Verde para jugar y meditar

Cada uno en su estilo, estos tres jardines expresan lo que ha sido la jardiner¨ªa de finales del siglo XX y muestran las tendencias del futuro. Con tres premisas: descubrimiento del jard¨ªn zen, recuperaci¨®n y uso de jardines hist¨®ricos, y b¨²squeda de un lenguaje nuevo, sostenible desde el punto de vista ecol¨®gico.

1 Visiones de Noguchi

SEDE DE LA UNESCO

A pesar de encontrarse en pleno centro, muy cerca del H?tel des Invalides, la sede de la Unesco no est¨¢ en los recorridos tur¨ªsticos. El edificio, sin embargo, se puede visitar con cita previa y el desplazamiento merece la pena porque contiene obras de Picasso, Henri Moore, Calder, Giacometti, T¨¤pies, Dani Karavan, un gran mosaico de Joan Mir¨® y un peque?o y desconocido jard¨ªn japon¨¦s del escultor Isamu Noguchi.

El conjunto, proyectado en los a?os cincuenta por los arquitectos Breuer, Nervi y Zehrfuss, pretend¨ªa ser un modelo de compenetraci¨®n entre arte y dise?o, a lo que contribuye en buena medida este Jard¨ªn de la Paz, un espacio puramente contemplativo que Noguchi realiz¨® entre 1956 y 1958, adelant¨¢ndose a la fascinaci¨®n por el mundo oriental. Noguchi utiliz¨® tres elementos caracter¨ªsticos: la piedra, el agua y la monta?a. Al tratarse de un patio, no hay influencia del exterior, pero s¨ª est¨¢n las especies t¨ªpicas de la jardiner¨ªa nipona: azaleas, camelias, arces, cerezos, magnolias, nen¨²fares y bamb¨²es. El resultado es un espacio de l¨ªneas asim¨¦tricas y contornos org¨¢nicos que se equilibran logrando una delicada armon¨ªa, aparentemente espont¨¢nea, entre escala, formas y vol¨²menes. En 1988, unos meses antes de su muerte, Noguchi volvi¨® a Par¨ªs para reorganizar su evoluci¨®n.

2 Rom¨¢ntico y escult¨®rico

MUSEO RODIN

Apenas 15 minutos de paseo separan la plaza de Fontenoy de la calle de Varenne. Aqu¨ª se encuentra el Museo Rodin, que desde su creaci¨®n, en 1916, es uno de los m¨¢s visitados de Francia. Tal afluencia se debe, sin duda, al inter¨¦s que el personaje y su obra siguen despertando, pero tambi¨¦n al singular encanto del H?tel Biron y sus dos hect¨¢reas de jard¨ªn, con acceso independiente, donde se exhibe una parte de la colecci¨®n de esculturas. Auguste Rodin descubri¨® este palacete del siglo XVIII gracias a sus amigos el poeta Rainer Maria Rilke y la escultora Clara Westhoff, que ten¨ªan alquilada la planta baja. Era el 3 de septiembre de 1908, y las destartaladas dependencias se alquilaban por cantidades irrisorias a escritores y artistas. En ¨¦l viv¨ªan el poeta Jean Cocteau y el pintor Henri Matisse. Buena parte de su atractivo la constituye el viejo jard¨ªn cubierto de musgo, rosales y nomeolvides. Conserva ¨¢rboles magn¨ªficos y ha adquirido ese aire de indefinible melancol¨ªa que tienen los jardines abandonados. Enamorado del lugar, Rodin traslad¨® parte de su obra y pas¨® en ¨¦l largas temporadas. Tres a?os m¨¢s tarde es adquirido por el Estado, pero el escultor se niega a desalojarlo. Por fin llegan a un acuerdo, Rodin dona a Francia su obra y todas sus colecciones con la condici¨®n de que queden instaladas, para siempre, en el H?tel Biron.

En 1993, el paisajista Jacques Sgard llev¨® a cabo una mod¨¦lica restauraci¨®n del jard¨ªn, devolvi¨¦ndole su trazado cl¨¢sico. Est¨¢ a la altura de las esculturas que exhibe, pero no compite con ellas. Es tambi¨¦n un reducto de calma. Bajo la copa protectora de los tilos, las tumbonas de teca diseminadas por la exedra y las mesas de la cafeter¨ªa representan una tentaci¨®n irresistible.

3 Verde contempor¨¢neo

PARQUE ANDR? CITRO?N

Muy distinto a los anteriores es el parque Andr¨¦ Citro?n, situado junto al Sena en los terrenos que ocupaba la f¨¢brica de autom¨®viles, al oeste de Par¨ªs. Un depurado ejemplo de jard¨ªn contempor¨¢neo, inaugurado en 1993, que la ciudad enseguida hizo suyo. Fruto de una estrecha colaboraci¨®n entre tres arquitectos (Patrick Berger, Jean-Paul Viguier y Jean-Fran?ois Jodry) y dos paisajistas (Alain Provost y Gilles Cl¨¦ment), se caracteriza por una s¨®lida base arquitect¨®nica en la que se articulan jardines tem¨¢ticos. Una gran explanada verde que desciende hacia el r¨ªo constituye el eje central de sus 14 hect¨¢reas. Dos canales de agua, dos invernaderos, un jard¨ªn de sombra, otro de plantas mediterr¨¢neas y una serie de recintos que asocian metales y colores se articulan en torno a ¨¦l y a un segundo camino transversal que nos lleva hasta el famoso jard¨ªn en movimiento. Una idea desarrollada por Gilles Cl¨¦ment que consiste b¨¢sicamente en sumarse a la corriente biol¨®gica que rige el lugar corrigiendo ciertas tendencias o potenciando otras, para orientarlo seg¨²n un criterio est¨¦tico.