Maragall exhorta a Montilla a continuar el proyecto del tripartito

Con un Jos¨¦ Montilla empe?ado en convencer de que quiere gobernar Catalu?a sin las hipotecas de una coalici¨®n como el tripartito, su correligionario y todav¨ªa presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, volvi¨® a reivindicar ayer su modelo de gobierno y prometi¨® hacer "todo lo posible" para que el nuevo presidente sea Jos¨¦ Montilla, a quien inst¨® a continuar su proyecto. Con todo, Maragall admiti¨® "fallos" en el funcionamiento de su Ejecutivo por falta de unas "reglas claras" que regularan la coalici¨®n.

En una solemne conferencia en el Colegio de Arquitectos de Barcelona en la que repas¨® sus 1.000 d¨ªas al frente de la Generalitat y a la que tambi¨¦n asisti¨® Montilla, Maragall defendi¨® la validez del tripartito, aunque admiti¨® sus limitaciones y algunos de sus errores. Sin detenerse en los episodios m¨¢s truculentos de sus 1.000 d¨ªas de gobierno, a los que se refiri¨® con un lac¨®nico "todos los conoc¨¦is", Maragall se mostr¨® convencido de que su paso por la presidencia de la Generalitat ha ayudado a hacer llegar el "cambio" que prometi¨® para Catalu?a. Alert¨®, sin embargo, de que tal cambio se encuentra "en su principio" y lejos de ser culminado. Por este motivo, y por dos veces, defendi¨® la necesidad de continuar con el proyecto catalanista y de izquierdas vincul¨¢ndolo al hecho que la Generalitat est¨¦ presidida por Montilla.

Hasta en su ¨²ltima frase de la conferencia Maragall expres¨® su apoyo a que su sucesor siga por la senda abierta hace tres a?os, tras la constituci¨®n del tripartito: "Har¨¦ lo posible para que el futuro presidente de la Generalitat sea una persona comprometida a hacer realidad el proyecto de catalanismo progresista de los socialistas catalanes, que hemos comenzado a construir en esta legislatura".

Y hasta se atrevi¨® a dar algunas recetas a sus sucesores. Entre ellas, que el nuevo Gobierno no se fustigue con debates identitarios si lo que quiere es llegar a acuerdos para desarrollar el nuevo Estatuto. No en vano, estos debates, sumados a las frecuentes discrepancias internas, son los que en numerosas ocasiones han impedido que el electorado visualizara la labor gubernamental cotidiana.

Lecci¨®n de autocr¨ªtica

Por este motivo, el presidente de la Generalitat tampoco ahorr¨® en autocr¨ªtica. De entrada, identific¨® con toda crudeza el pecado original del tripartito: el Pacto del Tinell. Y es que, en opini¨®n de Maragall, el acuerdo que alumbr¨® su Gobierno fue m¨¢s una "yuxtaposici¨®n de programas de tres partidos que un programa com¨²n". Acept¨® tambi¨¦n que el Pacto del Tinell se "qued¨® corto al definir las reglas del juego", en lo que ha insistido ya en los ¨²ltimos d¨ªas al recordar lo que considera deslealtades de Esquerra Republicana.

Pero ayer Maragall no quiso centrar sus cr¨ªticas en ERC, sino que las hizo extensivas a los tres partidos que han formado su gobierno, incluido su formaci¨®n, el Partit dels Socialistes. Y dijo que, de haber existido unas normas de relaci¨®n entre ¨¦l y las tres formaciones, se habr¨ªan evitado "erosiones" innecesarias. Sin citarlos, se refer¨ªa a episodios como el acontecido el a?o pasado, cuando los dirigentes del tripartito le humillaron al impedirle realizar un cambio de carteras en el Gobierno, y a otro m¨¢s reciente, cuando el aparato del PSC le impuso los nombres de los nuevos consejeros tras la expulsi¨®n de Esquerra.

Otro error de c¨¢lculo que el presidente admiti¨® se refer¨ªa a su gran objetivo pol¨ªtico de afianzar la Espa?a plural impulsando cambios desde Catalu?a. "Falta mucho camino por recorrer", dijo. As¨ª, admiti¨® que su Gobierno no calcul¨® bien la reacci¨®n que los sectores espa?oles m¨¢s nacionalistas pod¨ªan tener ante su propuesta de catalanismo transformador. Cit¨®, en este punto, campa?as como la del boicoteo a los productos catalanes.

Pero en la que fue una de sus ¨²ltimas conferencias como presidente, Maragall quiso eludir presentarse con una actitud derrotista e insisti¨® en hacer de la necesidad virtud. "Hemos aprendido [la lecci¨®n]", asegur¨® el presidente antes de lanzar su deseo de que quienes le sucedan -"la nueva generaci¨®n"- contin¨²en con su proyecto, aunque le pongan "nuevos acentos y prioridades". Incluso, ante una nutrida representaci¨®n del PSC, admiti¨® que quienes le sucedan pueden "negar el pasado" si ello sirve para que su obra no caiga en saco roto.

Esta ¨²ltima dosis de humildad fue aprovechada por el presidente del Partido Popular de Catalu?a, Josep Piqu¨¦, para lanzar anoche una dura cr¨ªtica contra el jefe del Ejecutivo catal¨¢n, su Gobierno y el PSC. "Maragall se va con humildad porque su partido lo ha despedido", dijo.