V¨ªsperas de 'sangre' en Italia
El equipo econ¨®mico de Romano Prodi se enfrenta al reto de reconducir una situaci¨®n fuertemente endeudada
Las cuentas p¨²blicas italianas sangran de forma alarmante. Al d¨¦ficit presupuestario se a?ade una deuda nacional monstruosa, cada vez m¨¢s pr¨®xima al 110% del PIB, que en t¨¦rminos absolutos ronda los 1,6 billones de euros. Y la econom¨ªa no crece. Al ministro italiano de Econom¨ªa, Padoa-Schioppa, no le queda m¨¢s remedio que suturar la hemorragia con medidas dr¨¢sticas como reducir en 11.000 millones de euros el gasto p¨²blico y, simult¨¢neamente, lanzar mensajes de est¨ªmulo a los mercados, como aplicar alg¨²n tipo de recorte fiscal, retrasar la jubilaci¨®n o instaurar el copago de los medicamentos por los usuarios, para recuperar el crecimiento econ¨®mico.
La ¨²ltima estimaci¨®n de d¨¦ficit fue del 3,8% del PIB. Ahora est¨¢ ya en el 4,1% del PIB, sin contar el de las regiones y ayuntamientos
En lo que queda de a?o habr¨¢ que ahorrar al menos un 0,5% del PIB, un m¨ªnimo de 10.000 millones de euros, y lo mismo en 2007
Hay que preocuparse cuando un ministro de Econom¨ªa pronuncia la palabra "sangre". Y el ministro italiano del ramo, Tommaso Padoa-Schioppa, la utiliza con frecuencia. Dice, por ejemplo, que su Gobierno debe actuar con firmeza "porque los mercados se excitan al olor de la sangre". Dice tambi¨¦n que el presupuesto para el a?o pr¨®ximo ser¨¢ parecido al que su antecesor, Giuliano Amato (hoy ministro del Interior), aplic¨® en 1992, en un momento de desplome de la lira y de colapso financiero. Aquel presupuesto fue denominado "sangre y l¨¢grimas", y Padoa-Schioppa no siente reparo en recordarlo.
Desde mucho antes de las elecciones, Romano Prodi ten¨ªa claro que su ministro de Econom¨ªa ser¨ªa Padoa-Schioppa, un t¨¦cnico de gran prestigio que form¨® parte de los equipos dirigentes del Banco de Italia, primero, y del Banco Central Europeo, despu¨¦s.
Prodi buscaba credibilidad y Padoa-Schioppa la garantizaba. Sigue garantiz¨¢ndola, pero quiz¨¢ el sucesor de Silvio Berlusconi ha empezado ya a comprobar que un "rigorista" puro, por utilizar la expresi¨®n italiana, no s¨®lo ofrece ventajas. No es un pol¨ªtico, no se someter¨¢ nunca a unas elecciones, no sabe c¨®mo funciona realmente un Parlamento tan fluido como el de Roma, y sus arrebatos de sinceridad acad¨¦mica tranquilizan a los inversores pero alarman a sus compa?eros de gabinete. Porque lo que menos apetece a un Gobierno fr¨¢gil, con una mayor¨ªa de s¨®lo dos esca?os en el Senado, es espantar al electorado.
La situaci¨®n, objetivamente, es mala. La ¨²ltima estimaci¨®n de d¨¦ficit presupuestario efectuada por el Gobierno de Berlusconi fue del 3,8% del producto interior bruto (PIB). Ahora est¨¢ ya en el 4,1% del PIB, por lo menos, ya que se desconoce (lo admite el mismo Padoa-Schioppa y lo refrendan los expertos en Bruselas) el grado de endeudamiento de los gobiernos regionales y de los ayuntamientos.
Seg¨²n c¨¢lculos del propio Padoa-Schioppa, si no se recorta el gasto con urgencia, el d¨¦ficit rondar¨¢ a fin de a?o el 5%. ?se es un nivel que la Comisi¨®n Europea no est¨¢ dispuesta a tolerar. Pero a¨²n menos los mercados. El ministro, habituado a las reuniones de alto nivel en Bruselas y Francfort, es muy consciente de ello. "Con la Comisi¨®n podemos dialogar, razonar y pactar", dijo ante una comisi¨®n mixta C¨¢mara-Senado, "porque al fin y al cabo son gente como nosotros. Con los mercados no es posible ese tipo de entendimiento razonable, porque los mercados se excitan al olor de la sangre".
Las cuentas p¨²blicas italianas sangran de forma alarmante. Al d¨¦ficit presupuestario se a?ade una deuda nacional monstruosa, cada vez m¨¢s pr¨®xima al 110% del PIB. En t¨¦rminos absolutos, ronda los 1,6 billones de euros. Y la econom¨ªa no crece. Las expectativas oficiales para este a?o se sit¨²an en el 1,3%, pero la patronal Confindustria, m¨¢s pesimista, no espera m¨¢s del 1,1%. Y la inflaci¨®n, del 2,5% anual, se mantiene relativamente alta para un contexto de crecimiento bajo.
Copago de medicamentos
Padoa-Schioppa se ha marcado dos objetivos a largo plazo: crecimiento al 2% anual y d¨¦ficit al 3% del PIB. ?C¨®mo se consigue ese saneamiento? A¨²n no se conocen los detalles, pero la respuesta es inminente. El pr¨®ximo d¨ªa 7 de julio, el Gobierno italiano presentar¨¢ una ley complementaria al presupuesto de 2006 para recortar el gasto p¨²blico de forma urgente. En lo que queda de este a?o habr¨¢ que ahorrar al menos un 0,5% del PIB, o si es posible, un 0,8%. En t¨¦rminos absolutos, eso equivale a un m¨ªnimo de 10.000 millones de euros y un m¨¢ximo de 15.000. Y lo mismo habr¨¢ que hacer en 2007. A ese ritmo, a finales del a?o pr¨®ximo se regresar¨¢ al m¨¢ximo del d¨¦ficit establecido en el Pacto de Estabilidad europeo, 3% del PIB, y los inversores de todo el mundo ser¨¢n conscientes de que el Gobierno italiano de centro-izquierda habla en serio.
Hasta aqu¨ª, la teor¨ªa. La pr¨¢ctica es otra cosa, mucho m¨¢s sangrienta. Sobre la mesa de Padoa-Schioppa hay dos montones de propuestas. Uno es el de los recortes urgentes: congelaci¨®n salarial de los empleados p¨²blicos (que desde hace 15 a?os ven crecer su sueldo por debajo de la inflaci¨®n), renuncia a cubrir las bajas en la Administraci¨®n y, sobre todo, en la escuela (1,3 millones de maestros y profesores), supresi¨®n de escoltas y coches oficiales, copago de los medicamentos por parte de los usuarios de la Seguridad Social... El tipo de cosas que causa escalofr¨ªos en una coalici¨®n de centro-izquierda en la que figuran dos partidos comunistas ortodoxos. El otro mont¨®n es el de los recortes estructurales, referidos, sobre todo, a las pensiones. Como buen "rigorista", el ministro habla claro: o se retrasa la edad de jubilaci¨®n (que la reforma de Berlusconi llev¨® ya de los 57 a los 60 a?os) o se rebajan las pensiones. De esos dos montones de propuestas saldr¨¢n las medidas del "minipresupuesto" extraordinario de julio.
'Cuneo' fiscal
Esto, en cuanto se refiere al control del d¨¦ficit y de la deuda. Falta el crecimiento. Los sindicatos y la patronal temen que una pol¨ªtica de rigor econ¨®mico asfixie las leves se?ales de recuperaci¨®n que, al menos en cuanto a producci¨®n industrial, afloran desde principios de a?o. Tambi¨¦n lo teme el propio Romano Prodi, quien promete que su Gobierno conjugar¨¢ al mismo tiempo medidas de ahorro y medidas de est¨ªmulo al crecimiento. ?C¨®mo se fomenta el crecimiento? Existe un cierto consenso en torno a la rebaja de cinco puntos en el llamado cuneo fiscal, esto es, la diferencia entre lo que paga el empresario y lo que recibe el trabajador. Esa rebaja figuraba de forma estelar en el programa del centro-izquierda y, si se aplica, mejorar¨¢ la competitividad de los productos italianos.
Pero el pez se muerde la cola: si el Estado pierde los ingresos representados por esos cinco puntos, deber¨¢ compensar la p¨¦rdida con un recorte adicional de otros 10.000 millones de euros en el gasto p¨²blico. Y no hay rigor que llegue a tanto. Habr¨¢ que ver c¨®mo se las arregla Tommaso Padoa-Schioppa para que la sangre no sea la de su propio Gobierno.
El recorte despu¨¦s del refer¨¦ndum heredado de Berlusconi
El Gobierno italiano, con Romano Prodi y Tommaso Padoa-Schioppa al frente, ha preferido guardar las malas noticias del presupuesto extraordinario hasta despu¨¦s de las elecciones municipales, celebradas a fines de mayo, y del refer¨¦ndum
[sobre la reforma constitucional, heredado de Berlusconi] que se celebra hoy y ma?ana. La austeridad no es popular, al menos en un primer momento, por m¨¢s que Padoa-Schioppa adopte la actitud de un m¨¦dico e insista en que "los efectos ben¨¦ficos de la cura se har¨¢n sentir desde su mismo inicio, al menos a un nivel psicol¨®gico".
Al electorado se le puede endulzar la p¨ªldora, pero es m¨¢s dif¨ªcil convencer a los ministros y parlamentarios de partidos como Refundaci¨®n Comunista y Comunistas Italianos, vitales para la supervivencia pol¨ªtica de Prodi (en 1996 cay¨® cuando le abandonaron) y comprometidos con sus votantes a no tolerar el m¨¢s m¨ªnimo recorte en el llamado gasto social.
Fausto Bertinotti, presidente de Refundaci¨®n Comunista y de la C¨¢mara de Diputados, lanz¨® una advertencia el jueves: "Elevar la edad de jubilaci¨®n", dijo, "ser¨ªa un crimen social". "Es cierto que hoy las expectativas de vida son mayores, pero no se distribuyen de forma homog¨¦nea entre toda la poblaci¨®n. Me siento mal", explic¨®, "cuando encuentro a obreros de mi edad, porque aparentan 10 a?os m¨¢s que yo".
Con esas palabras, Bertinotti hizo saber a Padoa-Schioppa que no le conven¨ªa tocar las pensiones. El mayor sindicato, la Confederaci¨®n General Italiana del Trabajo (CGIL), de tradici¨®n comunista, advirti¨® por su parte de que no quer¨ªa ni escuchar nuevas propuestas de congelaci¨®n salarial, e insisti¨® en la necesidad de abolir la llamada ley Biaggi, aprobada por el anterior Gobierno de centro-derecha para flexibilizar el mercado de trabajo. Seg¨²n la CGIL, la ley condena a los j¨®venes a la precariedad; seg¨²n el Fondo Monetario, la Comisi¨®n Europea, el centro-derecha y el sector moderado del centro-izquierda, la ley Biaggi es la ¨²nica explicaci¨®n de que el desempleo (7%) sea el ¨²nico indicador macroecon¨®mico a un nivel tolerable, y de que Italia haya creado en el ¨²ltimo trienio medio mill¨®n de puestos de trabajo al a?o (el 60% de ellos, de baja retribuci¨®n y ocupados por inmigrantes).
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