El siglo XIX resiste en Lancaster
En busca de los 'amish' en el Estado norteamericano de Pensilvania
El r¨ªo Susquehanna es tan ancho que no le cuesta separar el siglo XIX del XXI. Pajaritos y cuacu¨¢s despiertan a los hu¨¦spedes de la granja Olde Fogie. Parece que esta noche alguien se entretuvo pintando campos, casas, animales y hasta los basureros que rodean al pueblecito de Maytown, camino de Lancaster County. La se?ora de la granja, Biz Farmist, convoca a los hu¨¦spedes al desayuno comunitario. Cuando los turistas se relajan con mermeladas y cereales naturales, aparece Biz con florecitas en el pelo y se arranca a cantar una rom¨¢ntica balada. Por si hab¨ªa dudas, Biz avisa que ella no es amish ni menonita, las dos grandes comunidades religiosas que residen en este rinc¨®n de Pensilvania, en Estados Unidos; sin embargo, su estilo de vida austero y tranquilo marca estas tierras que vieron nacer al ciclista Floyd Landis.
Dejando aparte la autopista n¨²mero 30, que rasga el condado de este a oeste, parece que el reloj se par¨® hace un siglo. Y pinta bien. Por si la granja Olde Fogie no fuera suficiente prueba, hay pueblecitos que se llaman White Horse (caballo blanco) o Bird in Hand (p¨¢jaro en mano). Para llegar a ellos es aconsejable huir de las carreteras con n¨²mero y perderse por caminos con nombre. Los serpenteantes Pinkerton Road, Garfield o Siegrist conducen a la nada hasta que de repente el cielo se cierra para entrar en Forry's Mill, uno de los puentes cubiertos que dan car¨¢cter a la regi¨®n. Primorosamente pintados de rojo y con forma de casita, no es de extra?ar que tambi¨¦n se conozcan como puentes de los besos.
En Lancaster resisten una treintena, cada uno con su historia: Pine Grove es el m¨¢s viejo (1816); Hunsecker Mill, el m¨¢s largo; Landis Mill, el m¨¢s corto en uso (16 metros); Keller, el ¨²nico de blanco. Algunos han sido reconstruidos; otros son privados o fueron trasladados a lugar seguro para evitar que una inundaci¨®n (la gran amenaza) acabara con ellos. En todos se recuerda a su constructor (y lo que cobr¨®).
De puente en puente, los caminos conducen hacia la ciudad de Lancaster y comienzan a aparecer anacr¨®nicos carricoches negros tirados por un caballo; dentro, medio oculto, siempre va un hombre de negro con sombrero de paja y largas barbas: el amish. Poco a poco se van advirtiendo actividades que chocan con la mente moderna. Un viejecito va en bici, pero se impulsa con los pies en el suelo, y un moderno tractor es tirado por caballos. Las pocas mujeres que se ven cuidan el huerto de la casa.
A vista de p¨¢jaro, el paisaje guarda una extra?a y armoniosa proporci¨®n. Los campos verdes son cuadr¨ªculas casi perfectas con lunares blancos. Cada punto blanco es una granja amish. Su religi¨®n abomina del liderazgo personal, del ¨¦xito. Aqu¨ª no se predica, se practica. Todo se basa en el trabajo de la comunidad; por eso, ninguna familia debe ser mucho m¨¢s que otra. Por eso se viste igual o las granjas son parejas, de unas diez hect¨¢reas, con su silo, su pajar, su vivienda, todo de blanco, y un tractor con ruedas de hierro.
La comunidad amish goza de cierta prosperidad en Lancaster. Esquivos para las fotos, pero extremadamente educados, saben el morbo que despiertan entre los turistas y tambi¨¦n los beneficios econ¨®micos que les pueden reportar. Tiendas de productos amish, restaurantes amish, paseo en buggy por granjas amish... Si en 1900 hab¨ªa 500 amish en Lancaster, hoy son m¨¢s de 15.000, gracias a factores naturales (la mujer tiene una media de siete hijos) y sociales (una escuela donde pr¨¢cticamente no se ense?a qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢ de su granja). Una comunidad tan fuerte internamente pone dif¨ªcil la deserci¨®n (alrededor del 10%); una de ¨¦stas fue la del ciclista Landis, aunque su caso fue m¨¢s f¨¢cil ya que perteneci¨® a la comunidad menonita, de costumbres m¨¢s laxas (les dejan ir a la Universidad, incluso conducir un coche).
La historia de los 'quilts'
Excepto domingos y fiestas religiosas, Emma Witmer tiene abierta su tienda cerca de Farmersville, el pueblo de la familia Landis. Witmer se dedica a bordar quilts, los cubrecamas de piezas de tela cosidas a mano. Impecablemente vestida con su cofia blanca y su vestido azul oscuro, explica una por una la historia de cada quilt cosido por ella o por las otras vecinas de la comunidad amish. Los hay de hasta 700 piezas reunidas pacientemente hasta encajar el puzzle. La explicaci¨®n va incluida en el precio, que no son del XIX, sino que han sido convenientemente actualizados. De los 500 euros no baja ninguno. Emma tiene m¨¢quina para la tarjeta de cr¨¦dito y tel¨¦fono (el uso particular del tel¨¦fono se prohibi¨® entre los amish a mediados del siglo XX). Toda su vida es un equilibrio entre la tradici¨®n y la modernidad, protegerse del exterior, pero sobrevivir. Y el equilibrio resulta a veces chusco: las vacas se pueden orde?ar autom¨¢ticamente, pero se proh¨ªbe el env¨ªo de la leche por tuber¨ªas.
En un mundo donde est¨¢ prohibido conducir un autom¨®vil (aunque no ir en taxi), escuelas y servicios religiosos se organizan en funci¨®n del peat¨®n y del caballo. Entre las vallas blancas de madera se asoman los ni?os amish desobedeciendo las recomendaciones de sus maestros. "No photos, no photos", gritan los ni?os, a la vez que posan p¨ªcaramente. En el campo, los escolares, con edades mezcladas, juegan al b¨¦isbol sin guantes. En ellos a¨²n chocan m¨¢s las ropas tristonas. Cuando cumplan 14 a?os, se les acabar¨¢ la educaci¨®n para siempre y empezar¨¢n a poner en pr¨¢ctica las cuatro reglas que aprendieron; una de ellas, que el mundo se acaba en el r¨ªo Susquehanna.

GU?A PR?CTICA
Dormir y visitas- Olde Fogie Bed & Breakfast (www.oldefogiefarm.com; 001 717 426 39 92). 106, Stackstown Road. Marietta. La habitaci¨®n doble cuesta 74 euros.- Witmer's Quilt Shop (001 717 656 95 26). 1070-76, West Main Street. New Holland.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Lancaster (www.padutchcountry.com), donde se encuentra una base de datos de alojamiento en el condado.- www.800padutch.com.- www.usatourist.com.
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