Las Californias, el ¨²ltimo pueblo de la capital
Un n¨²cleo de calles de casas bajas entre Pac¨ªfico y Vallecas tienen sus d¨ªas contados ante la ejecuci¨®n de un plan municipal de reforma
El barrio de Las Californias est¨¢ formado por unas cuantas calles maltrechas de casas bajas, entre el puente de Pac¨ªfico y el de Vallecas, en el distrito de Retiro. Su nombre oficial es el de Las Adelfas, pero el barrio es conocido como Las Californias por la calle que le sirve de columna vertebral.
A pesar de estar en el centro de Madrid, abrazado por la M-30, ha permanecido inmutable al avance de la ciudad durante 20 a?os. Ahora, sus vecinos esperan la demolici¨®n proyectada por el Ayuntamiento, tras el abandono y la degradaci¨®n que ha sufrido en ese tiempo. S¨®lo una antigua corrala sobrevivir¨¢ al inminente derribo.
El barrio sigue anclado en los a?os setenta. Aunque s¨®lo las v¨ªas de tren entre Atocha y Entrev¨ªas lo separan del complejo de M¨¦ndez ?lvaro, mantiene el ambiente pueblerino que siempre tuvo Madrid. Casi no circulan coches por sus castigadas calles; tan s¨®lo taxistas que aprovechan su tranquilidad para hacer el cambio de turno y vecinos que aparcan sus coches en los solares donde antes se levantaban casas de dos alturas llenas de ropa tendida y vida. Los pocos muchachos del barrio son los due?os de la calle. Juegan a la pelota mientras sus padres y abuelos charlan despreocupadamente sentados en sillas a la puerta de sus casas.
El barrio sigue anclado en los 70 y mantiene el ambiente pueblerino que tuvo Madrid
Pero este oasis de tranquilidad tiene sus d¨ªas contados. Un Plan de Reforma Interior (PERI) proyectado hace m¨¢s de 20 a?os por el Ayuntamiento prev¨¦ demoler todas las casas bajas y convertir el ¨¢rea en una zona residencial de 89.000 metros cuadrados. Lo que no suceder¨¢ a cualquier precio. La Asociaci¨®n de Vecinos Los Pinos Retiro Sur, con ayuda de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Madrid, ha incluido en el plan unas condiciones m¨ªnimas para proteger a sus residentes. ?stos esperan resignados el derribo y conf¨ªan en que la zona recupere la vida que la dejadez de las administraciones p¨²blicas le ha quitado.
En Las Californias se lee una historia de avatares que lo convirti¨® en la d¨¦cada de los noventa en uno de los supermercados de droga de Madrid. La antigua corrala, como la conocen en el barrio (en el solar del Var¨®n), se mantiene, desde finales del siglo XIX, en pie a duras penas en una explanada llena de maleza, restos de coches y chatarra donde se construye un centro de d¨ªa para mayores. El edificio, donde viven nueve familias, se salvar¨¢ de la demolici¨®n por su antig¨¹edad: est¨¢ sujeto a protecci¨®n estructural. Pero sus vecinos tendr¨¢n que dejarlo pronto. "Se lo cepillan por el mal estado en el que dicen que est¨¢. Llevamos un a?o recurriendo, pero el Ayuntamiento nos ha informado de que el desalojo se producir¨¢ en unas semanas", explica Mois¨¦s, uno de los residentes. La corrala conservar¨¢ su fachada y albergar¨¢ un centro cultural con biblioteca.
El Plan de Remodelaci¨®n Interna de 1985 contemplaba transformar el barrio en zona residencial. Pero el plan qued¨® aparcado durante m¨¢s de diez a?os debido a la falta de inversi¨®n en infraestructuras y seguridad. El Plan General de Reforma Urbana de 1997 retom¨® el proyecto.
Entre los dos proyectos, Las Californias se convirti¨® en una zona de compra y venta de droga. Los vecinos, angustiados por la inseguridad y frente a la pasividad policial, pensaron en organizar patrullas ciudadanas para vigilar a camellos y drogadictos. Entonces cobr¨® importancia el Colectivo Adelfas Joven, que se re¨²ne en el Centro Social Seco junto a otras asociaciones. El centro lleva 15 a?os trabajando para que la remodelaci¨®n sea lo menos traum¨¢tica posible. "Optamos por crear un movimiento vecinal que hiciera frente a la situaci¨®n desde el consenso", cuenta Carlos Prat, miembro del centro. As¨ª que, junto a la Asociaci¨®n de Vecinos Los Pinos de Retiro Sur y el Centro Social Seco, acordaron que la mejor soluci¨®n al conflicto pasaba por acelerar y aceptar el PERI, pero no sin condiciones. "Lo normal hubiese sido luchar para que no se derribara el barrio, pero tuvimos que aceptar la medida porque los vecinos no pod¨ªan seguir viviendo as¨ª", apunta Carlos. El Plan Urban¨ªstico Alternativo, que naci¨® en 2001, fij¨® unas condiciones m¨ªnimas para los vecinos que quedaban en la zona. Muchos, sinti¨¦ndose inseguros, hab¨ªan dejado el barrio con el dinero que el Consistorio les dio por la expropiaci¨®n. El nuevo proyecto contempla el realojo de los residentes y la construcci¨®n de una sede para el Centro Social Seco y de un edificio de propiedad p¨²blica que sea gestionado por una cooperativa de viviendas de alquiler para j¨®venes.
Entre los realojados estar¨¢n Vicente y su madre, Mariluz. Llevan 25 a?os viviendo en una casa de dos pisos con m¨¢s de 150 a?os, pero carecen de las escrituras. "Lo ¨²nico que queremos es una vivienda digna, aunque tengamos que dejar nuestro barrio", dicen. Carlos Prat, del Centro Social Seco, mira al infinito cuando reflexiona sobre el futuro: "Lo tirar¨¢n todo, y desaparecer¨¢n los problemas. Pero echaremos de menos Las Californias, el ¨²ltimo barrio tranquilo en el centro de la capital".
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