El adi¨®s de los grandes cines
La clausura de los Milkedi en Bilbao evidencia la crisis de los cines tradicionales frente a las nuevas salas
Los espectadores que el pasado 1 de agosto vieron la pel¨ªcula Poseid¨®n en los cines Mikeldi, en el centro de Bilbao, fueron los ¨²ltimos clientes de una sala que, despu¨¦s de 16 a?os abierta, ha sufrido un naufragio como el del barco de su ¨²ltima proyecci¨®n. Los empleados creen que el inmueble pasar¨¢ a ser una residencia de ancianos. M¨¢s all¨¢, el cierre de los Mikeldi supone la desaparici¨®n de uno de los cines m¨¢s importantes de Bilbao, de una forma de ver el s¨¦ptimo arte que est¨¢ en peligro de extinci¨®n.
La clausura de los Mikeldi evidencia la crisis del sector y, sobre todo, de los cines tradicionales, que cada vez se ven m¨¢s sometidos a la competencia de las salas que se abren en los centros comerciales y de ocio. Los cin¨¦filos amantes de los cines con gran capacidad y una enorme pantalla se ven obligados a acudir cada vez m¨¢s a las multisalas o, en su defecto, a los centros recreativos. Los cines tradicionales son devorados por sus hermanos peque?os.
Las peque?as salas tratan de especializarse en una programaci¨®n m¨¢s culta y alternativa para abrirse un hueco
En los ¨²ltimos a?os, la capital vizca¨ªna ha visto como los cines Gran V¨ªa, Consulado, Olimpia, Ideales, Astoria o el Coliseo, entre otros, se han convertido en hoteles, tiendas de deporte o gimnasios. Todo un cambio sociol¨®gico.
La empresa propietaria de los Mikeldi de Vitoria, en la calle Portal de Villarreal, tambi¨¦n se vio obligado a cerrar sus puertas hace un a?o. Definitivamente, a pesar de su cuidada programaci¨®n y de las ofertas para fidelizar a los espectadores, los Mikeldi alaveses no pudieron competir con los multicines que albergan los tres centros comerciales de la ciudad, propiedad de las multinacionales ?baco y Yelmo. En el centro de la ciudad s¨®lo quedan los Guridi y los Florida, ambos en la calle San Prudencio, que pertenecen a la empresa Vesa.
En declaraciones a este diario, el responsable de los Mikeldi, I?aki N¨²?ez, lleg¨® a reconocer cuando abri¨® sus puertas el cercano centro comercial El Boulevard que, aunque el aumento en el n¨²mero de salas era muy negativo en general, parad¨®jicamente a los Mikeldi les estaba beneficiando en aquel momento. La venta de entradas subi¨® un 20% en esas fechas, debido a los clientes que acud¨ªan al Boulevard y al final, por distintas razones, recalaban en los cines m¨¢s cercanos.
En Guip¨²zcoa, Leopoldo Arsuaga, gerente de la empresa SADE, ha tenido que echar las persianas de casi una veintena de salas de cine en los ¨²ltimos a?os: las que explotaba en el centro comercial Garbera y las del Astoria, en el barrio de Amara. Hoy, con conocimiento de causa, sentencia: "En este momento no hay que temer m¨¢s cierres. Yo creo que en Donostia se ha ajustado bastante la oferta a la demanda. Los que peligran son los pocos cines privados de la provincia, que est¨¢n aguantando a duras penas". El ¨²ltimo ajuste materializado en la capital el pasado julio fue la clausura de los 10 espacios de exhibici¨®n de Cinesa en el complejo de ocio Illumbe. Dicen sus directivos que por una cuesti¨®n legal y no de negocio, pero en sus previsiones no entra reubicarse en la ciudad.
La situaci¨®n no puede sorprender a nadie. En Euskadi cada vez hay m¨¢s salas de cine pero menos espectadores dispuestos a pasar por taquilla. Un vizca¨ªno, por ejemplo, gasta una media de 16 euros al a?o en ir al cine, lo que supone apenas tres sesiones cada 12 meses. En Guip¨²zcoa los datos son muy similares: la frecuencia de asistencia es de 3,6 sesiones al a?o por persona y la media de espectadores por sesi¨®n no llega a los 30 (29,03). As¨ª se desprendel Anuario de las Artes Esc¨¦nicas, Musicales y Audiovisuales de la Sociedad General de Autores. ?lava, por su parte, es el segundo territorio con mayor frecuencia de asistencia al cine por habitante (4,5), despu¨¦s de Madrid (4,8). Adem¨¢s, es la provincia que tiene m¨¢s pantallas en relaci¨®n con la poblaci¨®n. La media por mil habitantes es de 0,207 seguida de lejos por Ceuta (0,187), Girona (0,155) y Tarragona (0,154).
Pero tambi¨¦n influyen otros factores como el cambio de h¨¢bitos de ocio, la competencia de internet, las televisiones digitales, la pirater¨ªa y el impacto de la apertura de cines en los centros comerciales. El pastel a repartir es cada vez menor y al peque?o empresario, que muchas veces tiene que hacer frente a rentas imposibles, no le queda otro remedio que dejarlo.
Ra¨²l Cabrera, responsable de Marketing de Cinesa, mira sin embargo al futuro con optimismo. "Este ha sido un a?o de pel¨ªculas malas. Pese a todo, el mercado est¨¢ muy estable. Y parece que el que viene va a ser muy bueno a efectos cinematogr¨¢ficos. Al final, la pel¨ªcula es lo que trae a la gente al cine", apunta. En todo caso, reconoce: "Puede que la oferta est¨¦ sobredimensionada. El mercado no est¨¢ evolucionando todo lo r¨¢pido que pudi¨¦ramos querer en n¨²mero de espectadores y cada vez hay m¨¢s salas". A su juicio, ocurrir¨¢ y est¨¢ ocurriendo lo que ya ha pasado en otros sectores, "que habr¨¢ una limpieza de la oferta y se quedar¨¢n los cines que realmente sean de satisfacci¨®n del consumidor.
Las grandes empresas del sector tiran de las superproducciones. "Si Piratas del Caribe va mal, el a?o ir¨¢ mal", reconoce Cabrera. Los peque?os cines, en cambio, tratan de especializarse en una programaci¨®n m¨¢s culta y alternativa. Aunque a veces se topan con la realidad del mercado. El cine Trueba, en San Sebasti¨¢n, destinado a pel¨ªculas de autor en versi¨®n original, ha perdido la raz¨®n de ser, seg¨²n Arsuaga, responsable de su explotaci¨®n. "?ltimamente ya no sale ese material. Hoy en d¨ªa entre los distribuidores de fuera de Madrid y Barcelona jam¨¢s conseguimos una copia en V.O. Nos la dan doblada. Y cinco semanas despu¨¦s, cuando salen de esas ciudades, ya no tiene ning¨²n sentido".Este reportaje ha sido realizado por Maribel Mar¨ªn, Txema G. Crespo y Javier Lafuente.
Desplome de la recaudaci¨®n
La recaudaci¨®n tambi¨¦n se ha desplomado en Euskadi, aunque en menor medida que los espectadores. Los cin¨¦filos se dejaron en 2001 en taquilla 35,7 millones de euros, un 9,84% menos que en 2005, cuando el sector logr¨® 36,4 millones. Esta cifra supone un 5,3% de la recaudaci¨®n total que se produjo en Espa?a, superior a 680 millones de euros. Por provincias, los habitantes de Madrid (25,3 euros), Girona (25) y Barcelona (22,7) son los que m¨¢s gastan en ir al cine, seg¨²n el anuario de la SGAE.
En Euskadi, la recaudaci¨®n media por pantalla fue de 148.199 euros. Por territorios, Vizcaya fue donde m¨¢s dinero se recaud¨® (180.000 euros), seguida de Guip¨²zcoa (141.969) y ?lava (104.653). El gasto por habitante, sin embargo es inversamente proporcional. Con un precio medio de cinco euros por entrada, un alav¨¦s se llega a gastar al a?o casi 22 euros en ir al cine. En Vizcaya, el gasto se reduce a casi 16 euros (15,9) mientras que en Guip¨²zcoa es de 17,6.
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