Espa?a es diferente

Le¨ªa recientemente (EL PA?S 12-8-06) las descalificaciones que, seg¨²n Fernando Savater, estaba recibiendo la proyectada asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Y el autor del art¨ªculo sal¨ªa en defensa de la misma: "Vivir en democracia es aprender a pensar en com¨²n hasta para disentir: algo que con la moda actual de idolatrar la diferencia no resulta precisamente f¨¢cil ni obvio".

Me vino a la memoria mi experiencia reciente. Pertenezco, por nacimiento, a ese mundo de la diferencia. Y me encuentro con dificultades para disfrutar de esos espacios de ocio y cultura tan necesarios en este mundo de las prisas. Quise viajar por Galicia (antes de los incendios) y Asturias y no encontraba sitio para aparcar mi silla de ruedas. Adem¨¢s, he adquirido ¨²ltimamente, una nueva discapacidad: llevo un perrillo de cuatro kilos de peso que causa terror en los o¨ªdos de los hoteleros.

La suerte me hizo viajar al pa¨ªs de nuestros vecinos del norte, a una peque?a localidad, famosa por la fabricaci¨®n de sus l¨ªquidos et¨ªlicos. No hab¨ªa habitaciones adaptadas, pero en unos minutos las hac¨ªan provisionalmente. Es cuesti¨®n de quitar algunos muebles, pero, sobre todo, de voluntad de hacerlo. ?Ah! Y cuando el perro ladraba en el interior de un restaurante, ven¨ªa la camarera y me dec¨ªa: "?Quiere que le ponga un poco de agua?".

Quiz¨¢s tendr¨ªamos que reflexionar sobre la conversaci¨®n de los hermanos Gabilondo (I?aki y ?ngel) que aparec¨ªa al final del mismo peri¨®dico: "Hay un problema de educaci¨®n, cultura y salud... Falta amistad y convivencia... S¨®lo seguimos modelos referentes que llevan al ¨¦xito... La gente que no disfruta del placer es peligrosa... Lo que importa es no saber vivir".