Argentina, en su b¨²nker
Al contrario de Brasil, los de Pekerman se preparan muy aislados del pueblo que los acoge
"El que no salta es un ingl¨¦s", gritan, exaltados, varias decenas de aficionados argentinos mientras saltan pertrechados con sus camisetas albicelestes y sus tambores de guerra. Se han subido a un altillo para tratar de ver algo. Sin ¨¦xito. Al frente hay una valla y unos guardias de seguridad que impiden el paso. Est¨¢ entren¨¢ndose la selecci¨®n argentina, pero los hinchas no est¨¢n autorizados a ver el ensayo, ni siquiera a acercarse a sus ¨ªdolos en un radio de 200 metros. Esto es la sede del imperio Adidas, en Herzogenarach, el pueblo natal de Adi Dassler, creador de la marca de ropa deportiva m¨¢s vinculada a la historia de los Mundiales. Argentina tiene un contrato con esta firma y se hospeda en el hotel que acoge habitualmente a la selecci¨®n alemana y al Bayern M¨²nich. Es un b¨²nker reservado para la albiceleste, con varios campos de f¨²tbol alrededor y todo lo necesario para no salir de all¨ª m¨¢s que para ir a otro campo situado en las cercan¨ªas. En el pueblo, a unos 20 kil¨®metros de Nuremberg, miran con curiosidad al forastero. Pero con los jugadores argentinos apenas han entrado en contacto.
En este sentido, no puede haber m¨¢s diferencias entre los dos favoritos para ganar el Mundial. En K?nigstein, pueblecito cercano a Frankfurt, Brasil se ha abrazado a su gente como Ronaldinho se abraza a sus compa?eros antes de cada partido, informa Luis Mart¨ªn. Hubo 25.000 personas en el ¨²ltimo entrenamiento. Los jugadores, con permiso de Parreira para irse de fiesta una noche, firman miles de aut¨®grafos y al lado del hotel hay viviendas de particulares. Brasil est¨¢ patrocinado por Nike.
Dos maneras de preparar el Mundial. Casi todas las pr¨¢cticas de Argentina son a puerta cerrada. El jueves, dos d¨ªas antes del debut ante Costa de Marfil, los periodistas pudieron presenciar solamente la ¨²ltima parte del ensayo, un rato de esparcimiento que los jugadores aprovechan para divertirse en un partidillo en el que Aimar es lateral izquierdo y Leo Franco, extremo. Gritan mucho los jugadores. Tiran faltas y penaltis. Y los m¨¢s de 100 periodistas argentinos, ansiosos por contar, narran hasta el "campeonato de penaltis" con el entusiasmo de una final. "Messi no se despega de la pelotita, forma parte de su naturaleza", afirma uno. "Ustari juega bien en los peque?os espacios; el que no aprendi¨® nada es Abbondanzieri ", apunta su vecino. "?Pero por qu¨¦ ninguno pone en pr¨¢ctica la nueva norma de la FIFA en los penaltis, que permite amagar aunque no retroceder?", se queja otro.
Veinte a?os lleva Argentina sin ganar una Copa del Mundo. 20 a?os sin encontrar un sucesor a Maradona, algo imposible por definici¨®n. Riquelme parte con el 10, con todo lo que eso supone. Y Messi estar¨¢ hoy en el banquillo, mimado por Pekerman para que entre poco a poco en el equipo. Saviola jugar¨¢ arriba junto a Crespo. La parte t¨¢ctica la ha entrenado Pekerman en secreto. Y algunos esp¨ªas aseguran que al seleccionador le preocupa el juego por las bandas de Costa de Marfil. La potencia de Ebou¨¦ por la derecha y la de Boka por la izquierda. Tambi¨¦n el marcaje que el poderoso Zokora le pueda hacer al melanc¨®lico Riquelme, que se ejercitaba el jueves con su languidez habitual. Lo contrario del expansivo Sor¨ªn, que deja constancia en cada acci¨®n de su jerarqu¨ªa en el grupo. Sobre Riquelme habl¨® ayer el t¨¦cnico que mejor lo conoce, Carlos Bianchi, su entrenador en Boca y una especie de figura paterna para Rom¨¢n. "Me alegro que lleve el 10. Es un excelente jugador. Para poder exprimir su capacidad de conducci¨®n, el equipo tiene que darle opciones de pase, apoyarse en su juego", dijo Bianchi en el diario Ol¨¦.
En la leyenda que cada equipo lleva impresa en su autocar, se adivina a veces el car¨¢cter de la selecci¨®n. En el caso argentino, es evidente: "P¨®nganse de pie, Argentina avanza". No puede ser m¨¢s expl¨ªcito. El orgullo de los argentinos con su f¨²tbol queda retratado en esas cinco palabras. Y tambi¨¦n la rabia de querer demostrar que siguen estando entre los grandes despu¨¦s del fiasco de Corea y Jap¨®n, eliminados en la primera fase. Argentina se siente como el toro encajonado que espera salir a la plaza de estampida, seg¨²n advirti¨® el presidente de su federaci¨®n, Julio Grondona. "Yo pienso que Argentina va a salir campeona del mundo", a?ade Bianchi. "Conf¨ªo a muerte en el jugador argentino. ?Qu¨¦ quieren que haga? Yo soy as¨ª. El candidato es Brasil, pero estoy seguro de que este equipo le puede ganar una final".
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