La segunda oportunidad

En junio terminan las clases, pero para miles de alumnos de ESO, Bachillerato y universidad no acaba el curso. Se prolonga hasta los primeros d¨ªas de septiembre, con los ex¨¢menes de recuperaci¨®n, justo antes de que vuelva a empezar el periodo lectivo. "Directamente no he tenido vacaciones, aunque no ha sido la primera vez, pero otros veranos s¨®lo me quedaba sin agosto", cuenta Miguel Mu?oz-Alonso, madrile?o de 19 a?os.

Le quedan dos asignaturas para terminar 2? de bachillerato (un examen lo hizo el viernes y otro lo hace hoy) y si aprueba, a mediados de septiembre har¨¢ Selectividad. Quiere estudiar Historia. As¨ª que se ha pasado julio y agosto asistiendo entre tres y cinco horas diarias a una academia (200 euros al mes) para prepararse, no s¨®lo las dos que le hab¨ªan quedado, sino tambi¨¦n el resto, con vistas a la Selectividad. Las ¨²ltimas semanas, ha completado las horas de academia con sesiones de biblioteca. "El ordenador, mi madre, el gato... en casa no me concentro".

Las salas de estudio comienzan a llenarse a mitad de agosto y a finales apenas hay sitio

Un verano parecido, con academia incluida, se lo ha pasado Elena Garc¨ªa (21 a?os), pero a ella le han quedado cinco, tambi¨¦n en 2? de bachillerato. El viernes hizo dos ex¨¢menes (Lengua e Historia) en su instituto madrile?o, el centro concertado Lourdes de la Fundaci¨®n Hogar del Empleado. All¨ª, alumnos y profesores se saludaban el viernes a la vuelta de vacaciones. "En bachillerato, depende de las ramas que haya m¨¢s o menos alumnos en septiembre. En ciencias, cerca del 80% aprueba todo en junio, pero en la especialidad social o art¨ªstica, a la mitad de ellos les queda alguna", asegura Rosario Abad, profesora de Qu¨ªmica y coordinadora de bachillerato del instituto. "Creo que se debe a la propia indefinici¨®n de los alumnos. Los de ciencias tienen m¨¢s claro lo que quieren hacer", opina Abad.

En la ESO, en 1? y 2?, los suspensos para septiembre "son muy poquitos", asegura Fernando Mazo, coordinador de ESO del mismo centro, y van aumentando en 3? y 4?. "Los ex¨¢menes de septiembre no sirven para casi nada; en general, los chicos saben menos en septiembre de lo que sab¨ªan en junio", asegura. A Laura Zanca (14 a?os) le han quedado cuatro asignaturas en 2? de ESO, una materia menos que a sus compa?eras Roc¨ªo Ruiz (15) y Laura Ch¨ªa (14). Las tres, despu¨¦s de hacer el viernes las primeras pruebas de repesca, aseguraban que han estado estudiando todo el verano, aunque admiten que se han puesto "en serio" a mediados de agosto.

Justo la fecha en la que se comienzan a llenar las bibliotecas universitarias. Quien m¨¢s, quien menos, la mayor¨ªa de los estudiantes de educaci¨®n superior conviven naturalmente con la convocatoria de septiembre. Adaptan vacaciones y trabajos, e incluso cuentan con ella de tal manera que, m¨¢s que una convocatoria extraordinaria, se convierte en la forma de examinarse de las materias que no pudieron (o no quisieron) preparar durante el curso.

La semana pasada, la biblioteca de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia de la Universidad Complutense ya estaba llena. A medida que avanza agosto, las sillas vac¨ªas en sus salas de estudio van siendo cada vez m¨¢s escasas, mientras las horas que pasan all¨ª los alumnos van siendo cada vez m¨¢s. Carlos Javier Rodr¨ªguez (25 a?os) llega a las nueve de la ma?ana y se va a las diez de la noche. Ha pedido vacaciones en su trabajo, en una empresa de energ¨ªa e¨®lica, para poder sacarse las cuatro asignaturas que le separan del t¨ªtulo de licenciado en F¨ªsicas. "La nevera, el ordenador, la televisi¨®n...". Las distracciones en casa le hacen preferir la biblioteca para estudiar. Un nutrido grupo de compa?eros de carrera opina lo mismo a la puerta de la sala de estudio de la facultad Complutense. ?Y no distraen esos descansos, a veces muy prolongados, con los amigos? "Bueno, yo procuro sentarme solo, lejos de ¨¦stos", se defiende Rodr¨ªguez.