En coche y a la aventura por la costa del Algarve
Paisajes relajantes y diversi¨®n nocturna al sur de Portugal
Los m¨¢s avispados agentes tur¨ªsticos la han rebautizado como la California de Europa. Y algo de raz¨®n tienen: en la regi¨®n m¨¢s sure?a de Portugal, el Algarve, abundan buenas olas para el surf y campos de golf en plena costa (ha sido elegida, dos a?os consecutivos, el mejor destino de golf por IAGTO, la Asociaci¨®n Internacional de Touroperadores de Golf), el clima es formidable, y sus playas, de lo mejor. Pero hay m¨¢s: paisajes dram¨¢ticos como el del cabo de San Vicente, caprichos geol¨®gicos como las anaranjadas formaciones rocosas de Lagos, naturaleza tonificante como la de R¨ªa Formosa, ciudades hist¨®ricas como Faro y una animada vida nocturna.
Una de las ventajas del Algarve -am¨¦n del estrat¨¦gico aeropuerto de Faro- es que desde Espa?a se puede visitar c¨®modamente a bordo del veh¨ªculo propio. Aqu¨ª vamos a recorrerlo de norte a sur, bordeando la costa, sin descuidar excursiones al interior, hasta el cabo de San Vicente, y de ah¨ª giraremos hacia sotavento hasta topar con Huelva. Para conocer el Algarve en agosto conviene llevar reservadas las habitaciones. Pero el resto del a?o, especialmente en septiembre -un mes sin atascos, los alojamientos con la mitad de p¨²blico y, con ma?a en el regateo, a mitad de precio, y una temperatura suave-, se puede tranquilamente ir a la aventura, sin planes.
Del puerto de Sagres parten excursiones para ver cet¨¢ceos, y por la noche los bares de la calle principal rebosan ambiente juvenil y surfero
Hacia el interior, el paisaje se vuelve monta?oso y tranquilo. Destaca, al oeste, la sierra de Monchique, con unas vistas privilegiadas; una vegetaci¨®n de acacias, eucaliptos y pinos, y los manantiales que han hecho famosa a Caldas de Monchique
Remansos de paz
El Algarve -cuyo nombre proviene del ¨¢rabe Al Gharb, tierra por donde se pone el Sol- inici¨® el boom tur¨ªstico en los a?os sesenta del siglo pasado, sobre todo en sus costas, muchas de ellas hoy sobrecargadas de hoteles y especulaci¨®n urban¨ªstica. Pero hacia el interior el paisaje se vuelve monta?oso, continental y m¨¢s aut¨¦ntico y tranquilo. Entre sus rincones m¨¢s tradicionales destaca, al oeste, la sierra de Monchique, con unas vistas privilegiadas; una pluviosidad elevada; una vegetaci¨®n de acacias, eucaliptos y pinos, y los manantiales que han hecho famosa a Caldas de Monchique. Este oasis-refugio protegido de los vientos atl¨¢nticos por la sierra de su nombre sigue manteniendo su ancestral idiosincrasia, e incluso sus habitantes conservan una particular forma de hablar, que les diferencia del resto de la regi¨®n. Tambi¨¦n aqu¨ª se puede disfrutar del mejor aguardiente, el medronho. Y seg¨²n una leyenda, aquel que beba de la fuente del amor que esconden estos bosques se apasionar¨¢ locamente por la vida.
Siguiendo hacia el oeste unos 30 kil¨®metros se llega a la costa, dominada toda ella, del norte al sur, por el parque natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina, con playas bravas, rompientes y acantilados de v¨¦rtigo. Es una de las ¨¢reas protegidas -junto a R¨ªa Formosa y al Sapal de Castro Marim- de la regi¨®n. La playa de Odeceixe, la m¨¢s al norte del Algarve, atrapa la vista con el azul brillante de sus aguas, con el oc¨¦ano abierto y un r¨ªo templado para gozo de los m¨¢s peque?os. Siguiendo este perfil costero poco masificado, majestuoso, con ese relieve de rocas altern¨¢ndose con playas de arena limp¨ªsima, se pasa por las de Amoreira, Monte Cl¨¦rigo y Amado, en Carrapateira, que cuenta con varias escuelas de surf y extensi¨®n suficiente para que nadie te pise la toalla.
M¨¢s al sur se encuentra Vila do Bispo, puerta de la punta m¨¢s austral de Portugal, la barbilla de ese rostro que forma la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y que culmina con la espectacular fortaleza de piedra conocida como cabo de San Vicente, considerado en tiempos remotos "el fin de toda tierra habitada", pues as¨ª parece: el suelo se interrumpe de pronto, cruentamente, en forma de acantilado de 60 metros sobre un agua oscura y misteriosa. Adem¨¢s, el viento que azota sin piedad, la neblina que acostumbra a recubrirlo y el faro que lo preside dan al cabo de San Vicente -cuyo nombre homenajea al santo m¨¢rtir cuyo cuerpo fue velado, all¨¢ por el siglo IV, por dos cuervos- un extra m¨ªstico que concentra, cada atardecer, a cientos de j¨®venes que despiden al Sol mientras se oculta por el horizonte. Provistos de cervezas, ropa de abrigo y c¨¢maras digitales, estos adoradores del astro rey se desparraman por las rocas para obtener la mejor visi¨®n de un espect¨¢culo que sobrecoge. Una l¨¢pida advierte de su peligro potencial: alg¨²n turista ha perdido la vida al caer desde esta gigantesca proa continental.
Desde aqu¨ª, siguiendo unos cientos de metros hacia el sureste, y tras descender docenas de escalones de madera, se pisa la deliciosa playa mixta (textil y nudista) de Beliche, de arena tan blanca y suave que parece harina, ideal para ver pececillos y aislada del resto del mundo por una muralla natural en forma de acantilado. Al final de la playa, a la derecha, mirando al mar, se accede f¨¢cilmente a una gruta digna de una novela de Julio Verne y, de frente, a la izquierda, desde la misma toalla se contempla el majestuoso litoral, recortado por los precipicios. Del puerto de la cercana localidad de Sagres parten excursiones para ver cet¨¢ceos, y por la noche los bares de la calle principal rebosan ambiente juvenil y surfero.
Cerca, hacia sotavento, se encuentra la playa de Figueira, en Salema, que atrae a j¨®venes en busca de buceo y donde se conservan los restos de un nav¨ªo de guerra franc¨¦s del siglo XVIII. A pocos kil¨®metros hacia el este se llega a Lagos, la que fuera Lacobriga romana, uno de los enclaves m¨¢s hist¨®ricos a la par que animados, inmortalizado en miles de postales y gu¨ªas tur¨ªsticas. Su fotogenia se debe a las formaciones areniscas de la preciosa playa de Do?a Ana y del Ponte de Piedade, que se puede recorrer en velero, en piragua o incluso a nado, ayudado por un par de aletas. Entre sus rocas, semioculta, una min¨²scula cala permite practicar el nudismo en un entorno muy agradable. Desde el centro de Lagos y hacia el este se encuentran otros dos lugares vistosos: Meia Praia, una media luna de cuatro kil¨®metros de largo, una de las mejores y m¨¢s concurridas playas de la zona, y 10 kil¨®metros al norte, el relajante embalse de Bravura, enclavado entre ondulantes montes de eucaliptos.
Conducir junto al mar
Aqu¨ª -desde Lagos y tomando la autopista A-22, que sigue paralela al litoral hasta la frontera espa?ola- empieza la zona m¨¢s explotada de la costa alg¨¢rviga, que llega hasta Faro. Una muestra clara de ello es Portim?o (con su famosa playa da Rocha), cuya mitolog¨ªa asegura que aqu¨ª desembarc¨® An¨ªbal. Hoy aquellas tropas guerreras han sido sustituidas por avalanchas humanas, y en lugar de descender de elefantes, lo hacen de refrigerados autocares. Albufeira es otro de los destinos m¨¢s tur¨ªsticos, gracias a playas como Oura, la familiar S?o Rafael o la de los Barcos / dos Pescadores (con sus naves de pesca diseminadas por la arena), y a su energ¨¦tica marcha.
En otra onda est¨¢ Silves, hacia el interior, entre Portim?o y Lagoa, que fuera en 1053 la populosa Xelb, capital musulmana de Al Gharb, y que conserva su gran castillo de murallas ocres y numerosos vestigios del paso de los moros por sus calles. Tambi¨¦n hacia adentro, camino de la sierra de Caldeiaro, se encuentra Loul¨¦, con su mercado de artesan¨ªa y sabrosas viandas: higos y miel, quesos o dulces de mazap¨¢n.
Y llegamos a Faro, capital del Algarve y protegida por una muralla medieval. De pasado fenicio y cartagin¨¦s (aunque tambi¨¦n romanos y musulmanes dejaron su impronta aqu¨ª), el rey Alfonso III la conquista en 1249 y, desde entonces, ha sufrido dos graves agresiones, arquitect¨®nicamente hablando: el ataque del conde de Essex, en 1596, y el terremoto de 1755. Entre sus monumentos en pie destaca la catedral barroca, el Arco da Vila (de 1812) y la ermita de Nossa Se?ora do Pe da Cruz, del siglo XVII. Aunque la ciudad disfruta tambi¨¦n de animaci¨®n nocturna, pasear entre las calles empedradas de la Cidade Velha es un placer casi siempre silencioso.
Las islas de Faro, Barreta y Culatra son tres de los rincones m¨¢s estimulantes de R¨ªa Formosa: 60 kil¨®metros de dunas, lagos de agua dulce, bosques de con¨ªferas, salinas y playa natural que empiezan en Manta Rota y se extienden hacia el este hasta Vale do Lobo, m¨¢s all¨¢ de la ciudad de Tavira, y que sirven de h¨¢bitat a flamencos, gallinas sultanas y otras especies protegidas. En barco se puede llegar de Faro hasta Culatra. Aunque hay chiringuito, si su deseo es perderse entre gaviotas, nada como llevarse puesta la bebida, la sombrilla y una peque?a nevera. Tanto relax puede hacerle perder el sentido del tiempo y, con ¨¦l, el ¨²ltimo barco p¨²blico, aunque siempre se puede compartir un taxi-mar con alguien en situaci¨®n similar para regresar, al atardecer, a una bellamente iluminada Faro.
Al norte refulge Estoi, con su palacio rococ¨® del XIX, sus fuentes y palmeras, y al este se encuentra la noble ciudad de Tavira, cruzada por el r¨ªo Gil?o, que salva su puente romano, sus puestos callejeros y sus tejados piramidales. Con m¨¢s de treinta iglesias, conserva el embrujo del tiempo detenido y de lo acogedor, y remata su atractivo con la isla del mismo nombre, a la que se accede por ferry desde Quatro ?guas o a lomos de un convoy desde la cercana Pedras del Rei. Al descender del convoy, espera un nost¨¢lgico cementerio de anclas: las de los atuneros de la zona que dejaron de practicar su oficio cuando el gran pez dej¨® de visitarles.
A pocos kil¨®metros de Tavira, y en direcci¨®n a Espa?a, se encuentra la peque?a localidad de Cacela Velha: un ramillete de casas blancas de pescadores presidido por una iglesia y un fuerte del siglo XVIII. Y casi en la frontera, Castro Marim, puerta de salida del Algarve. A finales de agosto celebra su feria medieval en su fortaleza del siglo XIII, la cual ejerc¨ªa de vig¨ªa fronteriza entre Espa?a y Portugal y desde cuyas almenas se vislumbran dichos l¨ªmites.
UN 'TOP TEN' PARA EL BUEN TIEMPO
- 1. Contemplar la puesta de sol encaramado en el cabo de San Vicente mientras se apaga el astroy se enciende el faro.- 2. Tumbarse en la playa de Boliche contemplando el majestuoso horizonte de acantilados.- 3. Pasear por la parte altade Tavira y junto al r¨ªo Gil?o; luego, cenar en una terraza callejera.- 4. Nadar, bucear o remar entrelas alucinantes formaciones rocosas de la Ponte de Piedade, en Lagos.- 5. Tomarse una copa o un helado en uno de los locales entre las murallas de Cidade Velha, en Faro.- 6. Escuchar, en las playas de Ilhade Tavira, el tintineo que provocan las olas al arrastrar las conchas del fondo.- 7. Contemplar el lejano mar desde la serena sierra de Monchique.- 8. Surcar los canales naturales del parque natural R¨ªa Formosa, desde Faro hasta las islas de Faro y Culatra.- 9. Conducir por el valle que desemboca en la playa de Odeceixe.- 10. Caminar descalzo por la l¨ªmpida arena de la playa Amado, admirando -o emulando, si se atreve- las proezas de los surfistas.
GU?A PR?CTICA
Prefijo telef¨®nico- 00 351.Dormir- Hotel Eva (www.tdhotels.pt; 289 001 000). Avenida de la Rep¨²blica, 1. Faro. Habitaci¨®n doble, 120 euros.- Hotel Porta Nova (281 329 700; www.hotelportanova.com). Rua Ant¨®nio Pinheiro. Tavira. La doble, 60.- Residencial Algarve (289 895 700; www.residencialalgarve.com). Rua Infante Don Enrique, 52. Faro. 75 euros.- Residencial Vila Recife (289 583 740). Rua Miguel Bombarda, 6. Albufeira. Unos 75 euros.- Residencial Marazul (282 769 143). Rua 25 de Abril, 13. Lagos. Unos 55.Comer- La Cigale (289 501 637; www.restaurantelacigale.com). Olhos d'Agua. Albufeira. Pescado fresco y mariscos. Alrededor de 40 euros.- Lord Jim. Pla?a da Republica. Sagres. Modesto, acogedor. Unos 12.- Bica (281 323 843). Rua Alm. C?ndido dos Reis, 22. Tavira. Alrededor de 12.- Vilaadentro (916 031 253 y 289 820 665). Largo Afonso III, 17. Faro. Alrededor de 25 euros.Vida nocturna- Kiss (289 590 280). Areias de S. Jo?o. Albufeira. Abierto hasta las 6.00 horas. Tres pisos con tres ambientes.- Liberto's. Areias de S. Jo?o. Albufeira. Abre hasta las 4.00. M¨²sica en vivo al comienzo de la noche.- Kadoclube (289 360 485; www.kadoc.pt). Estrada de Vilamoura. Albufeira. Con terrazas y jardines. M¨²sica funky y comercial. Abre viernes, s¨¢bados y v¨ªsperas de festivos.- Ubi y Bubibar. Rua Almirante C?ndido, 2. Tavira. A las 22.00 horasabre como bar; discoteca hasta 6.00.Paseos en barco e informaci¨®n- Mar ilimitado (282 62 48 42 y 917 215 814; www.marilimitado.com). Sagres.- Bom dia (282 764 670 y 282 769 224; www.bomdia.info). Marina de Lagos.- Pescamar (www.pescamar.info; 966 193 431). Praia da Luz. Lagos.- www.portugalinsite.com.- www.algarvenet.com.- www.visitalgarve.pt.
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