Un marroqu¨ª recibe dos disparos de un desconocido en la puerta de su casa
A Mohammed Belakhialat, un trabajador de la construcci¨®n de 50 a?os de origen marroqu¨ª, le dispararon por la espalda dos veces y le hirieron en la pierna cuando estaba a punto de entrar en su casa en Ripollet (Vall¨¨s Occidental). El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa investiga lo ocurrido, pero de momento todo son interrogantes. Mohammed vio a la persona que le dispar¨®, pero no la reconoci¨®. Lo ¨²nico que sabe es que su agresor "iba encapuchado, vest¨ªa una americana y se dio a la fuga en un coche negro", relata.
"Nunca nos hemos peleado con nadie ni tampoco tenemos deudas. La persona que dispar¨® a mi padre o se equivoc¨® de persona o actu¨® por racismo", se?ala Sara Belakhialat, que tiene 15 a?os, habla perfectamente el catal¨¢n y el espa?ol, y estos d¨ªas no se mueve del hospital donde est¨¢ ingresado su padre. Es la int¨¦rprete de su padre, Mohammed, desde que el pasado s¨¢bado por la noche ingres¨® en el hospital Parc Taul¨ª de Sabadell con dos heridas de bala en la pierna.
El s¨¢bado, primer d¨ªa del Ramad¨¢n, Mohammed fue a la mezquita. Cuando regres¨® a su casa, hacia las 22.30 horas, subi¨® las escaleras de donde vive, un primer piso de la calle del Doctor Verg¨®s de Ripollet, sac¨® las llaves y, alguien, desde abajo y por la espalda, le dispar¨® dos veces con una escopeta de caza. Mohammed vio a su agresor, pero no lo reconoci¨®. "Al principio pens¨¦ que eran ni?os que quer¨ªan gastarme una broma y que tiraban petardos, porque hab¨ªa una fiesta al lado", recuerda el herido. No hab¨ªa nadie en casa, y fueron los vecinos los que avisaron a la polic¨ªa al o¨ªr los gritos de la v¨ªctima.
Mohammed, su esposa y sus tres hijos, de 6, 10 y 15 a?os son de origen marroqu¨ª y viven en Ripollet desde hace seis a?os. Sara, que estudia en el instituto, asegura: "Nunca hab¨ªamos tenido problemas con nadie y nos conocen todos los vecinos". El s¨¢bado la joven estaba en casa de su t¨ªo con su madre y sus dos hermanos. "Cuando regresamos no pod¨ªamos pasar, estaba lleno de coches de polic¨ªa y de ambulancias". "Tenemos miedo, porque no entendemos nada, no sabemos ni qu¨¦ ha pasado ni qui¨¦n ha sido y no podemos estar tranquilos", precisa la muchacha.
La familia no se plantea cambiar de municipio. "Nos hemos comprado el piso y econ¨®micamente no podemos hacerlo. No tenemos otro sitio ad¨®nde ir, pero tampoco podremos llevar una vida normal porque siempre estaremos asustados", asegura la joven.
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