Rubalcaba acusa al PP de agitar la "catalanofobia" para debilitar a Zapatero

Interesados en llevar hasta las ¨²ltimas consecuencias el cuerpo a cuerpo con el Partido Popular, los socialistas catalanes invitaron ayer al ministro de Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, hasta hace poco azote del PP en el Congreso de los Diputados, para defender un Estatuto que ¨¦l mismo cocin¨® -y en opini¨®n de algunos mutil¨®- en las Cortes. Rubalcaba asegur¨® que el PP ha utilizado la carta auton¨®mica para hacer "catalanofobia y zapaterofobia". Rubalcaba vaticin¨® que, con el Estatuto, Catalu?a volver¨¢ a "tirar de Espa?a" como lo hizo durante la Rep¨²blica y la transici¨®n.

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, a?adi¨® a este debate que Catalu?a quiere este Estatuto "no para largarse, sino para quedarse y cambiar Espa?a".

En un mitin en L'Hospitalet de Llobregat al que tambi¨¦n asisti¨® el alcalde de San Sebasti¨¢n, Odon Elorza, Rubalcaba dej¨® aparcada cualquier referencia al proceso de paz del Pa¨ªs Vasco para recuperar su tradicional papel de ariete contra el Partido Popular. Afil¨® la lengua y no dej¨® t¨ªtere con cabeza.

Record¨® las "mentiras" del partido de Mariano Rajoy en sus profec¨ªas de una Espa?a rota y de unos catalanes que ped¨ªan un nuevo sistema de financiaci¨®n para saquear el erario p¨²blico. Y ech¨® mano de la iron¨ªa para pedir a los l¨ªderes del PP que "vengan m¨¢s" a Catalu?a para favorecer, con sus argumentos, las fuerzas que piden el s¨ª.

Rubalcaba se esforz¨® en definir en dos palabras los ejes que han guiado al PP en la aventura Estatutaria: "La catalanofobia y la zapaterofobia". Sin embargo, augur¨® el m¨¢s estrepitoso de los fracasos a la derecha, "porque despu¨¦s de Catalu?a vendr¨¢n Baleares, Arag¨®n y otras; porque este proceso es imparable".

Reconoci¨® as¨ª el papel motor de Catalu?a en la historia espa?ola y augur¨® que esta comunidad "volver¨¢ a tirar de Espa?a como ya lo hizo en la Rep¨²blica y en 1979". Tambi¨¦n se gan¨® los aplausos del p¨²blico al recordar que Catalu?a, por ser la primera en desarrollar su Estatuto, en 1979, "fue la comunidad que sali¨® peor parada en su financiaci¨®n".

Rubalcaba lanz¨® estos mensajes en un mitin que fue la viva imagen de c¨®mo han tenido que apa?¨¢rselas los partidos para llenar los espacios donde celebran m¨ªtines en una campa?a m¨¢s que desangelada. Ante las evidentes dificultades para movilizar al p¨²blico, se han impuesto los locales peque?os. O incluso min¨²sculos, como el de ayer en L'Hospitalet, segunda ciudad de Catalu?a, donde no hab¨ªa m¨¢s de 200 sillas. Eso s¨ª, estaban todas llenas, cosa que los socialistas de Osona no lograron en Vic esta misma semana.

Aunque escaso, el p¨²blico de L'Hospitalet fue uno de los que m¨¢s se hizo o¨ªr durante un mitin. Primero, jaleados por su alcalde, Celestino Corbacho. Despu¨¦s, por Pasqual Maragall, que logr¨® arrancar aplausos pese a abordar, como Rubalcaba, un tema tan poco dado al jolgorio como es la modificaci¨®n de las esencias de Espa?a desde una ¨®ptica catalana.

Pero el presidente de la Generalitat, que reiter¨® que con este Estatuto no quiere "largarse de Espa?a, sino quedarse en ella para influir, lleg¨® ya entrenado. A mediod¨ªa se rode¨® de unos 200 j¨®venes a los que explic¨®, o casi aleccion¨®, las claves para aparcar el mensaje quejica que tradicionalmente ha salido de los foros pol¨ªticos catalanes.

Y para ello les inst¨® a "dejar de mirar a Espa?a desde la barrera y bajar al ruedo". Todo para modificar Espa?a, aunque con ello se lleven alg¨²n rasgu?o. "Los catalanes tenemos que molestar y nos tienen que molestar", lleg¨® a decir. Todo ello como alternativa a la pol¨ªtica del peix al cove -del p¨¢jaro en mano- tantos a?os practicada por el ex presidente Jordi Pujol.

Con ello el presidente se gan¨® un c¨¢lido aplauso y no pocas muestras de apoyo de un p¨²blico mayoritariamente vinculado al PSC a trav¨¦s de la fundaci¨®n Campalans.

"El presidente del Estatuto"

Y aunque no se escucharon las aclamaciones de "presidente, presidente" que Maragall ha ido cosechando los ¨²ltimos d¨ªas por Catalu?a, s¨ª recibi¨® un sinf¨ªn de elogios. Sobre todo por parte del director de la fundaci¨®n Campalans, Albert Aixal, quien asegur¨® que "sin Pasqual Maragall como presidente no tendr¨ªamos Estatuto" y manifest¨® que su Ejecutivo "ser¨¢ recordado como el Gobierno del Estatuto".

Y Maragall se dej¨® querer. Como tambi¨¦n lo hizo por la ma?ana en una entrevista a Radio Tele Taxi, en la que se permiti¨® romper uno de los tab¨²es que se autoimpuso en esta campa?a: hablar sobre qu¨¦ ocurrir¨ªa en caso de una victoria del no. El presidente dibuj¨® un escenario "absolutamente dantesco" en el que Catalu?a quedar¨ªa poco menos que paralizada "durante al menos a?o y medio", periodo en el que los pol¨ªticos volver¨ªan a enfrascarse en el ya conocido debate Estatutario para llevar adelante una nueva reforma.

Con esta advertencia que a muchos son¨® a amenaza, llam¨® a votar s¨ª incluso a los esc¨¦pticos con el texto que ha resultado tras la negociaci¨®n en las Cortes. Admiti¨® que este Estatuto no es el "so?ado" y, obviando la rigidez del actual sistema institucional, dijo que una vez aprobado ser¨¢ f¨¢cil introducir "retoques".