"Mucha gente en la Guardia Civil cre¨ªa en su inocencia"
Un agente permiti¨® exculpar a Tommouhi al desempolvar su caso tras detener al aut¨¦ntico violador cinco a?os despu¨¦s
El guardia civil Reyes Ben¨ªtez estaba destinado en Martorell (Barcelona) en noviembre de 1991. Pertenec¨ªa al equipo de la polic¨ªa judicial. Fue entonces cuando, por primera y ¨²ltima vez, vio a Ahmed Tommouhi. Esposado en el juzgado, antes de entrar en las ruedas de reconocimiento, como sospechoso de varias violaciones salvajes. Despu¨¦s, particip¨® en la investigaci¨®n del caso. "Yo nunca estuve convencido de que hubieran sido ellos" [Tommouhi y Abderrazak Mounib, el otro condenado], explicaba ayer por tel¨¦fono. "Siempre pens¨¦ que las piezas no encajaban, y, como yo, muchos otros compa?eros. Fue siempre tema de conversaci¨®n entre nosotros".
Las piezas que no encajaban eran, entre otras cosas, que nunca se encontr¨® prueba material alguna en contra de Tommouhi o de Mounib. Ninguna huella dactilar, ning¨²n objeto suyo en los lugares de las agresiones. Y ning¨²n indicio de que se conocieran entre ellos, como la guardia civil hizo constar en un informe remitido a un juzgado de instrucci¨®n en 1993. "Era muy raro", contin¨²a Ben¨ªtez. "Tommouhi acababa de instalarse en Catalu?a y viv¨ªa en Terrassa, mientras que Mounib era vendedor ambulante en Barcelona. ?C¨®mo iban a haber contactado?", se?ala. Las cosas no le cuadraban al guardia civil, pero las condenas se fueron sucediendo entre los a?os 92 y 95. Todas iguales. La ¨²nica prueba fue siempre el reconocimiento de las v¨ªctimas.
Con Tommouhi preso se sucedieron una serie de violaciones como las que los jueces le atribuyeron
En 1995, otra serie de violaciones volvi¨® a sacudir las provincias de Barcelona y Tarragona. Muy parecidas a las del 91. Dos individuos que a veces se hac¨ªan pasar por polic¨ªas se acercaban, de noche, a parejas que se encontraban en un coche, en parajes apartados. Los sacaban a golpes, los trasladaban de lugar, les robaban y violaban a la chica. Supuestamente, hablaban ¨¢rabe. La violencia era brutal. Exactamente el mismo modus operandi que cuatro a?os atr¨¢s. El guardia civil Reyes Ben¨ªtez at¨® cabos. "Eran violaciones muy caracter¨ªsticas, muy poco usuales, iguales que las del 91, y tambi¨¦n eran id¨¦nticas las descripciones de los violadores", explica.
As¨ª que hizo un experimento. Ense?¨® la foto de Tommouhi a algunas v¨ªctimas. "Al menos dos lo identificaron como culpable", indica Ben¨ªtez. Pero el identificado llevaba cuatro a?os encarcelado en la prisi¨®n barcelonesa de Brians.
Al poco fue detenido uno de los agresores, el espa?ol Antonio Garc¨ªa Carbonell, gitano y que hablaba cal¨®, que puede sonar parecido al ¨¢rabe a alguien que desconozca ambas lenguas. "Cuando lo vi, alucin¨¦", relata Ben¨ªtez. "Era igual que Tommouhi. Me lo record¨® de inmediato. Yo s¨®lo lo hab¨ªa visto una vez en persona, pero muchas en fichas e informes a lo largo de la investigaci¨®n. En las fotos que se publicaron se parecen, pero es que en la que llevaba Carbonell en el carn¨¦ de identidad eran iguales".
Entonces, Reyes Ben¨ªtez se puso a investigar el caso. A Tommouhi le sali¨® un ¨¢ngel de la guarda. Desempolv¨® papeles, indag¨® en las irregularidades procedimentales de la investigaci¨®n y contact¨® con el hermano y los abogados -m¨²ltiples-, de Tommouhi. "Hab¨ªa de todo" relata. "Incluso una que era abogada aeroespacial". En 1995 present¨® un primer informe con sus conclusiones, que sirvi¨® para intentar revisar ante el Tribunal Supremo todas las condenas. En una de ellas, por la violaci¨®n de una chica en Olesa de Montserrat (Barcelona), quedaban restos de ADN, de dos hombres. Se cotejaron, y ?bingo! Los culpables hab¨ªan sido Antonio Garc¨ªa Carbonell y un pariente suyo cercano, nunca localizado. El Tribunal Supremo anul¨® esa condena, pero no el resto, por la falta de nuevas pruebas que "evidenciaran su inocencia". Ya s¨®lo quedaba el indulto para Tommouhi y Mounib, que fue pedido por el fiscal jefe de Catalu?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, en 1999, y que a¨²n no ha sido resuelto por el Gobierno.
A Ben¨ªtez le toc¨® tambi¨¦n, por casualidad, asistir al levantamiento del cad¨¢ver de Mounib en 2000, que muri¨® en la c¨¢rcel de un ataque al coraz¨®n. El guardia civil est¨¢ ahora destinado en Teruel. "Estoy absolutamente convencido de que ambos eran inocentes", zanja. "Y, como yo, muchos otros agentes de la Guardia Civil".
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