Sin complacencia ante la arrogancia

La arrogancia fue la perdici¨®n de Kenneth Lay, como relat¨® uno de los miembros del jurado que durante los ¨²ltimos cuatro meses examin¨® los detalles de este caso antes. "Quer¨ªa tener el control", dijo. Se refer¨ªa al rechazo que les produjo el testimonio del fundador de Enron, en el que acus¨® a la prensa, y en concreto a The Wall Street Journal, de estar detr¨¢s del colapso de la el¨¦ctrica. Y fue la arrogancia lo que jug¨® en contra de Martha Stewart en el juicio que le puso cinco meses entre rejas por el caso Imclone.

El jurado, que considera su opini¨®n justa, opt¨® por ver la imagen del fraude en su conjunto y analizar como las piezas del rompecabezas encajaban unas con las otras, para llegar a su veredicto. El juicio comenz¨® el pasado 30 de enero en Houston en medio de una gran expectaci¨®n. La acusaci¨®n utiliz¨® a una treintena de testigos para apoyar su caso y demostrar que la c¨²pula de Enron enga?¨® deliberadamente a los inversores y a las autoridades reguladoras sobre el estado real de las finanzas de la compa?¨ªa.

Entre los testigos de la acusaci¨®n hab¨ªa una docena de antiguos empleados de Enron que se declararon previamente culpables del fraude para reducir sus penas. Entre ellos destac¨® Andrew Fastow, el arquitecto de la trama financiera, quien explic¨® que cont¨® con el visto bueno de sus superiores para tapar los malos n¨²meros. Otros testigos destacaron que sus jefes hicieron caso omiso a las alertas y que se les ped¨ªa que retocaran los resultados para hacerlos m¨¢s atractivos ante Wall Street.

La estrategia de la defensa se concentr¨® en mostrar una imagen distinta, m¨¢s humana. Los dos acusados prestaron as¨ª testimonio durante 12 d¨ªas, durante los que intentaron convencer al jurado que no cometieron ning¨²n crimen y que se trataba de peque?os robos cometidos por algunos de sus subordinados.

Lay ech¨®, adem¨¢s, la culpa del colapso burs¨¢til de la el¨¦ctrica a la histeria que domin¨® en Wall Street, que seg¨²n ¨¦l fue alimentada por las "mentiras" de los agentes burs¨¢tiles y la prensa. "Luchar¨¦ hasta el d¨ªa que muera", dijo Skilling proclamando su inocencia. Lay y Skilling pagaron cinco millones para salir en libertad provisional hasta que se sepa la sentencia del 11-S.