M¨¢s de 159.000 veh¨ªculos, multados en un a?o por entrar sin permiso en Las Letras

159.621 multas en un a?o, seg¨²n datos del Consistorio. ?se es el n¨²mero de sanciones impuestas a los conductores no residentes en el barrio de Las Letras desde la puesta en marcha de las c¨¢maras de vigilancia en mayo de 2005. Un sistema que controla la entrada de los veh¨ªculos en los nueve accesos al barrio. La Asociaci¨®n de Vecinos del Barrio de Las Letras denuncia que se trata de una medida "lucrativa" que penaliza a amigos y familiares de los 10.000 residentes y deja impunes a las furgonetas de carga y descarga que no cumplen, seg¨²n la plataforma, con el horario de carga y descarga.

"Las videoc¨¢maras son una chapuza con la que el Ayuntamiento recauda dinero", se lamenta Juan Carlos Mora, presidente de la asociaci¨®n vecinal de Las Letras. Las c¨¢maras de videovigilancia sustituyeron el 4 de mayo de 2005 a los polic¨ªas municipales que controlaban desde el 22 de septiembre el cumplimiento de las restricciones al tr¨¢fico en Huertas. Las c¨¢maras leen las matr¨ªculas e identifican qui¨¦n es residente y puede pasar y qui¨¦n no. Inmediatamente trasladan la informaci¨®n a la Polic¨ªa Municipal para que tramite, en su caso, la multa de 90 euros.

Pero las videoc¨¢maras, seg¨²n la plataforma vecinal de Mora, que representa a casi 300 vecinos, son "ineficaces". No impiden, en palabras de Mora, que las furgonetas de reparto circulen por esta zona comprendida entre la calle de Atocha y el paseo del Prado fuera del horario de carga y descarga contemplado en el plan. Todo el ?rea de Prioridad Residencial est¨¢ cerrada para los veh¨ªculos, excepto para los residentes, el transporte p¨²blico, las motocicletas entre las 19.00 y las 22.00 y los veh¨ªculos de carga y descarga entre las 8.00 y las 11.00.

"El plan de restricci¨®n al tr¨¢fico no funciona a causa de las c¨¢maras", se lamenta Mora. "Los amigos y familiares de los vecinos no pueden entrar, pero los repartidores s¨ª consiguen escapar los controles", explica. Andr¨¦s Culebras, presidente de la Asociaci¨®n de Comerciantes, Aut¨®nomos y Peque?as Empresas del Barrio de Las Letras, reconoce que en octubre de 2005, cinco meses despu¨¦s de la puesta en marcha de las c¨¢maras, su patronal y el Ayuntamiento firmaron un "protocolo especial" para los comerciantes. Siempre seg¨²n Culebras, el documento permite a los asociados a su plataforma dejar fardos pasadas las 11.00.

"Mi hijo vive en M¨®stoles y ya casi no viene a verme", afirma Mar¨ªa Robles, una madrile?a de 66 a?os de edad que lleva "casi toda la vida" residiendo en Huertas. Cuando las c¨¢maras empezaron a registrar las matr¨ªculas, el hijo de Mar¨ªa, de 44 a?os, decidi¨® dejar su veh¨ªculo en el aparcamiento de Atocha. "Pero al final se cans¨®", asegura. Encontrar un hueco donde dejar el coche se convirti¨® en una odisea. "Soy mayor y me cuesta desplazarme hasta M¨®stoles", relata.

Los vecinos del barrio coleccionan historias de este calibre; son personas mayores (la media de edad, seg¨²n datos del Padr¨®n Municipal de 2005, supera la media del municipio: los vecinos en el barrio cuentan 42,53 a?os frente a los 41,41 a?os que de media tienen los madrile?os) con hijos y nietos que residen en otros distritos o municipios.

Algunos residentes, como Elvira de 60 a?os, saben bien por qu¨¦ sus hijos ya no van a comer a casa: "A Miguel [su hijo] ya le han puesto cinco multas: cualquiera dir¨ªa que las colecciona", afirma entre risas. Hay quien se lo toma con alegr¨ªa y quien se enfrenta al Consistorio. "Es inaudito que una trabajadora no pueda aparcar en la zona donde se halla su oficina", sentencia Mar¨ªa Luisa P¨¦llez, empleada de la ONG Sociedad de San Vicente de Pa¨²l, en la calle de San Pedro. "Nos conformar¨ªamos con dos plazas para los 30 trabajadores de la organizaci¨®n, pero el Ayuntamiento no se digna a darnos ni eso", se?ala indignada. Mar¨ªa Luisa envi¨® hace siete meses una carta al Consistorio en la que solicitaba dos aparcamientos, todav¨ªa no le han respondido. As¨ª que deja, como muchos trabajadores del barrio de Las Letras, su veh¨ªculo en el aparcamiento de Santa Ana, en la plaza que le da su nombre, o en el de Reina Sof¨ªa, al lado de ese centro de arte.

Bolardos abatibles

La asociaci¨®n de Mora reclama un sistema de bolardos abatibles con control magn¨¦tico. El mecanismo funciona en tres calles de Las Letras: en las calles de Huertas, peatonal desde 2003, en la de Pr¨ªncipe y en la de Echegaray. "Los bolardos garantizar¨ªan que s¨®lo los que tienen una tarjeta magn¨¦tica entren, ahora s¨®lo funcionan en el interior del barrio, no en los accesos", explica Mora. La plataforma de comerciantes de Culebras est¨¢ satisfecha con las videoc¨¢maras.