El Cid, por la puerta grande
Manuel Jes¨²s El Cid sali¨® ayer, por tercera vez en su carrera, por la puerta del Pr¨ªncipe tras cortar cuatro orejas en una encerrona con seis toros en la plaza de la Maestranza. El torero sevillano aprob¨® con nota el dif¨ªcil examen, deleit¨® a la afici¨®n y refrend¨® su categor¨ªa de figura. Fue la tarde exitosa de un gran torero, hecho, maduro, con cuajo, y de un artista elegante y hondo. Lance¨® muy bien a la ver¨®nica, sobre todo al primero de la tarde, y s¨®lo se permiti¨® un par de chicuelinas en el segundo. Y manej¨® con soltura y maestr¨ªa la muleta. Destac¨®, como es l¨®gico, con la izquierda y de esa mano surgieron los momentos m¨¢s brillantes.
Triunf¨® El Cid en su gesta m¨¢s dif¨ªcil. Pero a la tarde le falt¨® la apoteosis, la faena redonda, el entusiasmo que se desprende de un faen¨®n de una figura del toreo. Tore¨® muy bien al natural, pero lejos de sus mejores tardes. Es un torero poderoso y de enorme calidad, pero no dio la dimensi¨®n que le reconoce la afici¨®n. Buen muletero y magn¨ªfico estoqueador, muy voluntarioso en todo momento, valiente y entregado, lidiador seguro, conocedor de la lidia, le falt¨®, quiz¨¢, el toro que le permitiera esa faena que surge cuando se echa la muleta por delante y el animal va toreado hasta el otro extremo de la plaza, milagro que no ocurri¨®. Algo se vi¨®, a lo peor menos de lo esperado, pero bueno. Quede claro, no obstante, que pudo ser mejor, y que este torero debe hacerlo mejor.
Tres ganader¨ªas / El Cid, como ¨²nico espada
Dos toros de La Dehesilla -primero y cuarto-, bravo y noble el primero y manso y bronco el otro; segundo y quinto de Zalduendo, mansos y broncos; y dos de Victorino Mart¨ªn -tercero y sexto- bravo y noble el primero y soso el ¨²ltimo. Todos estuvieron bien presetnados. Manuel Jes¨²s El Cid: pinchazho y estocada (silencio). Estocada (oreja). Estocada tendida (dos orejas). Estocada tendida y ladeada (ovaci¨®n). Estocada y un descabello (oreja). Estocada (ovaci¨®n). Sali¨® a hombros por la puerta del Pr¨ªncipe. Plaza de la Maestranza. 23 de septiembre. 1? corrida de la Feria de San Miguel. Lleno.
Animoso y dispuesto
Comenz¨® la tarde con un bravo ejemplar al que veronique¨® con clase en lances muy lentos, lo que refrend¨® en un precioso quite posterior. Una trincherilla y un pase de la firma hac¨ªan abrigar una esperanza que no se materializ¨®. Tres derechazos largos y alg¨²n detalle, pero no fue capaz El Cid de cogerle el son a la faena, y pronto se diluy¨® la expectaci¨®n inicial. Muy animoso y dispuesto siempre, el torero no super¨® con suficiencia el primer envite.
Mejor en el segundo, un animal descastado y de recorrido corto, al que ense?¨® a embestir y lig¨® un par de tandas de naturales buenos de verdad. Cort¨® la primera oreja, sin peso suficiente porque el torero que lo hizo todo, no lleg¨® a romperse en ning¨²n momento.
Cambi¨® el escenario con el primer Victorino, que se lastim¨® en sus primeras carreras, perdi¨® las manos, y cuando parec¨ªa que todo quedar¨ªa en un deseo incumplido, el animal destap¨® su magn¨ªfica clase y se encontr¨® con un torero experto que lo entendi¨® en distintas fases especialmente al final, en una tanda de naturales de frente perfecto de ejecuci¨®n, que supusieron el punto de inflexi¨®n de una tarde que se ven¨ªa arriba.
Se la jug¨® en el cuarto, un toro bronco y dificultoso, ante el que no se arrug¨® nunca, y se vino arriba en el quinto, un toro de Zalduendo, rajado, y que no di¨® facilidades. Manej¨® la muleta con maestr¨ªa, lo ense?¨® a embestir, y suyos fueron muletazos por ambas manos de profunda prestancia. Soso y muy ¨¢spero fue el sexto, que lleg¨® a voltearlo sin consecuencias.
Por la puerta del Pr¨ªncipe se llevaron a hombros a Manuel Jes¨²s El Cid, un torero sevillano al que nadie le ha regalado nada y que se ha encaramado a los primeros puestos por m¨¦ritos propios. Pero es primera figura y debe exig¨ªrsele algo m¨¢s. La tarde de ayer, important¨ªsima en su carrera, vino a demostrar que todav¨ªa se puede esperar m¨¢s de ¨¦l. La Maestranza, al menos aparentemente, qued¨® muy contenta. Y eso, en principio, est¨¢ muy bien.
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