"Holanda era un reloj, pero con sus fallitos"

Con su zurda de oro, sus seis goles y su habilidad, Mario Alberto Kempes (C¨®rdoba, Argentina; 51 a?os), El Matador, llev¨® a la albiceleste a su primer entorchado en la Copa del Mundo. Sucedi¨® en 1978, en el Monumental de Buenos Aires. Las serpentinas, blancas y azules, ti?eron el cielo y, por unos instantes, la dictadura de Videla pas¨® al recuerdo. ?La v¨ªctima? Por segunda final consecutiva, Holanda. Kempes es comentarista de la ESPN.
Pregunta. El f¨²tbol ha sido ingrato con Holanda.
Respuesta. Cualquiera de los dos podr¨ªa haber ganado. Nosotros nos tomamos la revancha por la paliza del Mundial anterior (4-0). Nos hab¨ªan eliminado en Alemania con una selecci¨®n espectacular, la aut¨¦ntica naranja mec¨¢nica. Con Cruyff. A falta de ¨¦l, sab¨ªamos que funcionaban como un reloj suizo... Pero, como todos los relojes, tambi¨¦n ten¨ªan sus fallitos.
P. Termin¨® pichichi, pero tard¨® en marcar su primer gol.
R. Sab¨ªa que no me hab¨ªa olvidado de hacerlos. Lo que pasa es que arranqu¨¦ el campeonato como extremo izquierdo. Despu¨¦s, Menotti se dio cuenta de que por ah¨ª no funcionaba bien. Me puso un poquito m¨¢s atr¨¢s y las cosas funcionaron mejor. Pero segu¨ª sin meter goles en los tres primeros partidos. De todas maneras, s¨ª, tuve la suerte de hacer seis goles, pero por los compa?eros. Uno solo no es Superman.
P. Para solucionar la sequ¨ªa, hasta le propusieron que se afeitara el bigote.
R. Me dec¨ªan que por qu¨¦ no me rasuraba, que igual por eso no la pod¨ªa embocar... Mir¨¢, son casualidades que se dan.
P. Mejor el bigote que la cabellera.
R. ?Y que el cuello!
P. Anda, que si se llega a afeitar antes...
R. Hasta la final, Rensenbrink (Holanda) llevaba cinco goles y yo cuatro. En un momento, me pod¨ªa hasta haber quedado sin campeonato y sin el t¨ªtulo de goleador. Fue cuando Rensenbrink dispar¨® al palo, a punto de terminar el partido. Si esa pelota no llega a pegar en el palo y circula cinco cent¨ªmetros m¨¢s adentro, Holanda ser¨ªa la campeona del mundo.
P. ?Habr¨ªa sido injusto?
R. Sab¨ªamos que era muy complicado. ?Sab¨¦s a quien tenemos que dar las gracias de llegar a la final? A Italia, que nos gan¨® en el estadio de River en la primera ronda y nos mand¨® a Rosario. En el otro grupo estaban Austria, Alemania y Holanda. Esa zona era mucho m¨¢s dif¨ªcil que la que nos toc¨®, con Per¨², Brasil y Polonia. Nunca hay mal que por bien no venga.
P. ?C¨®n qu¨¦ gol de la final se queda? ?Con el primero o con el segundo?
R. El gol del campeonato fue el segundo, justo antes de que se acabara la primera parte de la pr¨®rroga. Uno se da cuenta de eso... Aunque no hab¨ªa nadie con quien celebrarlo. No sab¨ªamos qu¨¦ hacer. ?Era tanta la emoci¨®n que lo festejamos por separado! Y, como est¨¢bamos tan metidos en el partido, la alegr¨ªa te duraba un minuto. O un poquito m¨¢s. Porque era un encuentro de ida y vuelta. Hasta que Bertoni marc¨® el tercero no bajaron los brazos.
P. Redonde¨® su actuaci¨®n dando la asistencia del tercer gol.
R. ?Bueno, asistencia no! ?Bertoni me la rob¨®! Sent¨ª un manotazo atr¨¢s, me giran y, claro, levanto los brazos pidiendo penal. Y cu¨¢l es mi sorpresa cuando veo a Bertoni, que ya estaba peg¨¢ndola al arco.
P. ?Qu¨¦ les dijo Menotti antes de la final?
R. En los entrenamientos se sentaba sobre la pelota y nos pon¨ªamos alrededor, como los chicos buenos que escuchan al profesor. Ah¨ª nos explicaba a qui¨¦n nos ¨ªbamos a enfrentar. Por eso, en la final, de tanto que habl¨® los d¨ªas previos, la charla fue muy, muy corta. Creo que ni se termin¨® el cigarrillo.
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
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