Expulsados del juicio familiares de Blanco por increpar a los acusados

Un nutrido grupo de familiares y allegados de Miguel ?ngel Blanco, el concejal del PP asesinado por ETA en 1997, fueron expulsados ayer de la sala de la Audiencia Nacional donde se celebra el juicio contra dos de sus supuestos asesinos, Javier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, e Irantzu Gallastegi, Amaia, por aplaudir al fiscal e increpar a los etarras. Mar¨ªa del Mar Blanco dijo a los padres de los etarras que espera ver a sus hijos pudrirse en la c¨¢rcel.

Los ¨¢nimos estaban caldeados desde el lunes, cuando se inici¨® el juicio. Los familiares y amigos del concejal asesinado por ETA ocupaban mayoritariamente la sala de vistas y s¨®lo se hab¨ªa permitido la entrada a tres personas de avanzada edad, padres de los terroristas, a los que se hab¨ªa relegado a la ¨²ltima fila del p¨²blico.

Como durante la sesi¨®n del lunes, Txapote y su compa?era sentimental, Irantzu Gallastegi, s¨®lo hab¨ªan dicho que no quer¨ªan declarar, al acabar la vista recibieron algunos insultos por parte del sector de amigos de la v¨ªctima.

El detonante fue la intervenci¨®n del fiscal, Miguel ?ngel Carballo, que estuvo vehemente y elocuente, destacando la cobard¨ªa del asesinato y solicitando "la m¨¢xima pena" (50 a?os de c¨¢rcel) para cada uno de los dos acusados.

Nada m¨¢s terminar su intervenci¨®n, gran parte del p¨²blico, puesto en pie, ovacion¨® al fiscal e increp¨® e insult¨® a los dos etarras durante casi un minuto, mientras la presidenta del Tribunal, Manuela Fern¨¢ndez de Prado, intentaba sin ¨¦xito que el p¨²blico guardase la compostura debida.

Cuando por fin se restableci¨® el orden, la presidenta orden¨® la expulsi¨®n de los alborotadores. Los familiares y allegados fueron saliendo poco a poco, mientras insultaban a los etarras y reclamaban justicia.

Una se?ora se dirigi¨® a los padres de los etarras y les dijo: "Enhorabuena por tener unos hijos tan valientes". Y otra ha a?adido: "Los txakurras (perros) de ETA, a pudrirse a la c¨¢rcel". Entonces, Mar¨ªa del Mar Blanco, hermana de la v¨ªctima, insult¨® a los etarras y les dijo "asesinos de mierda, vais a pagar por lo que hab¨¦is hecho. Miradme a la cara, que conmigo no hab¨¦is podido". En ese momento y como advirtiera que uno de los familiares de los terroristas sonre¨ªa, se dirigi¨® a ellos y les dijo: "Re¨ªros, re¨ªros que m¨¢s me voy a re¨ªr yo cuando vea a vuestros hijos pudri¨¦ndose en la c¨¢rcel. Os lo puedo asegurar".

El informe del fiscal Carballo, que hab¨ªa sido detonante del incidente, era un dur¨ªsimo alegato contra los terroristas y el crimen que cometieron. El fiscal reclam¨® la pena m¨¢s elevada

por "la crueldad del cautiverio, una v¨ªctima que (...) se puede presumir que era consciente de que carec¨ªa de cualquier oportunidad de sobrevivir al secuestro y las condiciones del asesinato, en un lugar despoblado, atado a la espalda, rematado y abandonado a su suerte".

"Si el terrorismo persigue, a trav¨¦s de irradiar el terror a toda la poblaci¨®n, fines pol¨ªticos que no puede conseguir por medios democr¨¢ticos", dijo Carballo, "es evidente que este atentado fue la esencia del terrorismo. Durante ese fin de semana, durante esas angustiosas 48 horas, es evidente que todos los espa?oles pudieron sentirse hermanos, padres, primos, amigos y novias de Miguel ?ngel Blanco".

Indiferentes ante el clamor

"Pocas veces", insisti¨® Carballo, "un asesino ha tenido tantos motivos para evitar llevar a cabo su despreciable prop¨®sito criminal; pocas veces ha tenido que superar m¨¢s escr¨²pulos, y dif¨ªcilmente explicable es que no haya sido capaz de o¨ªr, de sentir, el clamor desesperado de una sociedad que reclamaba clemencia".

El fiscal agreg¨® que "los gritos de los manifestantes de aquellos d¨ªas sin duda debieron o¨ªrse en cualquier bajera [la investigaci¨®n sostiene que el concejal popular permaneci¨® secuestrado en una bajera], en cualquier lugar del Pa¨ªs Vasco".

Por ¨²ltimo, se?al¨® que "tal vez de esos hechos s¨®lo pueda rescatarse la uni¨®n de los vascos, de los espa?oles, un clamor social (...), el esp¨ªritu de Ermua. Fue una aut¨¦ntica rebeli¨®n c¨ªvica para evitar el colmo de un acorralamiento de las v¨ªctimas y de todos aquellos que no participaban de un nacionalismo violento que se desarrollaba por cauces delictivos".

El defensor de los etarras, Alfonso Zen¨®n, pidi¨® la absoluci¨®n, pero no efectu¨® defensa jur¨ªdica. En el turno de ¨²ltima palabra, Txapote afirm¨®: "S¨®lo queremos decir que somos militantes de ETA y que hasta que no se libere a Euskal Herria no vamos a parar". Tras recordar a tres etarras fallecidos, lanz¨® un grito ritual de la banda terrorista: "Jo ta ke [dales duro]".