Esto se ha puesto crudo, muy crudo
El nacionalismo petrolero y el im¨¢n de China e India complican las cosas a las multinacionales en Latinoam¨¦rica
La noticia de la nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos en Bolivia ha ca¨ªdo como una bomba entre la opini¨®n p¨²blica de nuestro pa¨ªs. No en vano, a la espera del desenlace de las negociaciones que se desarrollar¨¢n en los pr¨®ximos meses, Repsol YPF aparece como una de las compa?¨ªas m¨¢s perjudicadas por el decreto del Gobierno de La Paz. En cualquier caso, aunque intempestiva en las formas y dolorosa en el fondo, la nacionalizaci¨®n no puede catalogarse de sorpresiva. Tras la llegada al poder de Evo Morales, este acontecimiento era algo hasta cierto punto previsible, y adem¨¢s las petroleras internacionales que trabajan en la exploraci¨®n y extracci¨®n de hidrocarburos en Latinoam¨¦rica saben que la inseguridad pol¨ªtica constituye un factor de riesgo de importancia equiparable al derivado de las incertidumbres geol¨®gicas. Gajes del oficio.
El desplome de la URSS y el fin de la guerra fr¨ªa hicieron pensar que Suram¨¦rica, Centroam¨¦rica y M¨¦xico pod¨ªan convertirse en el patio trasero de EE UU
Los Gobiernos de izquierda en Latinoam¨¦rica por primera vez no dependen de los pa¨ªses desarrollados para explotar sus recursos energ¨¦ticos
Venezuela ocupa el primer lugar del 'ranking' del hemisferio occidental en reservas de petr¨®leo convencional y el segundo en las de gas natural
El desplome de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el final de la guerra fr¨ªa hicieron pensar a muchos que Suram¨¦rica, Centroam¨¦rica y M¨¦xico pod¨ªan convertirse en el patio trasero de Estados Unidos. En un principio, las reformas impulsadas a cambio de cr¨¦ditos por el Fondo Monetario Internacional en ciertos pa¨ªses clave, como M¨¦xico, Argentina y Brasil, parecieron confirmar la viabilidad de esta idea. Desde el punto de vista del sector de los hidrocarburos, M¨¦xico opt¨® por mantenerlo bajo estricto control estatal, mientras que Argentina, Bolivia, Colombia y Per¨² prefirieron abrirlo, atrayendo as¨ª una imponente oleada de inversiones extranjeras. Por su parte, Brasil y Venezuela se esmeraron en aplicar un cauteloso modelo mixto, que a la postre consigui¨® el doble objetivo de atraer las inversiones y potenciar la competitividad de sus poderosas compa?¨ªas estatales.
Espectacular vuelco
Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, la situaci¨®n en Suram¨¦rica ha experimentado un espectacular vuelco. Pa¨ªs tras pa¨ªs, las elecciones democr¨¢ticas han aupado al poder a partidos y l¨ªderes que conjugan una ideolog¨ªa de izquierdas con un profundo sentimiento nacionalista que les lleva a oponerse a la libre explotaci¨®n de los recursos naturales por compa?¨ªas for¨¢neas. Este nuevo nacionalismo o patriotismo energ¨¦tico, firmemente arraigado en una poblaci¨®n empobrecida y desilusionada con los devastadores efectos del Consenso de Washington sobre M¨¦xico y Argentina, considera que la recuperaci¨®n por el Estado del control de los recursos naturales constituye una condici¨®n necesaria, aunque quiz¨¢ no suficiente, para combatir la pobreza generalizada que asuela la regi¨®n. Una convicci¨®n que parece consolidarse a medida que los precios de los hidrocarburos, especialmente el del petr¨®leo, se disparan a m¨¢ximos hist¨®ricos y la oferta mundial de crudo apenas puede seguir el tir¨®n de la demanda.
En este sentido, el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, representa el abanderado de un modelo de actuaci¨®n basado en una renegociaci¨®n leonina de los contratos firmados por sus predecesores con las petroleras internacionales. El ¨¦xito de esta iniciativa, ante la que se ha doblegado la pr¨¢ctica totalidad de las grandes multinacionales del sector, ha hecho que el modelo haya sido exportado y aplicado, de manera m¨¢s o menos radical, por el presidente de Ecuador, Alfredo Palacios, y de Bolivia, Evo Morales. Pendientes del resultado de las elecciones en Per¨² -uno de cuyos candidatos, Ollanta Humala, podr¨ªa optar por seguir la senda de Ch¨¢vez-, s¨®lo Brasil, Colombia y Argentina mantienen pol¨ªticas razonablemente abiertas al capital y la tecnolog¨ªa extranjeros. Adem¨¢s de su atractivo geol¨®gico, Brasil es un basti¨®n de estabilidad en Suram¨¦rica, de forma que a?o tras a?o sus ofertas de permisos movilizan y atraen a muchas compa?¨ªas. A diferencia de este pa¨ªs, Colombia y Argentina se convertir¨¢n en importadores netos de petr¨®leo antes del final de esta d¨¦cada, pero mientras el primero ha sabido seducir a los inversores para maximizar su potencial, el segundo quiz¨¢ deber¨ªa pensar en mejorar los incentivos.
?Qu¨¦ razones pueden explicar el ¨¦xito de Ch¨¢vez en su envite a las petroleras? Sin duda, su valor m¨¢s s¨®lido es la magnitud de los recursos de Venezuela. Este pa¨ªs ocupa el primer lugar del ranking del hemisferio occidental en reservas probadas de petr¨®leo convencional, y el segundo, tras EE UU, en las de gas natural. Y a estas credenciales hay que a?adir unos recursos de petr¨®leo no convencional, todav¨ªa por explotar, que superan las reservas probadas de Arabia Saud¨ª. A esta abrumadora riqueza natural, que hace de Venezuela un protagonista indispensable en la estabilidad del mercado energ¨¦tico mundial, hay que sumarle dos factores m¨¢s que tambi¨¦n juegan a favor de Ch¨¢vez.
El primero es la desesperaci¨®n de las petroleras internacionales por reponer sus reservas. Porque, contrariamente a lo que se cree, en cuesti¨®n de reservas, las grandes petroleras resultan ser unos enanitos al lado de muchas compa?¨ªas estatales. Por ejemplo, en el ranking mundial de reservas de petr¨®leo, Exxon-Mobil, Shell y BP ocupan, respectivamente, los lugares 12?, 14? y 18?, con unas cifras inferiores al 10% del cuarto de bill¨®n de barriles de Saudi Aramco y en torno al 20% de las de las compa?¨ªas nacionales de Irak y Kuwait. La situaci¨®n tampoco resulta m¨¢s halag¨¹e?a para el gas: Exxon-Mobil, Shell y BP, en los puestos 11?, 13? y 18?, tienen unas reservas equivalentes al 10%-15% de las de la rusa Gazprom y la compa?¨ªa nacional iran¨ª. Y el panorama no tiene visos de mejorar. Las reservas conocidas por desarrollar a las que las superpetroleras tienen libre acceso no son m¨¢s del 7% del total mundial y, seg¨²n Conoco Phillips, dos tercios del conjunto de las reservas globales recuperables quedan fuera de su alcance. Una situaci¨®n que, tras la guerra de Irak, ha empeorado con la reestatalizaci¨®n emprendida en Rusia y la extrema cautela y parsimonia con que los grandes productores de Oriente Pr¨®ximo reaccionan ante cualquier posible apertura al exterior.
Se estrechan las posibilidades
Hasta hace poco exist¨ªan suficientes recursos en regiones completamente abiertas a la inversi¨®n privada, como el golfo de M¨¦xico y el mar del Norte, para mantener ocupadas y en expansi¨®n a las grandes compa?¨ªas. Pero esta situaci¨®n toca a su fin, en la medida en que las citadas regiones s¨®lo ofrecen oportunidades de crecimiento a las petroleras de mediano o peque?o tama?o. Siempre se ha pensado que las compa?¨ªas estatales que atesoran las reservas no poseen la capacidad t¨¦cnica ni financiera para explotarlas y comercializarlas. Sin duda, este factor ha constituido una importante baza negociadora para las grandes multinacionales a la hora de acceder a nuevas ¨¢reas. Pero esta ventaja empieza a diluirse. Los altos precios del crudo han propiciado que muchas compa?¨ªas estatales dejen de ser financieramente d¨¦biles, permiti¨¦ndolas incrementar notablemente sus presupuestos de exploraci¨®n y producci¨®n, invertir en la contrataci¨®n de t¨¦cnicos extranjeros y dise?ar ambiciosos programas de capacitaci¨®n de su personal.
El otro factor es la reciente entrada en juego de un nuevo y formidable competidor: las petroleras estatales de China e India, que ¨²ltimamente han multiplicado su actividad comercial no s¨®lo en Latinoam¨¦rica, sino en todo el mundo. La insaciable sed de petr¨®leo y gas suscitada por el rampante desarrollo econ¨®mico de los dos gigantes demogr¨¢ficos hace que para ellos los hidrocarburos constituyan una materia prima estrat¨¦gica cuyo suministro puede negociarse sin la limitaci¨®n que supone la presi¨®n del accionariado. Los Gobiernos de izquierdas en Latinoam¨¦rica no s¨®lo pueden sentir, por razones hist¨®ricas, una mayor simpat¨ªa por China e India que por los pa¨ªses desarrollados de Occidente, sino que por vez primera no dependen completamente de estos ¨²ltimos para la exploraci¨®n, explotaci¨®n y venta de sus recursos energ¨¦ticos.
Tras lo acontecido en Bolivia, ?cabe esperar alguna otra mala noticia para los intereses de las petroleras espa?olas en Latinoam¨¦rica? A corto plazo, a la espera del desenlace de las elecciones en Per¨², no parece que vaya a ser as¨ª. A medio y largo plazo, nunca se sabe, especialmente en Latinoam¨¦rica, aunque parece que s¨®lo un brusco cambio de rumbo hacia posturas m¨¢s radicales en Argentina podr¨ªa tener serias repercusiones.
Mariano Marzo es catedr¨¢tico de Estratigraf¨ªa y profesor de Recursos Energ¨¦ticos. Facultad de Geolog¨ªa. Universidad de Barcelona.

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