Soy un paleto

La terrible valoraci¨®n que el primer ministro liban¨¦s, Siniora, ha realizado sobre el efecto que los continuos ataques del Ej¨¦rcito israel¨ª est¨¢n teniendo en su pa¨ªs ha vuelto a conmocionarme. Y la sarc¨¢stica nota con la que se cierra la investigaci¨®n de la matanza de Qana (poco menos que culpando a las v¨ªctimas de serlo) ha vuelto a indignarme. Desde Occidente, y concretamente desde Europa, seguimos haciendo poco para evitar una situaci¨®n de la que nos avergonzaremos durante a?os (otros sufrir¨¢n las consecuencias, pero est¨¢n muy lejos de nuestros c¨®modos hogares).

Tambi¨¦n es responsabilidad de los ciudadanos movilizarnos y denunciar la impasividad de la comunidad internacional ante hechos tan terribles como los que est¨¢n acaeciendo. Aunque corramos el riesgo de ser calificados los que nos manifestamos por la paz como paletos. He estudiado dos carreras, tengo dos masters de prestigio, he publicado dos libros, le¨ªdo cientos, colaborado en prensa desde adolescente... Pero soy un paleto. Seg¨²n el se?or Rajoy, somos paletos todos aquellos que, impotentes, salimos a la calle para que nuestra voz se deje o¨ªr, en un desesperado intento de parar una masacre. Es mejor callar, quedarnos en casa, concederle una tregua de varias semanas al Gobierno israel¨ª para que destroce la zona y haga cundir el odio y el terror entre la poblaci¨®n. Lo reconozco. Prefiero seguir siendo un paleto.