F¨¢bricas como museos
El turismo industrial se afianza en numerosas ciudades catalanas
Las plantas sider¨²rgicas, las instalaciones mineras, las centrales el¨¦ctricas, las presas, las bodegas, las industrias textiles o las empresas de elaboraci¨®n de componentes electr¨®nicos no son tan antiguas como las catedrales g¨®ticas, pero pueden ser igual de fascinantes. Espacios ins¨®litos, complejas maquinarias, estructuras de hierro, ladrillo y hormig¨®n; motores, chimeneas, turbinas, ruidos y colores. Nuestra sociedad, cada vez m¨¢s volcada en el trabajo del sector terciario, se acerca con curiosidad y sorpresa al mundo de la industria y los procesos productivos, y empieza a descubrir su inmenso atractivo. Poco a poco se va abriendo camino, tambi¨¦n en Espa?a, una modalidad nueva de turismo cultural, el turismo industrial.
De Manresa a Terrassa. Turbinas y estructuras de hormig¨®n en vez de cuadros y esculturas. Una ruta por las catedrales de la revoluci¨®n industrial, con artistas pioneros como Gaud¨ª y Guastavino.
Del 7 al 9 de marzo se ha celebrado en la ciudad francesa de Angers el primer Congreso Europeo de la Visita a la Empresa. Francia es un pa¨ªs pionero en el turismo industrial. Un ejemplo: las plantas Cl¨¦ment Ader y Jean-Luc Lagard¨¨re, de Toulouse, donde se ensamblan los modernos Airbus y el m¨ªtico Concorde, han sido proyectadas para que los visitantes puedan acceder a las naves de montaje de los aviones. Miles de instalaciones industriales, grandes y peque?as, se visitan en Francia, Alemania, Reino Unido, Jap¨®n, Estados Unidos o Canad¨¢. Muchas empresas han descubierto hace a?os las ventajas que proporciona el turismo industrial. Al mismo tiempo, el desmantelamiento de antiguas industrias despoja de su funci¨®n original edificios magn¨ªficos que piden a gritos ser reutilizados.
La Diputaci¨®n de Barcelona puso en marcha hace ocho a?os, a trav¨¦s de su Oficina de Promoci¨®n Tur¨ªstica, un programa amplio y completo de turismo industrial, basado en la importancia del desarrollo de la industrializaci¨®n que se inici¨® en Catalu?a en el siglo XIX. Los cambios introducidos en los medios de producci¨®n, en la vida cotidiana e incluso en la arquitectura y el paisaje llegan hasta nuestros d¨ªas. Muchos de aquellos procesos son hoy historia; su conocimiento nos permite bucear en un pasado en el que la t¨¦cnica y el factor humano se solapan, y nos hablan de esfuerzos tit¨¢nicos, innovaciones continuas, riesgo y tes¨®n. Pero la revoluci¨®n tecnol¨®gica de nuestros d¨ªas aplicada a la fabricaci¨®n del papel, la fibra ¨®ptica o la elaboraci¨®n del vino no resulta menos apasionante y misteriosa para los profanos.
S¨®lo en la provincia de Barcelona hay actualmente 90 diferentes propuestas de turismo industrial que van desde el recorrido por las minas de carb¨®n a cielo abierto de Fumanya o por la monta?a de sal de Cardona a la visita a las modernas instalaciones de una f¨¢brica de gres catal¨¢n en Calaf o a las bellas y famosas bodegas Codorni¨² de Sant Sadurn¨ª d'Anoia. Se han recuperado antiguas f¨¢bricas, como la de cemento de P¨®rtland de Castellar de n'Hug, construida a finales del siglo XIX por el arquitecto modernista Rafael Guastavino. En Manlleu, una antigua instalaci¨®n industrial dedicada a la fabricaci¨®n de textiles alberga el Museo Industrial del Ter.
De la cer¨¢mica al chocolate
Hay museos dedicados a la fabricaci¨®n de la piel, del textil, de la cer¨¢mica, del corcho, del vino, del aceite, del chocolate, situados en antiguas instalaciones industriales que han recuperado parte de su maquinaria y de sus procesos de producci¨®n. Museos de las aguas, como el de Cornell¨¤ de Llobregat, donde se explican los avatares del abastecimiento de agua a la ciudad de Barcelona. Museos que tienen como protagonista la t¨¦cnica, como el de Manresa; el transporte, como el instalado en una antigua estaci¨®n de tren rehabilitada de La Pobla de Lillet, o la ciencia farmac¨¦utica, como el de la antigua farmacia Balvey, en Cardedeu. La visita a la rehabilitada colonia G¨¹ell, en Santa Coloma de Cervell¨®, permite acercarse a una de las obras m¨¢s interesantes de la arquitectura industrial, un conjunto de edificaciones (viviendas obreras, iglesia, escuela, economato, centro de asistencia sanitaria, etc¨¦tera) encargadas por el industrial Eusebio G¨¹ell a Antoni Gaud¨ª, siguiendo el modelo de las colonias obreras inglesas. La ruta vit¨ªcola de Subirats recorre un entorno de vi?as con indicaciones sobre las tareas que se llevan a cabo en las distintas ¨¦pocas del a?o.
Terrassa, que a mediados del siglo XIX vivi¨® el inicio de la revoluci¨®n industrial, la eclosi¨®n de la industria textil y su decadencia, es la poblaci¨®n donde se da una mayor concentraci¨®n de propuestas de turismo industrial. F¨¢bricas, almacenes, tiendas, escuelas t¨¦cnicas, residencias burguesas y viviendas obreras: m¨¢s de 130 edificios catalogados como patrimonio industrial, bastantes de ellos visitables. Entre los m¨¢s sorprendentes se encuentran la Mas¨ªa Freixa, que fue residencia privada de industriales, curiosa mezcla de orientalismo y fantas¨ªa modernista, o la antigua f¨¢brica textil Aymerich, Amat i Jover, donde hoy est¨¢ instalado el Museo de la Ciencia y de la T¨¦cnica de Catalu?a.
En la propuesta de turismo industrial de Barcelona se conjugan el encuentro con la arqueolog¨ªa industrial -museos que recuperan el universo de las antiguas f¨¢bricas y de los procesos industriales del pasado- con la visita a empresas en activo. Una nueva faceta del turismo que empieza ya a prender, lentamente, en otras comunidades aut¨®nomas espa?olas.
INFORMACI?N PR?CTICA
- Todas las propuestas del programa Turismo Industrial de Barcelona cuentan con visitas guiadas; la mayor¨ªa de ellas son gratuitas. Adem¨¢s de las visitas a instalaciones concretas (museos, f¨¢bricas, canteras, presas, minas, etc¨¦tera), el programa incluye rutas tem¨¢ticas (las colonias textiles del Llobregat, Terrassa industrial y modernista, la ruta minera por el entorno de Cercs o la ruta vit¨ªcola de Subirats, entre otras) que pueden realizarse en transporte colectivo y tienen una duraci¨®n de tres a siete horas. Los horarios son variables: hay instalaciones que pueden visitarse todos los d¨ªas y otras s¨®lo est¨¢n abiertas los fines de semana. En muchos casos, las visitas se complementan con proyecci¨®n de audiovisuales, exposiciones, demostraciones en vivo, talleres experimentales para ni?os y mayores, degustaciones de productos o trayectos en trenes de ¨¦poca.La oficina de turismo de la Diputaci¨®n de Barcelona (Travessera de les Corts, 131-159, 1? planta; 934 02 29 66) edita el folleto Turismo industrial, donde proporciona informaci¨®n detallada de todas las propuestas: contenidos, horarios de visita, precios y tel¨¦fonos de contacto. El desmantelamiento de la gran industria tradicional inglesa en las d¨¦cadas de los setenta y los ochenta fue la espoleta para la creaci¨®n de circuitos tur¨ªsticos, parques tem¨¢ticos y diversas actividades que recuperaron parte del patrimonio industrial brit¨¢nico. Algo semejante ocurri¨® en Alemania con la gran industria pesada de la cuenca del Ruhr. Francia, por su parte, se ha volcado en la promoci¨®n del turismo industrial hacia peque?as y medianas empresas de car¨¢cter artesanal, principalmente de productos gastron¨®micos, aunque no faltan ejemplos en la gran empresa como el de Airbus-France de Toulouse. En Catalu?a, la reconversi¨®n de los a?os ochenta dej¨® bald¨ªas instalaciones hist¨®ricas valiosas, muchas de las cuales han sido rehabilitadas despu¨¦s por las instituciones y transformadas en museos tem¨¢ticos. Con ello, poblaciones y comarcas afectadas por la desindustrializaci¨®n han encontrado en el turismo una nueva fuente de recursos. Las visitas a bodegas, principalmente, son el otro polo de atracci¨®n de esta modalidad de turismo industrial.- www.turismeindustrial.org.- www.turismetotal.org.- www.barcelonaturisme.com.- www.diba.es.
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