Beckett y las corbatas regaladas

Hay hoy asuntos mucho m¨¢s palpitantes, pero ¨¦ste ata?e a la veracidad, que en el periodismo es un asunto crucial siempre. En la excelente semblanza que de Samuel Beckett trazaba Manuel Vicent el 20 de agosto en su P¨®quer de ases se habla de las corbatas que James Joyce regalaba a sus disc¨ªpulos, y se dice que "no consta que Joyce regalara a su devoto Samuel ninguna corbata".

La biograf¨ªa, seg¨²n se mire, tal vez quede m¨¢s cerca de la ficci¨®n que de la historia, pero James Knowlson, en su biograf¨ªa autorizada de Beckett (Damned to Fame, de 1996, p¨¢gina 290), cita al propio interesado, que en carta a Tom MacGreevy de 22 de diciembre de 1937 dice que Joyce le pag¨® la m¨ªsera cantidad de 250 francos por la correcci¨®n de pruebas de uno de sus libros. "A?adi¨® al pago", dice Beckett, "un abrigo viejo y cinco corbatas. No se las rehus¨¦. Es mucho m¨¢s f¨¢cil encajar el da?o que hacerlo".

A menos que Beckett mixtificase su propia historia, cosa improbable, habr¨¢ que creerle y reconocer que consta, de hecho, que Joyce le regal¨® unas corbatas usadas. Parecer¨¢ una minucia, pero no lo es si se tiene en cuenta que no es su bi¨®grafo quien lo dice, sino el propio Beckett, quien adem¨¢s dijo que "el estilo es pura vanidad: una corbata de lazo sobre un c¨¢ncer de laringe".