Blair intenta aferrarse al poder con una profunda remodelaci¨®n de su Gobierno
El primer ministro brit¨¢nico releva a los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior
Tony Blair respondi¨® al varapalo electoral laborista en las municipales del jueves con una profunda remodelaci¨®n de su Gobierno. Quiz¨¢s la ¨²ltima que decida como primer ministro. El titular de Interior, Charles Clarke, fue el gran pagano de la crisis de las dos ¨²ltimas semanas y deja el Gabinete, aunque a rega?adientes. De la manera de conducir la crisis y la composici¨®n del nuevo Gobierno, en el que los blairistas afianzan sus posiciones, se percibe a un Blair dispuesto a atrincherarse en Downing Street y se adivina una creciente hostilidad de su aspirante a sucederle, Gordon Brown.
El primer ministro eligi¨® a Clarke como cabeza de turco de las casi dos semanas permanentes de crisis que atraviesa su Gobierno. Decidi¨® destituirle como titular de Interior y ofrecerle otra cartera, pero el afectado prefiri¨® por dignidad volver a los esca?os de a pie y se march¨® prometiendo lealtad a Blair y al Gobierno, aunque con un considerable portazo. En diversas entrevistas, enfatiz¨® su desacuerdo con la decisi¨®n del primer ministro.
Clarke, incapaz de superar la crisis desatada por la liberaci¨®n de 1.000 presos extranjeros que pod¨ªan haber sido deportados tras cumplir sus condenas carcelarias por diversos delitos, ha sido sustituido por John Reid. Veterano todo terreno que en los ¨²ltimos a?os se ha ocupado de Irlanda del Norte, del grupo parlamentario, de Sanidad, de Defensa y ahora de Interior, Reid es uno de los grandes baluartes de Blair en el Gobierno y gato viejo al que no le asusta ning¨²n enemigo pol¨ªtico.
Otro gato viejo, aunque m¨¢s resabiado, es el viceprimer ministro John Prescott, que se tambaleaba en la cuerda floja por su aventura con una secretaria y otros episodios escabrosos. Prescott lo ha perdido todo menos el nombre del cargo, el salario y las prosaicas ventajas que lo acompa?an. Se queda con muy poco poder de gesti¨®n, pero sigue siendo el nexo p¨²blico de uni¨®n entre Blair y Brown.
Brown se desmarca
Otro veterano, Jack Straw, deja Exteriores para ocuparse del grupo parlamentario. Aunque formalmente es una degradaci¨®n, parece que ha sido voluntaria, en un momento en que el conflicto de Ir¨¢n promete m¨¢s amarguras que recompensas al responsable de la diplomacia. Straw, que aspira a casi todo, estar¨¢ as¨ª m¨¢s cerca del partido. Blair ha dejado su marchamo personal en el resto de la remodelaci¨®n, de la que Brown se ha distanciado al definirla como "la remodelaci¨®n de Tony Blair". Aunque ha promovido a Defensa al brownita Des Browne, el primer ministro ha hecho todo lo posible para reforzar a sus pr¨®ximos. No ha dado entrada en el Gabinete a algunos de los hombres m¨¢s pr¨®ximos a Brown, como Ed Balls, y ha mantenido contra viento y marea a la discutida Patricia Hewitt en Sanidad y a la pol¨¦mica Tessa Jowell en Cultura, las dos muy pr¨®ximas a Blair.
Ha subido de rango al prometedor David Milliband, en quien muchos ven a un futuro primer ministro, y a algunos aliados de probada fidelidad como Geoff Hoon, Alan Johnson o Hazle Blears. Aunque sus cr¨ªticos le ped¨ªan un cambio de pol¨ªticas para recuperar la confianza de los electores, Blair parece haber pensado m¨¢s en sus problemas que en los del Gobierno.
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