El tesoro del tabernero h¨²ngaro
En el poderoso libro de memorias ?Tierra, tierra!, de S¨¢ndor M¨¢rai (editorial Salamandra), que ya he citado en alg¨²n otro art¨ªculo, se cuenta la preciosa y conmovedora historia de Poldi Krausz, un tabernero de Budapest. Poldi era un hombre humilde y de origen campesino; ten¨ªa una tasca llamada la Bodega Rec¨®ndita que se hab¨ªa convertido en un local popular entre los escritores, artistas y poetas de la ciudad. De hecho, S¨¢ndor le conoc¨ªa porque frecuentaba el sitio. En la sombr¨ªa primavera de 1944, la Gestapo recorr¨ªa Budapest deteniendo y deportando a los jud¨ªos y a todos cuantos consideraba enemigos de los nazis. Un domingo de marzo, Poldi llam¨® inopinadamente a la puerta de S¨¢ndor, en cuya casa nunca hab¨ªa estado. Tra¨ªa un paquete bajo el brazo envuelto en papel de peri¨®dico. "Guarda esto", dijo al sorprendido escritor. "Alguien me ha denunciado. No tardar¨¢n en venir a por m¨ª. Gu¨¢rdalo y cu¨ªdalo, por favor".
M¨¢rai abri¨® el r¨²stico paquete y descubri¨® un modesto ¨¢lbum de firmas, el libro de honor en el que, durante a?os, el tabernero hab¨ªa pedido a sus clientes que anotaran algo. Hab¨ªa dedicatorias, dibujos, frases y chistes salidos de la mano de artistas, escritores, periodistas y noct¨¢mbulos de toda cala?a. Esa libreta llena de peque?os recuerdos era la joya del tabernero, su pertenencia m¨¢s preciada. "Sus manos temblaban al entregarme el ¨¢lbum, la obra de su vida, su ¨²nico tesoro", escribe M¨¢rai. Y m¨¢s adelante: "El tabernero no lloraba, pero sus ojos estaban h¨²medos y sus labios temblaban debajo del bigote".
S¨¢ndor no consider¨® prudente quedarse con el ¨¢lbum, porque ¨¦l mismo estaba a punto de salir huyendo de su casa, y en su ausencia, en efecto, su piso fue asaltado y sus pertenencias destruidas. De manera que dio al tabernero un par de direcciones en donde podr¨ªa dejar guardado su cuaderno con m¨¢s seguridad. Poldi se march¨® abrazado a su ¨¢lbum y M¨¢rai no volvi¨® a verlo nunca m¨¢s. Tiempo despu¨¦s supo que no le hab¨ªa dado tiempo de salvar el libro: pocos d¨ªas despu¨¦s de aquella visita, Poldi fue detenido y trasladado, junto con su esposa, a un campo de exterminio en Polonia. Tal vez conservara su cuaderno hasta el final.
"Toda vida humana tiene algo ¨²nico", dice M¨¢rai: "Algo que uno prepara durante mucho tiempo, algo que cuida, que va formando poco a poco, que mima. A veces es una persona. A veces, una obsesi¨®n. En la vida de Poldi Krausz, el tabernero del barrio de Tab¨¢n, en esa vida pobre y humilde pero siempre jovial, aquel ¨¢lbum era su obra maestra". En el amor que Poldi sent¨ªa por el cuaderno deb¨ªa de influir, desde luego, su admiraci¨®n por los artistas h¨²ngaros, por los personajes y personajillos m¨¢s o menos famosos de la noche de Budapest que hab¨ªan frecuentado su taberna y, por consiguiente, su trato. Pero sus l¨¢grimas seguramente se deb¨ªan al rastro candente que los buenos recuerdos dejan en nuestra conciencia. Ese ¨¢lbum era en realidad un libro de memorias, un testimonio de los mejores momentos de la biograf¨ªa del tabernero y una reafirmaci¨®n de su proyecto de vida. Seguro que Poldi plane¨® su futuro en torno a ese ¨¢lbum, seguro que se imagin¨® en su pl¨¢cida ancianidad, orgulloso de todas las firmas ilustres que habr¨ªa recolectado para entonces y que ¨¦l ense?ar¨ªa de cuando en cuando con delectaci¨®n a los amigos y a los nietos. Por eso es por lo que lloraba Poldi, por eso es por lo que lloramos todos: por autocompasi¨®n, por la p¨¦rdida de nuestros bellos sue?os, por el destrozo de nuestras ilusiones.
S¨ª, supongo que todos acarreamos un peque?o equipaje, ese tesoro del que hablaba M¨¢rai, que es donde depositamos nuestro orgullo, nuestra sensibilidad y nuestra esperanza. A veces me pregunto en qu¨¦ pensar¨¦ cuando me est¨¦ muriendo, si es que dispongo de tiempo suficiente. No se trata de una reflexi¨®n morbosa, sino de un intento de desentra?ar cu¨¢les son mis recuerdos primordiales, qu¨¦ hechos y qu¨¦ elementos de mi vida forman el nudo y el coraz¨®n de lo que soy. En el ¨²ltimo instante, ?a qui¨¦nes o qu¨¦ recordar¨¦? ?Qu¨¦ memorias arder¨¢n en mi mente cuando todo se apague? Ese peque?o equipaje es el resumen de toda tu existencia. Uno no muere solo: muere, en realidad, abrazado a su tesoro ¨ªntimo, como el tabernero a su cuaderno. Y despu¨¦s todo vuelve suavemente a la nada, como el castillo de arena que la marea borra.
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