?'Quo vadis', Latinoam¨¦rica?
El 12 y 13 de mayo tendr¨¢ lugar en Viena la IV Cumbre Uni¨®n Europea / Am¨¦rica Latina-Caribe. All¨ª los jefes de Estado y de Gobierno confrontar¨¢n varios hechos significativos, positivos y negativos. Positivo es el empe?o creciente del Parlamento Europeo y de los parlamentarios latinoamericanos por reforzar las incipientes estructuras de integraci¨®n regional (Mercosur, Comunidad Andina, Sistema de Integraci¨®n Centroamericano), as¨ª como la relaci¨®n entre estos ¨²ltimos y la Uni¨®n Europea. Negativas son las posiciones disgregadoras y desintegradoras aparecidas recientemente, as¨ª como la tendencia a rearmarse en la regi¨®n, todas ellas protagonizadas por distintos gobiernos.
El Mercado Com¨²n del Sur (Mercosur) -que agrupa a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay (Venezuela acaba de iniciar un proceso de incorporaci¨®n al mismo)- y la Comunidad Andina de Naciones, CAN (Colombia, Per¨², Bolivia, Ecuador y, todav¨ªa, Venezuela) son los dos experimentos integradores del continente m¨¢s interesantes. Mercosur -por PIB, habitantes y la destacada actuaci¨®n brasile?a en las relaciones internacionales, pol¨ªticas y econ¨®micas- aventaja a la CAN. Ambas organizaciones sufren hoy una crisis. Por razones espec¨ªficas de cada uno de los dos bloques, pero tambi¨¦n por un factor com¨²n, si bien ¨¦ste no est¨¢ presente ni de la misma manera ni en todos los Estados. Me refiero al papel de los Estados Unidos y a c¨®mo reaccionan ante ¨¦l unos y otros.
Hay, por otro lado, algo importante a rese?ar: nunca se hab¨ªan dado crisis tan serias simult¨¢neamente en el Mercosur y la CAN. El detonante en el primero ha consistido en un enfrentamiento entre Argentina y Uruguay a causa de la construcci¨®n en este pa¨ªs, pero sobre aguas que comparte con el primero, de dos f¨¢bricas de celulosa. Buenos Aires insiste en que se producir¨¢ una contaminaci¨®n. Montevideo lo niega y pide la intervenci¨®n de Mercosur para dirimir el conflicto. Buenos Aires -que preside temporalmente la organizaci¨®n- contempla el problema bilateralmente y se niega a atender los requerimientos de Uruguay. Ello ha llevado al presidente de este pa¨ªs, el socialista Tabar¨¦ V¨¢zquez, a declarar que "Mercosur no sirve" y a importantes c¨ªrculos de su pa¨ªs a reclamar la negociaci¨®n de un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos, lo que da?ar¨ªa el proceso integrador del propio Mercosur.
La "guerra de las papeleras" es, no obstante, s¨®lo la punta del iceberg. Los dos pa¨ªses menos grandes, Paraguay y Uruguay, se quejan del predominio de los otros dos y sobre todo del del gigante brasile?o. Para complicar las cosas, los presidentes argentino, Kirchner, y brasile?o, Lula, se reunieron el pasado 26 de abril en S?o Paulo y ratificaron su "alianza estrat¨¦gica", al tiempo que afirmaron que el conflicto uruguayo-argentino debe resolverse en el ¨¢mbito bilateral.
La otra gran crisis es la de la Comunidad Andina de Naciones, que Venezuela ha decidido abandonar afirmando que tampoco sirve. Hugo Ch¨¢vez ha declarado que la CAN s¨®lo defiende los intereses de las ¨¦lites y de las multinacionales: "No le sirve a los indios, a los negros, ni a los pobres". En este caso, el detonante ha sido la firma de dos miembros de la CAN, Colombia y Per¨², de sendos TLC con Washington. Para Bolivia la firma por Bogot¨¢ de ese tratado con Washington es un golpe importante pues las exportaciones de soja que efect¨²a a Colombia ser¨¢n reemplazadas por soja estadounidense, m¨¢s barata por ser transg¨¦nica. Evo Morales, que sustituir¨¢ a Ch¨¢vez en junio como presidente de la CAN, se niega a que Ch¨¢vez le entregue "un cad¨¢ver": "Ruego a los presidentes de Colombia y Per¨² que suspendan el TLC con Washington. Se comprende que Uribe firme el TLC, por la clase social de donde viene, pero es incre¨ªble la actitud del presidente Toledo, que dice representar a los ind¨ªgenas, y con el TLC ha traicionado el movimiento ind¨ªgena en toda Latinoam¨¦rica". ?Surrealismo m¨¢gico latinoamericano? La situaci¨®n ha empujado al presidente boliviano a cerrar filas con Ch¨¢vez y Castro. Los tres han firmado en La Habana el 29 de abril el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), ant¨ªtesis de los TLC que lidera Washington, y Morales ha decidido nacionalizar.
No obstante, en paralelo, se producen muy importantes acuerdos que, de concretarse, reforzar¨ªan la integraci¨®n econ¨®mica primero y, de poderse comparar con la experiencia europea, la pol¨ªtica despu¨¦s. As¨ª, el llamado gasoducto del Sur, que, pretende llegar desde Venezuela hasta Argentina, atravesando Brasil y Bolivia. De gigantesco coste, aun en estudio. Otro gasoducto de m¨¢s reducido alcance ser¨ªa el que uniese a Uruguay,
Paraguay y Bolivia, con apoyo venezolano. Empero, en el acto de la firma el 19 de abril, el presidente uruguayo solicit¨® que no discurriera por territorio argentino por miedo a que Buenos Aires pudiera cortar el suministro a Montevideo.
Rebus sic stantibus, ?qu¨¦ hacen algunos pa¨ªses latinoamericanos arm¨¢ndose de manera desproporcionada? ?Temen una amenaza exterior? La ¨²nica potencial es la de los EE UU y de esa no podr¨ªan defenderse con esas armas. Los cuatro pa¨ªses que mayor porcentaje de su PIB dedican a Defensa son, por este orden Ecuador, Chile, Colombia y Bolivia, tres de la CAN y Chile que, felizmente, acaba de tener un gesto amistoso hacia Bolivia (no mantienen relaciones diplom¨¢ticas desde hace 28 a?os) al mencionar la posibilidad de un acceso soberano al mar para la naci¨®n andina. Esa carrera armamentista debe ser detenida en beneficio del desarrollo de todos los pueblos de Am¨¦rica Latina.
En el mundo globalizado de hoy, las ¨²nicas armas que necesita EE UU para imponer su hegemon¨ªa en su patio de atr¨¢s son las econ¨®micas y comerciales. Lo han intentado colectivamente con el ALCA (?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas), que Venezuela pretende ut¨®picamente contrarrestar con el ALBA (Alternativa Bolivariana de las Am¨¦ricas). El ALCA ha fracasado, en parte por la oposici¨®n de Buenos Aires y Brasilia, y Washington lo ensaya ahora pa¨ªs por pa¨ªs. Hugo Ch¨¢vez, vali¨¦ndose de la jerga del surrealismo m¨¢gico, lo denuncia as¨ª: "No pudieron imponer el ALCA, pero est¨¢n logrando que algunos pa¨ªses les firmen unos mini-ALCA, unos alquitas". Por cierto, a t¨ªtulo de an¨¦cdota, de los 34 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina-Caribe, s¨®lo 7 apoyaron a Washington en su invasi¨®n de Irak (Rep¨²blica Dominicana, Costa Rica, Salvador, Honduras, Nicaragua, Panam¨¢ y Colombia) y en esos momentos estaban negociando con ¨¦l acuerdos comerciales.
En cualquier caso, los TLC ratificados han supuesto un buen negocio para los exportadores norteamericanos. Por ejemplo, en los dos a?os de vigencia del acuerdo con Chile han duplicado las exportaciones a este pa¨ªs. Sin embargo, la mayor¨ªa de los pocos Gobiernos que han firmado TLC con EE UU tienen una sensaci¨®n cuando menos agridulce. No parece que el trato sea equitativo ni tampoco que el libre comercio haya reducido significativamente la pobreza en Am¨¦rica Latina, y no es exagerado sostener que los TLC pueden acabar da?ando seriamente al campesinado de la regi¨®n, que contin¨²a siendo la mitad de sus 500 millones de habitantes.
?Puede la reuni¨®n de Viena ayudar a Am¨¦rica Latina? ?Puede Europa actuar con generosidad sobre todo en el tema de los subsidios a la agricultura, de forma que los latinoamericanos y caribe?os lleguen a ver en la UE una alternativa, si bien no m¨¢gica ni surrealista, a la rapi?a hist¨®rica que para ellos han supuesto los Estados Unidos? Europa -y sobre todo Espa?a, por los muy especiales v¨ªnculos hist¨®ricos y culturales- debe liderar un proceso de paz justa y de cooperaci¨®n genuina, ayudando a la prevenci¨®n de conflictos en la regi¨®n, sugiriendo f¨®rmulas para racionalizar la integraci¨®n regional que eviten las tendencias centr¨ªfugas, insinuando v¨ªas para lograr cohesi¨®n social; esto es, la consolidaci¨®n de un adecuado equilibrio entre el crecimiento econ¨®mico y el reparto de la riqueza en la sociedad, lo que equivale al modelo que disfrutamos en Europa y que fue logrado a trav¨¦s del pacto y, precisamente, mediante la l¨®gica de la integraci¨®n regional.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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