El ¨²ltimo viaje de Kiko
Ira von F¨¹rstenberg se enter¨® de la detenci¨®n de su hijo durante una fiesta en Montecarlo. La tragedia del pr¨ªncipe Cristoff culmina la d¨¦cada 'horribilis' de la familia Agnelli, la gran dinast¨ªa industrial italiana.
Se necesita muy poco para apagar una sonrisa. La de Ira von F¨¹rstenberg se quebr¨®, de repente, la noche del 29 de julio en el Hotel de Paris de Montecarlo, en una fiesta celebrada en honor de las creaciones de la princesa, una l¨ªnea de joyas dise?ada por ella misma; y en medio de la alegr¨ªa y de las felicitaciones de los amigos de la jet set, reunida una vez m¨¢s en el principado mediterr¨¢neo. Una llamada desde Bangkok abri¨® una grieta de ansiedad esa noche: Kiko, de 49 a?os, hijo de Ira y Alfonso von Hohenlohe, estaba detenido en una celda tailandesa, por falsificar con un bol¨ªgrafo la fecha de caducidad de su visado de turista. Un gesto min¨²sculo y silencioso que acabar¨¢ con la vida de su autor.
Ira abandona repentinamente la fiesta, acompa?ada por su segundo hijo Hubertus. Ambos vuelan casi inmediatamente a Bangkok para sacar a Kiko de ese absurdo l¨ªo. A Ira le dar¨¢ incluso tiempo a verle, seis d¨ªas despu¨¦s, el viernes 4 de agosto, en la c¨¢rcel d¨®nde estaba detenido. Poco despu¨¦s, Kiko sufrir¨ªa una aguda crisis -estuvo cuatro horas pidiendo ayuda m¨¦dica, seg¨²n la embajada suiza en Tailandia- que le llevar¨ªa a la muerte, en la noche del lunes al martes pasado, en la cama de un hospital cercano a la c¨¢rcel. Aunque las primeras informaciones apuntan a una septicemia, provocada por una diabetes, como causa del fallecimiento, la verdad es que lo que pas¨® en aquellas horas no est¨¢ nada claro. Tal vez lo aclare una nueva autopsia. Mientras, Hubertus tiene prevista su llegada hoy a Marbella, M¨¢laga, para preparar el funeral de su hermano.
Pese a que su apellido no lo ponga de manifiesto, el de Kiko es el nuevo eslab¨®n de la impresionante cadena de tragedias que ci?e la historia de los Agnelli, la gran dinast¨ªa industrial italiana, los due?os de la Fiat y del Juventus: la verdadera familia real de la Rep¨²blica italiana -seg¨²n una definici¨®n asentada desde hace d¨¦cadas. Christoff von Hohenlohe, Kiko, era nieto de Clara Agnelli, hermana de Giovanni, el legendario Avvocato.
"La historia de la dinast¨ªa Agnelli parece la de personas que se mueven en ¨¢mbitos fuera de lo normal. No se vive ni se muere normalmente en esa familia", comenta en una conversaci¨®n telef¨®nica Pierangelo Sapegno, el redactor de La Stampa -controlado por los Agnelli- que desde hace a?os sigue las vicisitudes de la familia. "Todo en su historia parece marcado por una fuerza incontrolable", observa Sapegno. Fuerza que ha permitido a los Agnelli modernizar Italia m¨¢s que ninguna otra familia del pa¨ªs transalpino.
La muerte de Kiko -que no pertenec¨ªa al n¨²cleo duro de la familia, por lo menos no ten¨ªa cargos directivos en el universo de sus empresas- culmina la d¨¦cada horribilis de los Agnelli. En 1997 fallec¨ªa por un c¨¢ncer fulminante Giovanni Alberto, Giovannino, el hombre designado como sucesor del Avvocato. Ten¨ªa 33 a?os y era sobrino del patriarca.
Tres a?os despu¨¦s, se suicidaba Edoardo, el primog¨¦nito del Avvocato. Su cuerpo fue encontrado en el fondo de un valle bajo un puente de la autopista Tur¨ªn-Savona. Arriba, quedaba aparcado su Fiat Croma, un coche lejos del lujo que habr¨ªa podido permitirse. El propio Giovanni Agnelli se traslad¨® en helic¨®ptero hasta el lugar para reconocer el cuerpo de su hijo. La relaci¨®n entre los dos siempre hab¨ªa estado llena de incomprensiones, quiz¨¢ porque en el Avvocato siempre domin¨® el alma de gran l¨ªder sobre la de padre.
'Crescendo' dram¨¢tico
El crescendo dram¨¢tico alcanz¨® su cl¨ªmax el 24 de enero de 2003, d¨ªa en el que muri¨®, de c¨¢ncer, el Avvocato, coincidiendo con uno de los momentos m¨¢s duros de la grave crisis que ha afligido a Fiat durante los ¨²ltimos a?os. Italia entera rindi¨® homenaje a uno de los pocos hombres respetados por todos los bandos de la fragmentada escena pol¨ªtica y social del pa¨ªs. Pero no era todo. Su sucesor, su hermano Umberto, falleci¨®, tambi¨¦n de c¨¢ncer, en 2004. Su nieto Lapo -responsable del marketing de Fiat- fue ingresado en estado de coma por una mezcla casi letal de estupefacientes y medicamentos, del que consigui¨® salir. Era el 2005.
Kiko vivi¨® lejos de la esfera de poder en la que se toman las decisiones en la casa Agnelli. Esa distancia estaba representada por su distancia geogr¨¢fica de Torino. El pr¨ªncipe viv¨ªa b¨¢sicamente entre Honolul¨², en las islas Hawai, y Suiza. Marbella le vi¨® crecer. Su presencia en Bangkok no era nada m¨¢s que la en¨¦sima etapa de un periplo que le hab¨ªa llevado en pocas semanas de Manila, donde el 2 de julio asiste a la fiesta de cumplea?os de Imelda Marcos -mujer del ex presidente de Filipinas Ferdinand Marcos-, a Dubai, donde se encontr¨® con algunos amigos, y Brunei. La relaci¨®n entre la ex primera dama filipina y Christoff era muy ¨ªntima, revel¨® ayer el diario italiano Corriere della sera. "Ella le quer¨ªa como a un hijo", recuerda su hermano Hubertus. Cuando la avisaron de su muerte, Imelda se desmay¨® "?Qu¨¦ le han hecho a mi Kiko?". A Kiko le detuvieron por su fatal ligereza en el aeropuerto de Bangkok casi un mes despu¨¦s de esa fiesta en Manila. Los agentes de aduana detectan la falsificaci¨®n. La polic¨ªa lo lleva a la comisar¨ªa central. Seg¨²n indica el diario La Repubblica, Kiko es nervioso, levanta el tono de voz ante las autoridades. Eso le perjudica: los agentes redactan un informe duro sobre ¨¦l; el juez confirma su arresto y le env¨ªa a la c¨¢rcel de Klon Prem Remand, en la capital, deneg¨¢ndole la posibilidad de salir bajo fianza.
Recluido en una celda con otros 40 detenidos empieza su ¨²ltima semana. El viernes su madre puede verle, gracias a la intermediaci¨®n de los diplom¨¢ticos suizos e italianos que se interesan por el caso. "Estaba desesperado", relatar¨¢. Pero sin ning¨²n s¨ªntoma de estar incubando enfermedades o sufriendo violencia. Sin embargo, poco despu¨¦s pasa algo. Kiko se encuentra mal. No queda claro cu¨¢ndo ni c¨®mo. S¨®lo que sobre las 13.00 del s¨¢bado le visita el doctor Lerwitworapong y ya est¨¢ en condiciones desesperadas. El nivel de az¨²car es alt¨ªsimo. Tiene una infecci¨®n en los pulmones. Le trasladan a un hospital. Sus ¨®rganos colapsar¨¢n dos d¨ªas despu¨¦s.
?Qu¨¦ pas¨® en esas horas? ?Es posible que Kiko tuviese diabetes sin saberlo? La familia no ten¨ªa constancia de sus problemas de salud. Eso s¨ª, hab¨ªa engordado en los ¨²ltimos a?os. Y por eso hab¨ªa ido a Bangkok: para cuidarse en una cl¨ªnica especializada en tratamientos adelgazantes.
"Despu¨¦s de irse a vivir a Honolul¨²", cuenta Sebastian von F¨¹rstenberg, t¨ªo de Christoff, al Corriere della Sera, "se dej¨® crecer el pelo, lo ti?¨® de amarillo-naranja, y le entr¨® la man¨ªa del body-building. Creo que empez¨® a tomar anabolizantes, sustancias que engordan los m¨²sculos y hacen da?o al coraz¨®n. Pero excluyo que tomara drogas". "Si pienso en ¨¦l, los primeros rasgos que se me ocurren son fragilidad y ruidosa soledad. Alegre. Y solo, incluso en las compa?¨ªas m¨¢s exuberantes", prosigue Sebastian. En palabras de la princesa Beatriz de Orleans, que lo conoci¨® en Marbella, "Kiko fue un artista muy culto y discreto que escrib¨ªa de maravilla. Adem¨¢s era una bala de pimp¨®n, porque no paraba de viajar", informa Javier Mart¨ªn-Arroyo.
A Kiko le gustaba la dolce vita. Pero sab¨ªa vivirla con cierta discreci¨®n, sin estar en el centro de la atenci¨®n p¨²blica, a diferencia de su madre, que en este sentido no estaba en sinton¨ªa con un rasgo dominante en la familia Agnelli: el horror a la ostentaci¨®n. Los Agnelli viven bien y mandan, pero huyen de las ostentaciones gratuitas. Como demuestra Marella, la mujer del Avvocato, que acostumbra a no llevar joyas. O John Elkann, el nieto destinado a tomar las riendas del imperio, que se distingue por su absoluta discreci¨®n.
Kiko tambi¨¦n vivi¨® bien, entre Marbella, que su padre contribuy¨® de forma decisiva a transformar en una meca tur¨ªstica internacional, y Bangkok. Ahora la madre y el hermano est¨¢n tramitando la vuelta del cuerpo de Kiko a Marbella, para su entierro en el pante¨®n de familia.
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