "Alguna ventaja tenemos, el 80% de la decisi¨®n de la compra de una vivienda es de la mujer".
Garc¨ªa de Paredes, madre de dos hijas, opina que, como mujer, el ¨²nico handicap que puede ver en la profesi¨®n -y no es exclusivo de ella- es el sobreesfuerzo importante que exige compatibilizar durante unos a?os maternidad y trabajo, porque suelen coincidir con una etapa de esprint para hallar un lugar al sol en la profesi¨®n. "En esos a?os es cierto que hay que tener un socio o socia comprensivo porque los hijos te restan energ¨ªas para la arquitectura. Pero no hay que sacar las cosas de quicio; hoy d¨ªa, ni tienes seis hijos, ni son tantos a?os. Lo ¨²nico que necesitas es una organizaci¨®n muy grande de tu tiempo y cerebro". Con ella coinciden Aranguren y Nieto, madres de cuatro y tres hijos.
Pero algunas arquitectas que dan los primeros pasos profesionales en solitario, como Izaskun Chinchilla, de 30 a?os y matr¨ªcula de honor fin de carrera en 2002 -la primera en 17 a?os en la Escuela de Madrid-, lo ven m¨¢s complicado. "A m¨ª, lo digo con toda sinceridad, me apetecer¨ªa tener un hijo, pero es imposible. Tener una vivienda, una vida privada y unos hijos implicar¨ªa dejar la arquitectura radicalmente. Es incompatible por el tiempo que le dedicas y por la falta de beneficio econ¨®mico. La sociedad ha evolucionado hacia unas coberturas sociales que no existen para los aut¨®nomos o las personas que se dedican a la creaci¨®n".
La maternidad no es el ¨²nico problema con el que se topan y plantean, en voz bien alta, arquitectas emergentes como Izaskun Chinchilla, Cristina D¨ªaz Moreno y Mar¨ªa Auxiliadora G¨¢lvez, que han optado por establecerse por su cuenta. Sus proyectos e investigaciones aparecen publicados en gran n¨²mero de revistas; se les invita a conferencias, universidades y exposiciones, y son un activo en la investigaci¨®n de la nueva arquitectura espa?ola. Alguna ya tiene obra construida o en construcci¨®n, sus proyectos son rompedores e imaginativos, y en el caso de las viviendas, muy conectados con las necesidades de la sociedad actual, en espacio, usos y sostenibilidad. Se ganan la vida dando clases en universidades y escribiendo art¨ªculos. Todas se han volcado en los concursos Europan, para j¨®venes arquitectos europeos menores de 40 a?os. Y todas han ganado uno o dos premios. Muy prestigiosos, pero con un problema: los proyectos premiados no siempre se realizan.
"Lo de llegar a los 40 a?os sin haber construido es espec¨ªfico de Espa?a, y es patol¨®gico, da igual el curr¨ªculo que tengas. Mi experiencia con cuatro a?os de ejercicio profesional es que todo son dificultades. Me presento a concursos abiertos, y llevo, adem¨¢s de dos primeros premios, ocho segundos, que s¨®lo suponen un reconocimiento al valor de la obra. Es muy duro, una empresa que pocas veces tiene recompensa", se lamenta Chinchilla, qui¨¦n reconoce que no haber podido realizar su Europan -una ambiciosa actuaci¨®n de viviendas en Santiago de Compostela- ha sido "una experiencia muy amarga". A ello se suma otro proyecto, una Mediateca Nacional en el castillo de Garcimu?oz (Cuenca), paralizado despu¨¦s de cuatro a?os de trabajo. "Hay dos cosas que me hacen sobrevivir: la primera, que el trabajo diario de estudio es maravilloso, y la segunda, que sales a la calle, viajas y percibes que lo que haces est¨¢ en el buen camino. Pero voy a aguantar hasta los 50 a?os o lo que haga falta".
D¨ªaz Moreno reconoce que es muy frustrante no poder construir. "Puedo mentir, pero es as¨ª. No trabajas para que todo se quede en papel, en bonitos proyectos de libro, sino pensando que pueda construirse. Resistencia es la palabra, es la que repiten los veteranos, pero muchas veces piensas que te has equivocado de carrera".
El de la vivienda es, seg¨²n Aranguren, "una pirada del Corbu" (Le Corbusier), un campo infinito en el que todav¨ªa hay mucho que decir. "Corbu fue el genio de la vivienda y dej¨® un mont¨®n de cosas enunciadas y sin desarrollar". Reconoce que es una l¨ªnea de investigaci¨®n en la que su estudio ha sido puntero. "La vivienda social est¨¢ estancada porque hay una ley obsoleta. Nosotros llevamos tiempo hablando de la necesidad de flexibilizar la normativa de VPO, los programas tienen que cambiar. Por ejemplo, la cocina es ahora un espacio mucho m¨¢s importante que antes; es el sitio m¨¢s espectacular de la casa, donde tienes la mejor tecnolog¨ªa, donde puedes recibir a los amigos y haces la vida familiar, y debe tener la mejor ventana de la casa. Y no tiene sentido que el dormitorio de la pareja, que casi no se usa, sea el m¨¢s grande. Es al rev¨¦s, son los hijos los que necesitan espacios mayores porque est¨¢n m¨¢s tiempo en casa".
Con varios premios, de la Administraci¨®n y de los promotores privados, Aranguren se?ala que ¨¦stos se est¨¢n dando cuenta de que gusta otro tipo de vivienda. "Algunos creen que con poner la palabra loft ya est¨¢, pero la gente no es tonta. Los privados trabajan sobre seguro, no les gusta arriesgarse, no quieren ser los primeros en investigar. Carabanchel fue un concurso de viviendas en alquiler para j¨®venes, y de ah¨ª ese tipo de vivienda con tabiques m¨®viles y que requiere poco amueblamiento. Un d¨ªa nos fuimos a Ikea y amueblamos la casa con lo que encontramos. La cuesti¨®n es cualificar el espacio; el que sea peque?o no quiere decir que tengas que hacer un piso repulsivo con siete tabiques. La escala de lo peque?o es preciosa".
Lle¨® no puede ocultar el contento que le produce su enorme bloque agujereado (hecho con MVRDV), que ya se pasea por las revistas de arquitectura de medio mundo. Una apuesta arriesgada de la que primero tuvo que convencer a la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid, y que, a la postre, ha merecido el elogio de muchos colegas y llevado la pol¨¦mica a la calle. "Es como si todos hubi¨¦ramos ganado una batalla", dice Lle¨®, un tanto asombrada con la reacci¨®n de los vecinos, que tiraron puertas y alicataron a discreci¨®n. Mantiene que su punto de partida fue romper la manzana tradicional. "La manzana es una soluci¨®n urban¨ªstica autista, no crea comunicaci¨®n, es una especie de gueto. Nuestra idea era romperla, pero hay muchas formas de hacerlo. Una es ponerla en vertical, con el agujero en medio, abierto a todos. Y otra es romperla con mil huecos para producir una permeabilidad total entre dentro y fuera, convertirla en lo que llamamos un edificio-celos¨ªa. Hemos creado un escenario que pienso propicia las relaciones humanas, y lo que m¨¢s nos interesa es ver qu¨¦ pasar¨¢ dentro de cinco a?os, c¨®mo lo vive la gente".
Nieto confiesa que su estudio ha renunciado a la promoci¨®n privada. "La vivienda habitual privada es espantosa. Hay un problema en Espa?a: se construye mal en general, y la empresa constructora tiene mucha fuerza". Y Garc¨ªa de Paredes reconoce que le encantar¨ªa hacer vivienda privada. "Construyo teatros, museos o auditorios porque he ganado algunos concursos y es dif¨ªcil tener encargos privados, pero construir cada una de estas obras ha sido un reto. Con el auditorio de Pe?¨ªscola fue el tiempo cort¨ªsimo, y en el Museo de Almer¨ªa apenas hab¨ªa dinero".
Mamen Domingo, sin embargo, ha hecho de la vivienda unifamiliar de hormig¨®n un sello de su estudio. "El hormig¨®n armado me encanta; es un material complejo de trabajar, pero con muchas opciones. Tiene unos componentes de durabilidad muy interesantes, y si a veces tiene fama de fr¨ªo, de mazacote, es porque no se utiliza en todas sus posibilidades t¨¦cnicas, que permiten hacer maravillas. Es un material que tiene que pensarse con la vida dentro, con luces, carpinter¨ªa de madera, colores? Nos gusta pensar que los suelos pueden ser transparentes y las paredes pueden volar, y as¨ª hacer espacios flexibles que puedan provocar emociones est¨¦ticas".
Provocar emociones con su premio Europan, un proyecto rompedor de "forma y fondo", fue la intenci¨®n de M. Auxiliadora G¨¢lvez. "Quer¨ªa que el resultado fuera como pasear por un bosque, y los edificios, como ¨¢rboles, como vivir en un nido". Resultado: unas viviendas sociales diferentes, una especie de contenedores en la ribera del Guadalquivir a los que en C¨®rdoba llaman "los gusanitos". "Nadie entend¨ªa qu¨¦ era aquello, pero ahora se comenta que tengo unas viviendas preciosas y me preguntan cu¨¢ndo estar¨¢n terminadas. El desarrollo resulta dif¨ªcil, pero no pueden pedirme que en un contenedor meta una vivienda convencional", dice G¨¢lvez, de 32 a?os y con una guarder¨ªa hecha en Madrid, y que ahora trabaja con Izabela Vieczorek.
Otra europan, D¨ªaz Moreno, se?ala que las viviendas unifamiliares que construye en Finlandia han sido muy bien acogidas. "Su forma es levantada e inclinada para reflejar la luz, miran al sur, y el patio est¨¢ envuelto en espejos para recoger la mayor cantidad de sol".
Trabajar fuera de Espa?a, especialmente en Europa, es otra reciente novedad de la que pueden hablar. Nieto construye en Holanda y pronto en Alemania; Tagliabue, en Hamburgo, N¨¢poles o Nepal, y Gal¨ª ha actuado en cascos hist¨®ricos de Irlanda y Holanda.
Tagliabue ha sido invitada, junto con algunas de las m¨¢s fulgurantes estrellas del "circo de la f¨®rmula 1 arquitect¨®nica", a realizar una estaci¨®n del metro de N¨¢poles, en un proyecto urban¨ªstico de remodelaci¨®n de la ciudad. "N¨¢poles es una ciudad magn¨ªfica, pero donde no ha pasado nada en 200 a?os, y ahora, a trav¨¦s del subsuelo, se intenta cambiar su urbanismo. Mi estaci¨®n est¨¢ en una plaza, proyectada en los setenta por Kenzo Tange, que es la negaci¨®n de N¨¢poles, una especie de ciudadela donde nadie va. Y voy a intentar cambiar este espacio tan abstracto y fr¨ªo".
Gal¨ª y Domingo son arquitectas que han dejado su sello en el publicitado F¨®rum de Barcelona. "Hacer pasarelas es un privilegio; es un campo en el que la plasticidad y la expresi¨®n, la arquitectura y la ingenier¨ªa deben reflejar la sociedad. La del F¨®rum era una obra compleja porque es una pasarela grande y contundente, pero con tecnolog¨ªa muy tradicional, ingenieril, forzada pl¨¢sticamente. T¨¦cnicamente fue m¨¢s arriesgada la de Lleida, la segunda que se hac¨ªa en Espa?a con hormig¨®n de alta resistencia", dice Domingo.
Todas las entrevistadas, excepto una, niegan rotundamente que haya una "arquitectura de mujeres". Como mucho, admiten que hay "sensibilidades" o "distintas formas de acercarse a un proyecto", pero en absoluto una arquitectura de g¨¦nero: "S¨®lo hay buena y mala arquitectura", corean. Pero Izaskun Chinchilla, la excepci¨®n, defiende su derecho a discrepar aunque sus colegas la "pongan verde". "Yo creo que hay un dise?o que es dialogante, abierto, sensible socialmente y que deja opciones al usuario. Y otro tipo de arquitectura que es impositiva. Y el talante femenino est¨¢ m¨¢s cerca de lo primero".
Mamen Domingo
"La del F¨®rum es una pasarela compleja, muy ingenieril".
42 a?os, de Lleida y casada con el arquitecto Eduard Farr¨¦. Es profesora de las escuelas de Arquitectura e Ingenieros de Caminos de Barcelona y de Arquitectura de Z¨²rich. Su obra m¨¢s conocida es la pasarela (en la foto) y el edificio de Capitan¨ªa del F¨®rum de Barcelona.
Formada con Sol¨¢ Morales y Eduard Bru, se inici¨® en la profesi¨®n con las obras de la Barcelona ol¨ªmpica y una arquitectura social que va muy ligada a su discurso. Autora de pasarelas -va por la tercera- y viviendas unifamiliares, combina las t¨¦cnicas ingenieriles y los materiales contundentes, como el hormig¨®n, en busca de nuevas formas de plasticidad. Ha construido estadios, tanatorios y geri¨¢tricos.
Beth Gal¨ª
"Ahora me siento m¨¢s segura proyectando, antes ten¨ªa muchos fantasmas".
55 a?os, dos hijos. Presidenta de la FAD. Premio Nacional de Arquitectura de Holanda. Autora de la Biblioteca Mir¨® y de la zona de ba?os del F¨®rum de Barcelona (en la foto).
De familia de artistas -padre dise?ador y abuelo pintor-, Gal¨ª, casada con el arquitecto Oriol Bohigas, se inici¨® como arquitecta municipal en Barcelona. Premiada por sus actuaciones en cascos hist¨®ricos de Irlanda y Holanda, est¨¢ "harta de encasillamientos y de trabajar a ras del suelo", pero disfrutando de la profesi¨®n. Construye un geri¨¢trico en Barcelona.
Mar¨ªa Jos¨¦ Aranguren
"El trabajo en la obra es lo m¨¢s bonito de la profesi¨®n".
46 a?os, tres hijos y casada con el arquitecto Jos¨¦ Gonz¨¢lez Gallegos. Aranguren (a la izquierda, en su estudio) es profesora de proyectos de la ETSAM. Ha ganado varios premios por sus viviendas sociales (Carabanchel) y de promoci¨®n privada en Madrid.
Contundente, segura y expresiva, Aranguren siempre se ha sentido respetada "en las obras y en la escuela". Afirma que la arquitectura es lo que m¨¢s le gusta en el mundo -"es mi vida"- y es en las obras donde m¨¢s disfruta. Defiende los pisos de 40 metros -"la escala de lo peque?o es preciosa"- y la innovaci¨®n en viviendas sociales. Est¨¢ construyendo el parador nacional de Alcal¨¢ de Henares (Madrid).
Benedetta Tagliabue
"En arquitectura soy todav¨ªa una ni?a, una adolescente...".
42 a?os, dos hijos. Milanesa afincada en Barcelona, viuda del arquitecto Enric Miralles. Con ¨¦l construy¨® el Conservatorio de Hamburgo (Alemania), el campus universitario de Vigo, el Parlamento de Escocia, y el mercado de Santa Caterina y la torre de Gas Natural en Barcelona.
Estudi¨® en Venecia y Nueva York, y le gusta viajar y moverse en un ambiente internacional. "En arquitectura, a los cincuentones se les considera j¨®venes, as¨ª que soy todav¨ªa una adolescente". Cree que lo mejor es "hacer y que luego se vea lo que hago", un consejo "genial" de Moneo, que, dice, le ha ayudado mucho. Construye vivienda social en Figueras "tipo loft para gente joven", y proyecta otras en Madrid.
Blanca Lle¨®
"No hay un antes y un despu¨¦s de Sanchinarro".
47 a?os, casada. Lle¨® es profesora de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Formada con Sainz de Oiza, que siempre la apoy¨®, ha construido cosas tan dispares como una c¨¢rcel y un faro antes del edificio Mirador de Sanchinarro, en Madrid (abajo, a la izquierda).
Conocida te¨®rica -"todav¨ªa hay pocas mujeres en la ense?anza de la arquitectura"-, Lle¨® disfruta con nuevos retos y apuesta por edificios que rompan moldes, pero asegura que Sanchinarro es para ella "un episodio m¨¢s". Buena comunicadora, peleona -"he buscado las oportunidades con u?as y dientes"-, construye vivienda social en Barcelona y proyecta el edificio Celos¨ªa con MVRDV en Madrid.
?ngela Garc¨ªa de Paredes
"Me gusta trabajar a tres bandas: proyecto, obra y concurso".
47 a?os, dos hijas y casada con el arquitecto Ignacio Garc¨ªa de Pedrosa (arriba, a la derecha, en el teatro Valle-Incl¨¢n -antiguo Olimpia- de Madrid). Es profesora de la Universidad de Navarra. El Museo Arqueol¨®gico de Almer¨ªa y el palacio de congresos de Pe?¨ªscola llevan su firma.
Le gusta el calificativo de "rigurosa" para su obra, y asegura que lo que m¨¢s le interesa de la arquitectura es la relaci¨®n de los edificios con la ciudad. "El teatro Valle-Incl¨¢n, por ejemplo, es parte de la regeneraci¨®n de todo un barrio". A Paredes, un poco cansada de las estrecheces de la vivienda social, le encantar¨ªa hacer oficinas y vivienda libre. Mientras tanto trabaja en la villa romana de La Olmeda (Palencia).
Fuensanta Nieto
"La vivienda privada habitual en Espa?a es espantosa".
48 a?os, tres hijos y casada con el arquitecto Enrique Sobejano. Es profesora de la Universidad Europea de Madrid y autora del palacio de congresos de M¨¦rida. Construye un museo en Alemania y viviendas en Holanda, y el palacio de congresos de la Expo de Zaragoza.
Con tres importantes concursos ganados en un a?o (San Telmo, el palacio de la Expo de Zaragoza y el Museo del Vino de La Rioja) -"hemos tenido una suerte enorme"-, Nieto asegura que las influencias entre su socio y ella son mutuas a la hora de proyectar. "Las obras las dividimos, aunque a algunas siempre vamos los dos". En la foto, Nieto en su estudio.
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