Ratzinger despide a Milingo
El Papa excomulga al arzobispo por ordenar obispos a cuatro curas casados, que tambi¨¦n han sido expulsados
Benedicto XVI dict¨® ayer sus primeras excomuniones. El arzobispo jubilado Emmanuel Milingo, de 76 a?os, qued¨® excluido de la Iglesia cat¨®lica por ordenar como obispos a cuatro sacerdotes casados en una ceremonia celebrada el lunes en Washington. Los cuatro obispos recibieron el mismo castigo.
Milingo, tambi¨¦n casado, arrastraba una larga relaci¨®n de conflictos con el Vaticano, relacionados con su ruptura del celibato, con la celebraci¨®n de misas con exorcismos africanos y con su adhesi¨®n a la secta del coreano Sun Myung Moon.
El Vaticano anunci¨® en un comunicado que el antiguo arzobispo de Lusaka (Zambia) se encontraba en una situaci¨®n de "abierta ruptura con la Iglesia", y que tanto ¨¦l como los cuatro sacerdotes casados a los que hab¨ªa ordenado obispos incurr¨ªan en "la excomuni¨®n latae sententiae prevista en el canon 1382 del C¨®digo de Derecho Can¨®nico". Los cuatro sacerdotes eran George Stallings, Peter Paul Brennan, Patrick Trujillo y Joseph Gouthro.
En el comunicado se precisaba que el Papa hab¨ªa tenido "paciencia" con el "anciano pastor de la Iglesia". De hecho, fueron el propio Joseph Ratzinger, como prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, y el actual secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quienes en 2003 "recuperaron" a Milingo tras su pintoresca boda en Nueva York.
Emmanuel Milingo alcanz¨® la celebridad en julio de 2001, cuando particip¨® en una de las bodas multitudinarias organizadas por la secta Moon. El arzobispo, vestido de esmoquin, contrajo matrimonio con una coreana de 43 a?os llamada Mar¨ªa S. P. N. G., que el propio Moon le hab¨ªa elegido. Milingo afirm¨® que se hab¨ªa casado para protestar de la manera m¨¢s rotunda contra la imposici¨®n del celibato a los sacerdotes. El anterior Papa, Juan Pablo II, le perdon¨® sus actos y orden¨® que le devolvieran al redil de los justos. Pero, con la llegada del nuevo pont¨ªfice, fuentes vaticanas ya vaticinaron que probablemente Benedicto XVI no ser¨ªa tan magn¨¢nimo.
Por entonces, Milingo ya era mal visto por sus misas africanas y por la celebraci¨®n de exorcismos y curaciones m¨¢gicas. La boda colm¨® la paciencia vaticana, pero monse?or Milingo pidi¨® perd¨®n, rompi¨® con su esposa y acept¨® el castigo impuesto desde Roma: un a?o de reclusi¨®n en una parroquia suramericana que hab¨ªa de servirle para rehabilitarse. Luego fue destinado a un convento cercano a Roma, donde vivi¨® con discreci¨®n y sin apenas contacto con el exterior.
Pero en junio pasado dej¨® el convento y reapareci¨® en Estados Unidos. Milingo convoc¨® una rueda de prensa anunciando su nueva misi¨®n: persuadir al Vaticano de que permita a los curas casarse. Fuentes de la Santa Sede se?alaron entonces que las declaraciones de Milingo causaron "estupor" en el Vaticano. El ¨²nico comunicado oficial dec¨ªa que el Vaticano segu¨ªa "a la espera de informaci¨®n m¨¢s precisa", aunque ya avanzaba sus intenciones: "Si las declaraciones que se le atribuyen sobre el celibato sacerdotal son ciertas, no tendr¨ªamos otro remedio que deplorarlas porque la disciplina de la Iglesia en esta materia es bien conocida".
El pasado 8 de septiembre, el prefecto de la Congregaci¨®n para los Obispos, cardenal Giovanni Battista Re, le envi¨® una carta en la que le exig¨ªa que pidiera perd¨®n al Papa antes del 15 de octubre, si no quer¨ªa incurrir en la "suspensi¨®n can¨®nica". Milingo no hizo ning¨²n caso y sigui¨® adelante con su idea de ordenar como obispos a cuatro sacerdotes pertenecientes a la asociaci¨®n Sacerdotes Casados Ya.
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