El auge de festivales musicales desata la competencia
Guerra de contratos, precios y fechas ante la proliferaci¨®n de cert¨¢menes dedicados al rock, el pop y la m¨²sica independiente
De no tener nada, apenas el S¨®nar como modelo de festival urbano de m¨²sica avanzada, el extinto Esp¨¢rrago y el Festival de Benic¨¤ssim, con su oferta de tienda, sol y m¨²sica independiente, a tener un verdadero sarpullido festivalero que brota en toda la geograf¨ªa estival. Espa?a ha pasado de la nada al infinito en apenas diez a?os, lo que ha supuesto la aparici¨®n de un nuevo mercado publicitario, aprovechado especialmente por las marcas de cerveza y refrescos, as¨ª como de un inmenso zoco donde los grupos internacionales se venden al alza al mejor postor.
El promotor musical Jos¨¦ Cadah¨ªa ha sido el ¨²ltimo en sumarse al mapa festivalero y lo ha hecho de forma aparatosa. El 14 y 15 de julio organiza la primera edici¨®n del Summercase, un festival que a raz¨®n de 28 grupos por ciudad y d¨ªa se celebrar¨¢ simult¨¢neamente en Madrid y Barcelona. En su opini¨®n, "Espa?a camina hacia su conversi¨®n en un pa¨ªs de servicios, lo que resulta positivo ya que la industria se puede deslocalizar, mientras que el ocio es mucho m¨¢s dif¨ªcil de mover geogr¨¢ficamente". Por su personalidad, el Summercase se ha configurado como la mayor competencia de Benic¨¤ssim, festival que se celebrar¨¢ el siguiente fin de semana. Jos¨¦ Mor¨¢n, codirector del festival castellonense, afirma que personalmente se lo hubiese pensado "m¨¢s de tres veces antes de organizar un festival as¨ª", refiri¨¦ndose al Summercase, aunque coincide con Cadah¨ªa en un juicio: "Antes s¨®lo vend¨ªamos al mundo sanfermines. Ahora tambi¨¦n vendemos festivales".
Algunos se descuelgan de la puja por la estrella y conf¨ªan m¨¢s en un cartel profundo
Otra realidad provocada por el florecimiento de festivales es la tremenda competencia que se ha establecido entre ellos a la hora de contratar a los cabezas de cartel. La pugna entre diversos festivales, solventada a base de talonario, est¨¢ provocando un encarecimiento de las figuras que seg¨²n las fuentes consultadas oscila entre el 30-40% y el 100%. Espa?a se ha convertido en un chollo para los agentes internacionales y los grupos a los que representan, que, como indica Mor¨¢n, "alucinan con un pa¨ªs que hace cinco a?os no ten¨ªa casi nada y ahora puja con enormes cantidades de dinero para lograr las contrataciones". Jos¨¦ Cadah¨ªa, promotor que tiene fama de pujar con bastantes ceros, desdramatiza este encarecimiento al situarlo en perspectiva econ¨®mica: "La subida de precios en funci¨®n de la oferta y la demanda ya fue pronosticada por Adam Smith en el siglo XVIII, de manera que no deber¨ªa resultar una sorpresa".
Para Jos¨¦ Mor¨¢n esta escalada de precios que marca unos 300.000 euros por la contrataci¨®n de un cabeza de cartel, "no es propia de toda Europa, ya que en otros pa¨ªses los promotores establecen unos pactos y se reparten el mercado". Robert Grima, promotor de conciertos con La Iguana Internacional e impulsor del Pop Festival, festival nacido en 1996 y desaparecido pocos a?os despu¨¦s, apostilla que "adem¨¢s en Inglaterra, por ejemplo, los promotores suelen tener acciones en los festivales de la competencia, de suerte que aunque hay guerra por la contrataci¨®n no se traspasan los l¨ªmites de lo razonable". Para evitar esta guerra de precios ya hay festivales que se han descolgado de la puja por la estrella, confiando m¨¢s en un cartel profundo y en la imagen de marca de su propio festival. Por esta senda ya caminan el S¨®nar y el Primavera Sound, dos de los cert¨¢menes a quienes casi todo el mundo pronostica un buen futuro por trayectoria y personalidad, marcada por la m¨²sica avanzada en un caso y por el pop-rock adulto en el otro.
A pesar de estas excepciones, hay una pregunta que mantiene su sentido: ?de d¨®nde obtienen los festivales espa?oles la liquidez para afrontar las facturas de contrataci¨®n derivadas de la competencia por los grandes nombres? La respuesta es doble: de las marcas comerciales y de las subvenciones p¨²blicas. Estas ¨²ltimas est¨¢n presentes en muchos festivales que usan la m¨²sica para promocionar la poblaci¨®n que los acoge, caso por ejemplo del Santander Summer Festival. El propio Festival de Benic¨¤ssim recibe importantes apoyos del ayuntamiento de la localidad, de la Diputaci¨®n de Castell¨®n y de la propia Generalitat valenciana. En el ¨¢mbito de las marcas comerciales las que se llevan la palma son las marcas de cerveza. Olivier Sepulchre, responsable de Mercado Nocturno Mahou-San Miguel, afirma que el inter¨¦s de las marcas de cerveza se debe a que "en los festivales es donde est¨¢ el consumidor, y lo que ¨¦ste consume es fundamentalmente cerveza, porque en las discotecas, que tambi¨¦n son lugar de encuentro de nuestros clientes, predomina el trago largo". Olivier, un belga afincado en Espa?a que ha gestionado patrocinios para el Monegros Desert Festival y el S¨®nar, las cantidades que pagan los festivales espa?oles por las estrellas son propias "de un pa¨ªs de locos".
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