?Qu¨¦ importa m¨¢s?
?Qu¨¦ es m¨¢s importante, un arbusto o un ¨¢rbol, un libro o un disco? El Ayuntamiento parece tener claras las respuestas. Este a?o ha prohibido la Feria del Disco Antiguo y de Ocasi¨®n celebrada en el paseo de Recoletos desde hace seis a?os. Dice que las aglomeraciones da?an los arbustos. Es desconcertante el s¨²bito amor de Ruiz-Gallard¨®n por las peque?as plantaciones, por las bayas y los diminutos pistilos en comparaci¨®n con el desd¨¦n que muestra hacia los ¨¢rboles centenarios del mismo entorno. El proyecto de peatonalizaci¨®n del paseo de Recoletos merece la tala de docenas de gigantescos e imponentes ¨¢rboles, pero la compra de un vinilo no vale la amenaza a un rododendro. En primer lugar, se sobrevalora el concepto de transe¨²nte. El Ayuntamiento se afana por talar ¨¢rboles y restringir aparcamientos o carriles viales para otorgar m¨¢s holgura al paseante, cuando es precisamente el conductor quien se atasca. ?De verdad hay tanto madrile?o deseoso de andar? No nos enga?emos, aqu¨ª casi nadie camina, padecemos una pereza t¨ªpicamente urbana que nos atenaza a la hora de pasear, tanto por placer como por necesidad. Si ya sufrimos una molicie insuperable para movernos en transporte p¨²blico, m¨¢s a¨²n para hacerlo a pie, especialmente en invierno o durante el incandescente verano.
En las maquetas o en los grandes paneles a orillas del rally de la M-30 quedan lucidas las zonas verdes, la imagen de un Madrid apacible y natural, dotado de amplios bulevares y extensiones ajardinadas, pero probablemente esos espacios acaben desiertos, apenas avivados por unos cuantos jubilados. Madrid cada vez tiene m¨¢s plazas con bancos de madera y arbolitos escu¨¢lidos, con mierdas de perro y fuentes secas sin que nadie las haya pedido. El Ayuntamiento no parece escuchar las verdaderas demandas y problemas de los ciudadanos relacionados con el aparcamiento y la conservaci¨®n de los majestuosos ¨¢rboles de Madrid. Ni escucha a los madrile?os ni parece escuchar m¨²sica. Aun contado con la Feria del Libro del Retiro se dio permiso para que la Feria del Libro Antiguo tuviera lugar en el paseo de Recoletos justo la semana antes de que estuviera planeada la del disco. No s¨¦ si el alcalde piensa que los lectores son personas m¨¢s cultivadas, tranquilas y respetuosas con el medio ambiente que los apasionados por la m¨²sica, quiz¨¢ alocados pisa-arbustos a sus miopes ojos. Y es que si est¨¢ sobreestimado el paseante (o el paseo) m¨¢s a¨²n lo est¨¢ el lector (el libro). Esa tonter¨ªa de que la lectura nos hace libres escuchada incansablemente durante el claustrof¨®bico aniversario del Quijote convierte al libro en un objeto m¨¢gico, casi sagrado, dotado de una reverencia exagerada, quiz¨¢ provocada por su peligro de extinci¨®n, por la melancol¨ªa de una gente verdaderamente en peligro de extinci¨®n. La lectura es un placer indescriptible pero puede resultar igualmente una tortura, depende del libro, del momento en que se encare, ni todos los libros son buenos ni todas las drogas son malas. Esa clase de categorizaciones acaban desacredit¨¢ndose a s¨ª mismas.
Un halo de santidad se cierne sobre el libro mientras que el disco sigue consider¨¢ndose un objeto l¨²dico y rara vez cultural. Sin embargo, mientras que la Feria del Libro es un circo por el que transitan seudolectores que aprovechan la cita para darse su ¨²nico paseo del a?o por el mejor parque de Madrid, la Feria del Disco Antiguo congregaba a verdaderos mel¨®manos. En torno al glorificado libro se arremolinan miles de personas a la caza del rostro del famoso en la caseta, de pegatinas y bolsas promocionales, de un helado que festeje una tarde de domingo. Sin embargo, frente a las casetas donde estaban representadas m¨¢s de 50 tiendas de discos especializadas deambulaba gente verdaderamente devota de los vinilos y los discos compactos antiguos, puros y sinceros apasionados de la m¨²sica.
La Junta Municipal de Centro ha intentado buscar otra localizaci¨®n para la Feria del Disco Antiguo como la plaza del Dos de Mayo o la de Dal¨ª, pero los vendedores de discos han alegado que la publicidad del nuevo sitio acabar¨ªa endeud¨¢ndoles. El Ayuntamiento ha accedido a que el a?o que viene el encuentro musical se celebre en la Plaza Mayor, un escenario "privilegiado" seg¨²n el Ayuntamiento. De momento, lo ¨²nico seguro es que esta primavera han apostado por los arbustos y los libros. Que los disfruten en silencio.
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