"Los escritores somos monstruos del ego", afirma John Banville
El escritor publica su premiada novela 'El mar'
"El estilista m¨¢s elegante de la lengua inglesa hoy en d¨ªa". Con estas palabras de George Steiner, el editor Jorge Herralde present¨® la nueva novela del escritor John Banville (Wexford, Irlanda, 1945). El mar, que acaban de publicar Anagrama -traducida al castellano- y Bromera -al catal¨¢n-, obtuvo el a?o pasado el Man Booker del 2005, el premio m¨¢s prestigioso en Gran Breta?a para obra publicada. En sus intervenciones, Banville demostr¨® que sobrelleva con un cierto estoicismo el ¨¦xito del premio y los actos de promoci¨®n. "Los escritores", dijo, "somos monstruos del ego".
Un pueblo de la costa inglesa frente al mar, entre mareas traicioneras y calles desiertas, es el escenario donde se sit¨²a su nueva novela. Max Morden es un historiador de arte, especialista en Bonnard, que tras la muerte de su mujer se refugia en el lugar donde pasaba los veranos de su infancia. Lejos de mitigar el dolor, este retiro se convierte en una excusa perfecta para aislarse del mundo y revivir con obstinaci¨®n -"como un animal herido", dice, "o como un cerdo que se revuelca en el fango"- dos momentos tr¨¢gicos de su vida.
En primera persona, pues, con un estilo detallado y puntilloso, el narrador reconstruye las vacaciones de su infancia. "El pasado y la memoria son el material m¨¢s preciado de un escritor", argumenta Banville. La enfermedad de su esposa y la relaci¨®n entre ambos constituye el otro eje del libro, el pasado inmediato que le sumerge en ese estupor. La reconstrucci¨®n minuciosa de su pasado convierte al narrador en un ser vivo. La novela termina entre sorpresas que de alguna forma dan sentido a su vida. "Nuestra vida es esencialmente absurda", dice Banville, "pero tambi¨¦n es gloriosa porque existe la capacidad de trascender y pasar a otro nivel. ?sta es la fuerza y la gloria del arte: la gran ilusi¨®n, la posibilidad de llevarte de la vida absurda a la vida gloriosa". A pesar del ambiente l¨²gubre en que se sumerge parte de la historia, Banville no cree que El mar sea un libro triste. "Mis libros siempre son muy divertidos", dice, pero admite que "es que es m¨¢s f¨¢cil escribir sobre la infelicidad que sobre al felicidad".
A diferencia de El libro de las pruebas, Eclipses o Imposturas, todas ellas publicadas tambi¨¦n en Anagrama, los cr¨ªticos, quiz¨¢ por el efecto del premio, han dicho que El mar es su libro m¨¢s asequible. Banville no est¨¢ de acuerdo: "Ha sido libro muy dif¨ªcil de escribir". Las opiniones del narrador, entre ir¨®nicas y despiadadas -muy divertidas, s¨ª-, y la descripci¨®n obsesiva de los hechos del pasado brillan gracias a un elaborado trabajo de estilo. Antes, cuenta el autor, sol¨ªa revisar sus libros hasta la saciedad. "Ahora trabajo l¨ªnea por l¨ªnea. S¨®lo as¨ª puedo avanzar. Me torturo a m¨ª mismo con el perfeccionismo, que ya sabemos que no es de este mundo. W. H. Auden dijo que el poema es la ¨²nica obra de arte que lees o no la lees, no te deja hacer otra cosa ni lo puedes ignorar. Esto es lo que intento hacer con mis libros: tan densos y exigentes como la poes¨ªa, aunque sea un problema para algunos lectores. La pasi¨®n es lo que hace que todo sea m¨¢s denso". Denso, sin embargo, no quiere decir "oscuro, solemne o complejo". "Trabajo mucho para que mis frases sean muy claras", concluye el autor, y a?ade: "La frase es el logro m¨¢s grande de la humanidad. Es un privilegio ser capaz de escribir buenas frases".
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