La rebati?a por Am¨¦rica Latina
Am¨¦rica Latina se agita reclamando atenci¨®n. La aventura militar norteamericana en Irak permite, de un lado, que los recientes espasmos se hayan producido con alguna autonom¨ªa de movimientos y, de otro, ha medio difuminado el grado Richter de esa agitaci¨®n. Pero ya no m¨¢s.
El presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez, apoyado en la revoluci¨®n ind¨ªgena de Bolivia y en las que puedan venir de Per¨² y Ecuador, cree posible avanzar en su gran proyecto: la Comunidad Suramericana de Naciones, cuyo pegamento, dado que no hay ind¨ªgenas para todos, es crudo barato y antinorteamericanismo salsero. Ese es el sentido de su reciente anuncio de que Venezuela se retira de la CAN (Comunidad Andina de Naciones), mientras habla de integraci¨®n en Mercosur con Brasil y Argentina. Pero hay otro l¨ªder que tambi¨¦n aspira al liderazgo, incluso pan-latinoamericano: Lula, presidente del coloso brasile?o.
En ese terreno parecen hoy poco ¨²tiles la cl¨¢sica divisi¨®n en derecha e izquierda, y aun dentro de la izquierda, entre socialdem¨®cratas y antiimperialistas bolivarianos. La distinci¨®n mejor habr¨ªa que hacerla entre radicales, en el sentido anglosaj¨®n del t¨¦rmino, los que, yendo a la ra¨ªz, rechazan el mundo tal cual es; y moderados, los que aceptan lo que hay, aunque pretendan mejorarlo. Los primeros son Venezuela, Cuba y Bolivia, a la espera de nuevos aliados como Per¨², Ecuador, si llegan al poder sus indigenismos respectivos, y Nicaragua, si ganara el sandinismo castrista de Daniel Ortega; y los segundos, aquellos que aun invocando alg¨²n tipo de socialismo, no quieren que su reformismo les cree dificultades con Estados Unidos como Brasil, Argentina, M¨¦xico -gane quien gane en las presidenciales del 2 de julio- Chile y Uruguay. Entre los grandes pa¨ªses continentales, Colombia es el ¨²nico que no va de radical, ni de moderado, sino de mejor alumno y aliado de Washington.
El agrupamiento de estados radicales tuvo la semana pasada en la cumbre euro-latinoamericana de Viena una notable presentaci¨®n en sociedad a trav¨¦s del poco expresivo Evo Morales y del torrencial Hugo Ch¨¢vez. El presidente boliviano hac¨ªa de transformista, bombero y pir¨®mano a la vez; un d¨ªa desairaba a Espa?a y al siguiente le pon¨ªa un parche a la herida, de forma que, seg¨²n las mejores fuentes, est¨¢ volviendo loco al presidente Zapatero. Y, aunque la suerte que vaya a tocarle a Espa?a en la explotaci¨®n de los hidrocarburos bolivianos, no se sabr¨¢ hasta que Madrid y Repsol tengan el reglamento que desarrolle la ley nacionalizadora, no es irrelevante que en unas semanas se celebren elecciones constituyentes y, por ello, Morales haya de tener contento a un indigenismo que no carece de propuestas mucho m¨¢s extremas que las suyas. Alg¨²n postureo parecer¨ªa por esa raz¨®n de recibo. El indio aymara, ¨²nico presidente latinoamericano que no tiene el espa?ol como primera lengua, resulta que es de lo m¨¢s moderado entre los que desde el indigenismo han exigido la recuperaci¨®n de las riquezas nacionales; por ello, no puede parecer prudente jugar a cuanto peor, mejor, a ver si cae. Lo mismo que ocurre con ese gran aliado de Occidente que es Arabia Saud¨ª, due?a de todos sus pozos.
Morales no deja de contar, sin embargo, con otros argumentos que pueden hacerle mucho bien a corto plazo. El contencioso de la mediterraneidad entre Bolivia y Chile, por el que secularmente La Paz reivindica una salida al mar, que perdi¨® en una guerra civil americana, podr¨ªa hallarse cerca de una soluci¨®n, seg¨²n fuentes de la Corporaci¨®n Andina de Fomento. Bolivia obtendr¨ªa un corredor extraterritorial o cosoberano de ambos pa¨ªses, desde el oeste boliviano al oc¨¦ano Pac¨ªfico en el norte chileno, con un puerto de su exclusivo control. El plan no es nuevo, pero parece tener posibilidades de llevarse a la pr¨¢ctica con la presidenta socialista Michelle Bachelet. Y si as¨ª fuera, no s¨®lo Morales, sino tambi¨¦n Ch¨¢vez, al frente de su parus¨ªa bolivariana, habr¨ªan recibido un formidable est¨ªmulo, en especial, ante la opini¨®n p¨²blica de todo el mundo andino; aquella a la que preferentemente quiere dirigirse el cuarter¨®n de Caracas.
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