Aprendiendo de Benidorm
Creo que no estamos siendo ni muy sinceros ni agradecidos con la iniciativa del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Nueva York dedicada a la nueva arquitectura espa?ola. Mientras que por ah¨ª fuera ya nadie discute despu¨¦s de la expo del MoMa nuestro protagonismo global porque ya est¨¢ demostrado que las nuevas arquitecturas son ahora mismo uno de los elementos principales de la globalizaci¨®n, junto con Internet, los media, las bolsas, la m¨²sica pop y el C¨®digo da Vinci, por aqu¨ª dentro, a pesar de la hegemon¨ªa del ladrillo, preferimos mirar para otro lado. ?Cu¨¢ntos hitos de nuestra cultura actual hemos colocado en el hit parade de la globalizaci¨®n aparte del Bar?a, Fernando Alonso o Ruiz Zaf¨®n, sin mencionar el extra?o caso Almod¨®var? No le den m¨¢s vueltas: la arquitectura de vanguardia que ahora mismo se est¨¢ edificando en nuestras autonom¨ªas.
Les presento la paradoja espa?ola. Mientras que nuestro motor econ¨®mico sigue consistiendo en especular ladrillo a ladrillo con la arquitectura cementera m¨¢s horrible y corrupta del globo, incluidos los parques m¨¢s o menos acu¨¢ticos de la costa mediterr¨¢nea, resulta que al mismo tiempo estamos levantando los mejores edificios de la globalizaci¨®n.
No se pueden entender las vanguardias arquitect¨®nicas del nuevo siglo sin consultar el n¨²mero 104 de Arquitectura Viva, dedicado a la lista del MoMa y a los proyectos espa?oles en curso, pero al mismo tiempo tampoco hay manera de entender la muy rococ¨® arquitectura moral de este pa¨ªs sin tener en cuenta esas futuras ruinas que estamos edificando masivamente, con licencia o sin licencia, en las machacadas costas ib¨¦ricas, en las ciudades dormitorios de las metr¨®polis, hacia el final de los centros comerciales o en pleno centro hist¨®rico cuando hay un metro cuadrado disponible.
Estoy de acuerdo con los comisarios del MoMa: pocos pa¨ªses como el nuestro han contribuido tanto en estos ¨²ltimos 30 a?os a desarrollar una arquitectura ¨²ltima, ¨²nica y global. Pero yo le a?adir¨ªa a la expo del MoMa, con perd¨®n, una sala lateral para mostrar los horrores arquitect¨®nicos espa?oles, que tambi¨¦n son ¨²nicos y globales. Y de la misma manera que una vez, con suprema iron¨ªa pop, cierta arquitectura de consumo fue transformada por Venturi (Aprendiendo de Las Vegas) en vanguardia, no veo yo muy dif¨ªcil que un disc¨ªpulo por libre de la escuela Koolhaas tenga mayor inconveniente en perpetrar una nueva teor¨ªa basada en la idea de congesti¨®n para redimir est¨¦ticamente ese masivo ladrillo espa?ol sin autor, incluso sin autorizaci¨®n del colegio de arquitectos, y que en esos mismos treinta a?os reflejados por el MoMa ha colonizado el paisaje nacional, ha cambiado nuestra mirada y nos ha transformado en reos perpetuos de hipoteca. El t¨ªtulo de la sala extra del MoMa est¨¢ cantado (Aprendiendo de Benidorm), y yo personalmente se lo encargar¨ªa al estudio holand¨¦s MVRDV, que ha publicado aqu¨ª un deslumbrante libro titulado Costa Ib¨¦rica (Actar).
La segunda reflexi¨®n sobre la ninguneada expo de Nueva York es una historia rabiosamente local. Alguien, un d¨ªa, deber¨ªa admitir sin adrenalina maniquea que los mejores momentos de esta
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