"No pienso volver a Madrid"
Luis Zacar¨ªas ha optado, como otros capitalinos, por vivir en ?vila
"Se alquila piso de tres habitaciones por 70.000 pesetas". Cuando Luis Miguel Zacar¨ªas se interes¨® por este anuncio, comprob¨® que las tres habitaciones eran en realidad dos cuartos separados por una cortina y un altillo. Adem¨¢s, un agujero en el suelo hac¨ªa de retrete y de ducha. "Fue entonces cuando me di cuenta de que Madrid se hab¨ªa convertido en una ciudad fuera de mis posibilidades", asegura.
Zacar¨ªas se mud¨® hace siete a?os con su mujer y sus tres hijos a El Tiemblo, un pueblo de ?vila con 4.500 habitantes y en el que se siente "completamente integrado". All¨ª paga 300 euros mensuales de alquiler por una vivienda de 140 metros. A este gasto tiene que sumar los 300 euros mensuales que le cuesta viajar todos los d¨ªas a Madrid, donde trabaja como t¨¦cnico industrial en una empresa de telefon¨ªa. Cada ma?ana afronta con su coche el atasco de la M-501, aparca el veh¨ªculo en la estaci¨®n de San Jos¨¦ de Valderas (Alcorc¨®n) y all¨ª coge luego el tren hasta la estaci¨®n de M¨¦ndez ?lvaro.
Serios y respetuosos
Zacar¨ªas, de 43 a?os, no echa de menos la vida urbana. En la localidad de El Tiemblo, su cargo de presidente de la asamblea de la Cruz Roja le ha hecho una persona conocida entre sus convecinos. "La gente aqu¨ª es seria, muy castellana, pero respetuosa. No se meten en tus cosas", sentencia. Pero en otras cosas su familia s¨ª que ha notado que est¨¢n en un pueblo. "Aqu¨ª la gente se llama por motes, cada familia tiene uno. A mi mujer, que es de C¨¢diz, la llaman la sevillana, o la andaluza", cuenta Zacar¨ªas.
Con el cambio de la ciudad al campo, sus hijos tambi¨¦n han ganado. Los peque?os van al colegio p¨²blico de El Tiemblo, y su padre no tiene miedo de dejarles "sueltos" por la calle. "En los colegios de Madrid hay muchos conflictos en las aulas, aqu¨ª est¨¢n m¨¢s tranquilos", opina. "Eso s¨ª, los inviernos son largos y fr¨ªos y muchas veces se quedan en casa jugando a la PlayStation. Como los ni?os de Madrid".
Cuando se le pregunta por los inconvenientes de vivir en un pueblo, Zacar¨ªas hace un esfuerzo por encontrar alguno. "No s¨¦... En invierno las calles de El Tiemblo est¨¢n vac¨ªas a las seis de la tarde, por ejemplo", responde al fin. En lo que no duda es en lo acertado de su decisi¨®n de trasladarse: "He ganado en calidad de vida; no pienso volver a la capital".
Pero el precio de la vivienda no es el ¨²nico motivo por el que muchos madrile?os han optado por lugares m¨¢s tranquilos. A Mar¨ªa Jes¨²s Guevara, m¨¦dico de 56 a?os, "el estr¨¦s de Madrid" le llev¨® a empezar una nueva vida, hace un par de a?os, en el pueblo abulense de La Adrada. Ella ha vivido en Holanda, Canarias y Madrid. "En Madrid capital viv¨ªa cerca del barrio de Mirasierra. Demasiada gente, demasiado tr¨¢fico, todo el mundo malhumorado...", enumera.
En La Adrada se ha quedado a vivir en una casa propiedad de sus padres, y a tres kil¨®metros, en el municipio de Sotillo de La Adrada, ha iniciado una carrera como empresaria. "Con el dinero que consegu¨ª con la venta de mi piso en Madrid estoy montando un consultorio de traumatolog¨ªa y cirug¨ªa ortop¨¦dica que pienso abrir este oto?o", cuenta.
Para hacer sus compras, Mar¨ªa Jes¨²s Guevara se las apa?a con las peque?as tiendas del pueblo. Y no muestra morri?a por el asfalto: "S¨®lo voy a Madrid para ver a mi familia". Ella s¨®lo le pone un pero a la vida tranquila de La Adrada: "A veces te da cosa pensar que el hospital est¨¢ un poco lejos si te pasa algo. Pero, por otro lado, sabes que cuando llegues te van a atender mejor y con menos prisas que en los hospitales de Madrid".
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