Pascua florida
La Semana Santa es dolor. Bueno, era. Ahora se vive en otra parte. No s¨®lo del dolor sino de la geograf¨ªa. A todos nos da por marcharnos. A muchos tambi¨¦n les da por venir pero es porque han huido de sus lugares de residencia habituales. As¨ª que tenemos la ciudad hecha unas pascuas. Unas pascuas de turistas. Lo que, en general, es bueno. Principalmente para los hosteleros. Aunque tambi¨¦n para los partidarios de mestizarse todo el rato. O al instante: coge uno, se mestiza y despu¨¦s regresa a su estado normal. Creo que le llaman ligar. Aunque no todo es de color de rosa. Quienes m¨¢s la pagan estos d¨ªas suelen ser los animales. Los abuelos igual tambi¨¦n, pero no son noticia, la noticia es que el hombre le muerda al perro. Un informe reciente habla de que cada d¨ªa se abandonan en Donostia-San Sebasti¨¢n un perro y un gato. Lo que arroja un total de m¨¢s de 300 abandonos de cada al a?o. Es mucho. Con el agravante de que a un n¨²mero respetable de ellos los maltratan antes de abandonarlos. Ocurri¨® hace poco con un terrier escoc¨¦s al que dejaron por muerto en un contenedor. Como cab¨ªa esperar se han producido muchas muestras de indignaci¨®n. Los corazones m¨¢s sensibles se han puesto en lugar del perro (pudiera haber sido tambi¨¦n del gato, pero en este caso es del perro) para hablar en su nombre.
Se trata de otra vuelta de tuerca en la humanizaci¨®n de los animales. Digo animales y no bichos para que no se me tome por un desalmado. Los defensores m¨¢s ac¨¦rrimos de ese g¨¦nero los suelen dotar de derechos. Ahora tambi¨¦n tienen voz, se la ha puesto una se?ora que escribe a un director de peri¨®dico. Y se la ha puesto muy l¨ªrica: "Cada separaci¨®n de ti es para mi un sufrimiento" (no me negar¨¢n que suena casi a Madame Butterfly), "Habla conmigo de vez en cuando. Yo tratar¨¦ de entenderte" (si ya es dif¨ªcil entenderse cuando se habla el mismo idioma... ?o se tratar¨¢ de que ladremos?). Aunque hay una admonici¨®n que ya no suena l¨ªrica sino terrible: "Oc¨²pate de m¨ª cuando llegue a viejo, tambi¨¦n t¨² lo ser¨¢s alg¨²n d¨ªa", el perro, en este caso, parece que haya le¨ªdo aquellas formidables leyendas de los cementerios: "Fui lo que eres, ser¨¢s lo que soy", etc., con lo que a lo mejor conviene tomarles m¨¢s en serio. A los perros, digo. Pero, ?ay!, toda esta qu¨ªmica se rompe de pronto cuando la ventr¨ªlocua que escribe a trav¨¦s del perro advierte en ¨²ltimo lugar: "Si os gusta maltratar, maltrataros a vosotros mismos, quiz¨¢ as¨ª dejar¨ªas de hacerlo". Hombre, hay que concederle el beneficio de la duda a quien al fin y al cabo no es m¨¢s que un perro, porque no me negar¨¢n que la frase suena ambigua. Am¨¦n de err¨®nea plurigramaticalmente.
Parece que dice, lo siento, que deber¨ªamos maltratarnos entre nosotros mismos (no s¨®lo a nosotros mismos) para saber lo que es bueno. Pero aunque as¨ª no fuera, bastante maltrato hay en esta sociedad para que se nos incite a hacerlo ¨²nicamente contra nosotros -por no mencionar que en ese nosotros siempre hay alguien m¨¢s que uno mismo, somos un yo ampliado en alguna clase de pareja o aparejo- a fin de vacunarnos contra las ganas de maltratar a los perros. Seguro que la mujer que escribe al dictado del perro tambi¨¦n es sensible a lo que se ha dado en llamar violencia de g¨¦nero, por eso deber¨ªa mostrarse m¨¢s cuidadosa con lo que pone en boca de su mascota. En cualquier caso, la Semana Santa ha concluido con su habitual dosis de dolor santo y del otro, el que habr¨¢n dejado en muchos hogares los accidentes. Pero el Aberri Eguna se ha celebrado. Lo que tambi¨¦n representa alguna clase de dolor para quienes no son -somos- del Aberri y que bien podr¨ªan decir con el perro que nos viene acompa?ando a lo largo de este paseo pascual: "Aprende a tratarme como es debido. Yo nunca olvido", no en balde todos llevamos una perra vida. La prueba es que ya nos toca volver al curro. M¨¢s vale que el perro tambi¨¦n ha dicho: "Todo me resultar¨¢ m¨¢s f¨¢cil si t¨² estas conmigo". ?Por qu¨¦ no lo presentamos al Festival de Eurovisi¨®n?
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