"Su sue?o era venir a Canarias"
Familiares de los senegaleses hallados momificados en Barbados denuncian que un espa?ol los embarc¨® en Cabo Verde y luego los abandon¨® en alta mar
El 24 de diciembre del a?o pasado un espa?ol residente en las islas Canarias, de complexi¨®n fuerte, bajo de estatura, mediana edad y pelo moreno, supuestamente mec¨¢nico, reclut¨® en Praia (capital de la isla Santiago y principal puerto del archipi¨¦lago de Cabo Verde) a unos 50 senegaleses y les cobr¨® a cada uno 1.200 euros, con la promesa de llevarlos a las islas espa?olas en pocos d¨ªas. Esta persona "no tiene residencia fija, sino que va y viene entre Canarias y Cabo Verde". Con la bolsa llena, minutos antes de zarpar, baj¨® a tierra y dijo a los ocupantes que enseguida llegar¨ªa el capit¨¢n que los iba a llevar al archipi¨¦lago espa?ol. "Cinco o seis" de los inmigrantes desconfiaron de su palabra y bajaron tambi¨¦n en el ¨²ltimo minuto. Esa reacci¨®n instintiva termin¨® por salvarles la vida.
El hermano de una v¨ªctima quiso poner una denuncia en Barcelona y le dijeron que "era un asunto de Canarias"
Ning¨²n juzgado est¨¢ investigando de oficio, y las familias piden que se busque al presunto autor del genocidio
Los 48 que permanecieron en el yate, casi todos oriundos de Cassamance (la zona sur de Senegal), aunque no se conoc¨ªan entre s¨ª, partieron la noche del 25 de diciembre pasado con intenci¨®n de desembarcar en Canarias a los pocos d¨ªas. Cuatro meses despu¨¦s de aquel momento, la misma embarcaci¨®n apareci¨® 70 millas al este de las islas Barbados, pero en su interior s¨®lo hab¨ªa 11 cad¨¢veres momificados.
El pasado 13 de mayo, EL PA?S public¨® un reportaje donde se contaban los primeros datos de la investigaci¨®n oficial que han desarrollado autoridades, polic¨ªas y militares de Barbados, en colaboraci¨®n con varios servicios de inteligencia y policiales europeos y africanos. El cruce de documentos y fotograf¨ªas ha sido constante. Desde ese instante, familiares de quienes formaban parte de ese grupo se han puesto en contacto con este peri¨®dico y han ofrecido numerosa informaci¨®n que, en algunos casos, es totalmente contraria a la versi¨®n oficial. Ninguna comisar¨ªa de polic¨ªa se interes¨® por el caso, a pesar de los intentos de denunciarlo en Barcelona y Canarias. Cinco d¨ªas despu¨¦s de la publicaci¨®n del reportaje por este peri¨®dico, algunos de los familiares residentes en Espa?a han recibido una llamada de la Guardia Civil y una citaci¨®n para exponer este caso en el cuartelillo. Tampoco se ha abierto una investigaci¨®n judicial de oficio.
De las conversaciones mantenidas durante la ¨²ltima semana entre varios familiares de los fallecidos en Senegal, Francia y Espa?a -algunos de los cuales habl¨® con los n¨¢ufragos cuando ¨¦stos ya estaban a la deriva- y cuyo contenido fue revelado ayer directamente a EL PA?S por uno de los hermanos, se desprende que el yate "se dirig¨ªa a Canarias, no a Brasil". Adem¨¢s, que no eran 37 varones, sino 53, de los que cinco se bajaron en el ¨²ltimo segundo. Un tercer dato: el yate no sali¨® remolcado desde Cabo Verde por un buque mayor, como se cre¨ªa inicialmente, sino que zarp¨® por sus propios medios la noche del 25 de diciembre burlando la discreta vigilancia portuaria.
A los tres d¨ªas de navegaci¨®n, el yate (sin m¨¢stiles, ni nombre, ni bandera) sufre una aver¨ªa. Durante los cuatro meses anteriores, su propietario espa?ol lo hab¨ªa estado reparando en Praia. Una vez en alta mar, no perdi¨® el rastro a su propiedad oxidada reconvertida al rentable negocio del tr¨¢fico de personas. Los familiares sospechan por qu¨¦ el yate apareci¨® con rozaduras met¨¢licas en el casco y un largo cabo cortado por el extremo m¨¢s largo al yate de los inmigrantes: "Al conocer la aver¨ªa, ante el temor de que sus ocupantes podr¨ªan llegar a Canarias o regresar a Cabo Verde y contar a la polic¨ªa la estafa que hab¨ªan padecido, el espa?ol [como en todo momento se refiere el interlocutor al responsable de esta tragedia] pudo contactar con otro barco que navegaba cerca del yate a la deriva", en el que iban los 48 hombres, algunos de ellos con apenas 18 a?os, que casi no se conoc¨ªan entre s¨ª y hablaban las lenguas locales mandinga y wolof y algo de franc¨¦s.
Seg¨²n esta versi¨®n de algunos familiares, "un barco de mayores dimensiones se acerc¨® a ellos, les lanz¨® un cabo y los remolc¨®". Sin embargo, en vez de navegar hasta el norte (hacia Canarias) o al sur (hacia Cabo Verde) los introdujo m¨¢s en el Atl¨¢ntico y, cuando su tripulaci¨®n se cercior¨® de que quedaban a merced de las corrientes, cort¨® el cabo de un machetazo y dej¨® a estos infelices a merced de la corriente norecuatorial, que circula desde Cabo Verde hasta Brasil. A raz¨®n de 500 metros a la hora, tardaron casi cuatro meses en recorrer los m¨¢s de 5.000 kil¨®metros (unas 2.800 millas) de distancia entre las dos orillas del oc¨¦ano.
Este acto supuso la muerte de los 48 hombres, uno tras otro, abandonados, en mitad del oc¨¦ano. "Sufrieron much¨ªsimo antes de morir", reconoc¨ªa el pasado s¨¢bado a este peri¨®dico Carmelo Duarte, coordinador del dispositivo de emergencias que atiende a los inmigrantes que llegan a Canarias. A medida que fallec¨ªan, los moribundos supervivientes arrojaban los cad¨¢veres en el mar hasta que quedaron los 11 ¨²ltimos, que aparecieron momificados en Barbados dispersos por distintas zonas del yate (popa, cubierta, tim¨®n, camarotes, sala de m¨¢quinas, proa).
La tragedia tampoco parece haber preocupado a las autoridades espa?olas. El hermano de uno de los fallecidos asegura haber intentado varias veces presentar una denuncia por este caso, contando todos estos datos, en algunas comisar¨ªas de Barcelona y haber recibido como ¨²nica respuesta que "se trata de un tema de Canarias". Es m¨¢s, asegura que contact¨® "con un comisario de esas islas" que le pidi¨® discreci¨®n, para ver si detectaba a los ocupantes del yate "entre los inmigrantes registrados en las islas en esas semanas; pero nunca nadie m¨¢s se puso en contacto con nosotros". Ning¨²n juzgado hab¨ªa comunicado hasta ayer el inicio de una investigaci¨®n de oficio.
La indignaci¨®n del informante por la muerte de su hermano y la desidia oficial para investigarla lo empuj¨® a contar de golpe la historia del menor de la familia a este peri¨®dico: "Malang ten¨ªa 22 a?os, regentaba el locutorio de la familia en Dakar y reuni¨® los 200.000 francos CFA (unos 300 euros) para tomar un vuelo hacia Praia; all¨ª vivi¨® casi tres meses en una casa alquilada, compartiendo una habitaci¨®n con otras 50 personas; su sue?o era venir a Canarias". Su relato reproduce exactamente la forma de actuar de las redes de la inmigraci¨®n clandestina: "Malang contact¨® con un hombre llamado Amadou que era amigo del espa?ol y de un argentino que vende aire acondicionado; este Amadou le consigui¨® una plaza en el yate por un mill¨®n de francos CFA" (unos 1.200 euros) "que hab¨ªa ahorrado en el locutorio". El interlocutor asegura que el propio intermediario Amadou perdi¨® un hijo y un hermano en esta tragedia, seg¨²n el relato contado ayer.
Y ah¨ª comenz¨® su tragedia. Zarparon, naufragaron, fueron remolcados por un buque mayor y abandonados en alta mar hasta morir, uno tras otro. Cuatro meses despu¨¦s, la suave corriente los desplaz¨® hasta Barbados, ya momificados. Los cuerpos quedaron tan deformados que ha hecho imposible su identificaci¨®n, con la ropa mezclada con la grasa corporal. Las autoridades encontraron a bordo documentaci¨®n en regla de al menos 37 varones de Senegal y Mal¨ª, billetes en d¨®lares y euros, un billete de avi¨®n de Air Senegal, ropa sucia, mendrugos de pan llenos de hongos, envases vac¨ªos de zumos de naranja y pi?a, latas de sardinas en tomate picante fabricadas en Marruecos y un n¨²mero de tel¨¦fono de Senegal que ha sido la clave para descubrir lo ocurrido.
Ahora, sus familiares suplican que el Gobierno espa?ol investigue la identidad del espa?ol presunto autor de este genocidio, que lo detengan y lo juzguen. "Eso no nos devolver¨¢ a Malang, pero alguien debe pagar por todo el terrible sufrimiento que padeci¨® hasta morir".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Santa Cruz de Tenerife
- Inmigrantes africanos
- Pateras Canarias
- Redes ilegales
- Tr¨¢fico inmigrantes
- Accidentes fluviales
- Hallazgo cad¨¢veres
- Gipuzkoa
- Senegal
- Pateras
- Inmigrantes
- Accidentes mar¨ªtimos
- Inmigraci¨®n irregular
- Personas desaparecidas
- Inmigraci¨®n
- Pol¨ªtica migratoria
- Casos sin resolver
- Accidentes
- Tr¨¢fico personas
- Pa¨ªs Vasco
- Trata de seres humanos
- Delincuencia
- Migraci¨®n
- Casos judiciales