Un general que defendi¨® el plan de escuchas secretas se perfila como director de la CIA
Bush estudia ofrecer el cargo a Michael Hayden tras la destituci¨®n de Porter Goss
Tan tarde como ma?ana, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dar¨¢ a conocer el nombre del nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en sus siglas en ingl¨¦s). Tras la sorpresiva salida del puesto de Porter Goss, quien dimit¨ªa el viernes bajo una presi¨®n que le ha acompa?ado durante los exiguos 20 meses que ha estado al frente de la agencia de espionaje para "limpiarla", todo apuntaba ayer en Washington a que su sucesor ser¨¢ el general de las fuerzas a¨¦reas del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, Michael Hayden.
Hayden, de 61 a?os, sirvi¨® como director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en ingl¨¦s) antes de convertirse en el ayudante del zar de la Inteligencia Nacional, John Negroponte, el hombre que reina sobre el espionaje de EE UU. El general Hayden no lo tendr¨¢ f¨¢cil: adem¨¢s de su arquitecto, ha defendido en numerosas ocasiones el programa de escuchas secretas de la Administraci¨®n Bush.
Mientras Goss, que abandonaba ayer su casa, se neg¨® a comentar nada sobre su dimisi¨®n de la CIA, s¨®lo declar¨® a la CNN que "era uno de esos misterios" que ocurren en la vida.
La confirmada salida de Goss y la eventual entrada de Hayden dibujan la marea interna que sufren los servicios de informaci¨®n estadounidenses, desde su fracaso en detectar los ataques del 11 de septiembre hasta los fallos sobre la el supuesto arsenal qu¨ªmico, nuclear y biol¨®gico de Sadam Husein. Esos fracasos son los que en gran parte llevaron a dimitir en 2004 al predecesor de Goss, George Tenet.
Cuando en abril del a?o pasado, John Negroponte era nombrado por Bush el primer director de la inteligencia nacional y era ratificado casi por unanimidad en el Senado (98 votos contra 2), sobre el trabajo de Goss empez¨® a dibujarse una sombra a la que era imposible escapar. La CIA perd¨ªa influencia. Desde ese momento fue Negroponte, y no Goss como director de la CIA, quien cada ma?ana a primera hora informaba al presidente para estudiar la buena o mala salud del espionaje estadounidense.
Goss se fue quedando cada vez m¨¢s relegado. Entre la l¨ªnea dura de la CIA no encajaba bien un hombre, en gran medida pol¨ªtico, a pesar de sus m¨¢s de 10 a?os en el espionaje, que llev¨® consigo a la agencia a altos cargos compa?eros de su etapa en el Congreso.
"En el ¨²ltimo a?o y medio, m¨¢s de 300 a?os de experiencia conjunta han sido apartados o se han largado llenos de frustraci¨®n", aseguraba ayer Jane Harman, congresista dem¨®crata por California, la dem¨®crata con mayor cargo dentro del Comit¨¦ de Inteligencia de la C¨¢mara de Representantes. "Esto ha dejado a la agencia en ca¨ªda libre".
Algunos pol¨ªticos republicanos sal¨ªan en defensa de Goss y justificaban su peor o mejor hacer en la ¨¦poca que le toc¨® vivir: "Goss se hizo cargo de la CIA en un momento extremadamente dif¨ªcil, tras el 11-S y en plena guerra de Irak", dec¨ªa el senador por Kansas Pat Roberts, quien preside el Comit¨¦ de Inteligencia del Senado.
A pesar de ser amigos desde Yale, Goss, de 67 a?os, y Negroponte, de la misma edad, han vivido un desencuentro y muchos enfrentamientos. Seg¨²n fuentes citadas por The New York Times, "Negroponte ha da?ado la reputaci¨®n de Goss ante el presidente". En el mismo sentido, fuentes consultadas por el diario The Washington Post aseguran que Bush hab¨ªa "perdido la confianza" en Goss "casi desde el principio" y "hace meses que se preparaba para relevarlo" del puesto.
Si finalmente el nombre que pronuncia ma?ana Bush es el de Hayden -y no el de otras personas susceptibles de ser directores de la CIA, como Frances Townsend, consejera de seguridad del presidente- su confirmaci¨®n en el Senado no ser¨¢ f¨¢cil. En opini¨®n de Marc Rotenberg, director del Centro de Informaci¨®n Electr¨®nica privada, basado en Washington, "la nominaci¨®n de Hayden ser¨¢ rechazada de plano por los defensores de los derechos civiles". Hayden insiste en la legalidad del control ejercido por el Gobierno de EE UU de conversaciones internacionales y correos electr¨®nicos de ciudadanos estadounidenses y personas de otras nacionalidades en este pa¨ªs que pueden tener v¨ªnculos con Al Qaeda. Defender esa legalidad si llega el d¨ªa de su confirmaci¨®n encender¨¢ de nuevo un debate pol¨¦mico y vital aunque dormido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.