El Rey y Zapatero estar¨¢n en Saint-Denis

El rey Juan Carlos, el presidente del gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y ministros como Jos¨¦ Montilla tienen previsto asistir a la final de hoy en el estadio Saint-Denis pero no participar en celebraci¨®n posterior alguna. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y su predecesor, Jordi Pujol, tambi¨¦n tienen anunciada su presencia en Par¨ªs. Zapatero es un reconocido cul¨¦ aunque todav¨ªa no ha tenido la ocasi¨®n de presenciar un partido en el Camp Nou.

La UEFA montaba anoche una gran cena para celebrar el cincuentenario de la Copa de Europa e invitaba a los directivos de los dos equipos finalistas. El presidente Joan Laporta recibir¨¢ hoy la medalla del Senado franc¨¦s y el Bar?a tiene prevista una cena para 1.000 personas esta noche en el Bois de Boulogne pero todo depende del resultado, claro.

La llamada Maison de la Catalogne, es decir, la oficina de representaci¨®n del gobierno de la Generalitat catalana en Francia, se ha convertido en una suerte de embajada bis. Ayer acogi¨® a Laporta y sus directivos en una recepcion presidida por el conseller de Agricultura Jordi Williams Carnes. Y lo hizo en medio de un despliegue de obras de Mir¨®, Tapies, Dal¨ª, Subirachs o Clav¨¦ dedicadas al Bar?a o de caricaturas hist¨®ricas de Valent¨ª Castanys, Joaquim Muntanyola, Bofarull o Bagaria, por solo citar los m¨¢s conocidos. Para hoy, en el Theatre de l'Europe, en el Odeon, est¨¤ previsto un acto en el que la rivalidad deportiva ser¨¢ contrastada a la amistad intelectual, ley¨¦ndose textos del historiador Ferran Soldevila en los que explica hasta qu¨¦ punto es imposible comprender a los brit¨¢nicos sin haber asistido a un partido de f¨²tbol o de George Orwell en los que compara el Par¨ªs en paz a la Barcelona en guerra.

Ni el Ayuntamiento de Par¨ªs, ni las directivas de Barcelona y el Arsenal, ni la UEFA han querido asumir hasta el final la responsabilidad de orden p¨²blico que puede representar la presencia por la calles de Par¨ªs de miles de aficionados sin entrada. El Bar?a, en su momento, pidi¨® la posibilidad de reunir a sus aficionados, durante y tras el partido, en el Champ de Mars, una gran explanada vecina a la torre Eiffel. El ayuntamiento ofreci¨® a cambio el estadio de Charletty, en el sur de la ciudad, junto al cintur¨®n perif¨¦rico. Pero, ?qui¨¦n convocaba el acto? Nadie ha querido asumir la responsabilidad y toda recae ahora en la prefectura de la ciudad, es decir, en sus fuerzas del orden.