Asesinada a tiros en Mosc¨² la periodista que simbolizaba la cr¨ªtica al r¨¦gimen de Putin
Anna Politk¨®vskaya denunci¨® con energ¨ªa las violaciones de derechos humanos en Chechenia
Cuatro disparos con una pistola Mak¨¢rov segaron ayer en Mosc¨² la vida de Anna Politk¨®vskaya, de 48 a?os, la periodista que hab¨ªa llegado a ser el s¨ªmbolo de una oposici¨®n sin compromiso a la pol¨ªtica del presidente Vlad¨ªmir Putin en Chechenia y en el C¨¢ucaso. Incansable, arriesgada, decidida como una flecha, Polit-k¨®vskaya viajaba por los lugares m¨¢s peligrosos de Rusia y denunciaba las violaciones de los derechos humanos, las arbitrariedades y los cr¨ªmenes, dondequiera que ella cre¨ªa detectarlas y sin reparar en las consecuencias.
El asesino, un tipo delgado con un gorro calado, seg¨²n la c¨¢mara de v¨ªdeo de vigilancia que no registr¨® bien su imagen, la esperaba en el portal de su casa en el centro de Mosc¨². La mat¨® y la remat¨® en el ascensor, donde la encontr¨® una vecina poco despu¨¦s. El hecho ocurri¨® poco despu¨¦s de las cinco de la tarde, cuando Politk¨®vskaya regresaba de hacer sus compras. Al parecer, iba a volver a salir, porque los paquetes se quedaron en el asiento de atr¨¢s del utilitario que hab¨ªa aparcado frente a su domicilio.
La noticia conmovi¨® a toda la comunidad period¨ªstica rusa y no s¨®lo a ¨¦sta, porque Politk¨®vskaya era conocida tambi¨¦n en el extranjero, donde sus libros hab¨ªan sido traducidos y hab¨ªa recibido prestigiosos premios. A nadie le quedaba duda de que el m¨®vil del crimen no era el robo. Las primeras hip¨®tesis apuntaban o bien hacia la pol¨ªtica o bien hacia las actividades de la periodista, no s¨®lo a las que hab¨ªa realizado ya -por las que muchos pueden guardarle rencor-, sino a las que proyectaba realizar. A esto se a?ade una tercera conjetura, relacionada con el ambiente de histeria nacionalista que se respira hoy en Rusia. "La polic¨ªa se ocupa de cazar a personas de una determinada naci¨®n y se olvida de todo lo dem¨¢s, mientras los fascistas y los psic¨®patas se sienten libres para actuar", se?alaba Svetlana G¨¢nnushkina, del grupo de defensa de derechos humanos Memorial.
Personas a exterminar
G¨¢nnushkina, que conoc¨ªa bien a Politk¨®vskaya, opinaba que ¨¦sta pod¨ªa haber estado, como ella y otras personas comprometidas con los derechos humanos, en alguna de las listas de personas a exterminar que han sido confeccionadas por grupos fascistas.
"Era la conciencia del periodismo ruso", manifest¨® Oleg Panf¨ªlov, director del Centro de Periodismo en Situaciones Extremas de Mosc¨². Seg¨²n Panf¨ªlov, Polit-k¨®vskaya hab¨ªa sido amenazada frecuentemente y hace unos meses unos desconocidos hab¨ªan asaltado el coche que conduc¨ªa su hija. "Siempre pens¨¦ que a Anna le pasar¨ªa algo, sobre todo a causa de Chechenia", se?al¨® Panf¨ªlov. En 2001, la periodista hab¨ªa tenido que refugiarse en Viena debido a las amenazas que recib¨ªa. Un oficial de polic¨ªa al que Politk¨®vskaya hab¨ªa acusado de cometer atrocidades contra civiles fue detenido. El caso, sin embargo, fue cerrado posteriormente.
Politk¨®vskaya ten¨ªa un estilo muy emotivo y hab¨ªa escrito amplios relatos sobre torturas y horrores sufridos por los civiles desde el comienzo de la segunda guerra de Chechenia en 1999. Los militares rusos fueron objeto frecuente de sus cr¨ªticas, pero tambi¨¦n de su defensa, ya que la periodista pon¨ªa su pluma al servicio de los derechos de los soldados rasos, como el joven al que recientemente hubo que amputarle ambas piernas a causa de una novatada. En los ¨²ltimos a?os, Politk¨®vskaya trabajaba para el peri¨®dico N¨®vaya Gazeta.
Otro periodista del mismo medio, Yuri Schekochijin, muri¨® en extra?as circunstancias en 2003, cuando estaba investigando turbios negocios que implicaban a cargos de los servicios de seguridad de Rusia y que estaban relacionados con la importaci¨®n de mobiliario.
Un enemigo personal
La periodista Yulia Lat¨ªnina, buena conocedora de los temas del C¨¢ucaso, manifest¨® que el jefe del Gobierno checheno, Ramz¨¢n Kad¨ªrov, consideraba a Polit-k¨®vskaya como su enemigo personal. Desde Londres, donde se encuentra exiliado, el magnate Bor¨ªs Berezovski, manifest¨® que la muerte de la periodista era "un regalo de cumplea?os" para Vlad¨ªmir Putin, cuyo 54? aniversario se celebraba ayer.
"Politk¨®vskaya estaba investigando a fondo el secuestro de la escuela de Besl¨¢n", dijo G¨¢nnushkina. En aquel suceso, ocurrido en septiembre de 2004, perecieron varios centenares de personas, en su mayor¨ªa ni?os. Politk¨®vskaya intent¨® mediar en el conflicto, pero no pudo porque mientras viajaba en avi¨®n hacia el C¨¢ucaso se sinti¨® mal y tuvo que ser hospitalizada. La periodista, que sufri¨® una intoxicaci¨®n, manifest¨® que hab¨ªan intentado envenenarla. Casi dos a?os antes, en octubre de 2002, ella fue una de las personas que negoci¨® con los terroristas del comando checheno que captur¨® como rehenes a todos los espectadores de un teatro de Mosc¨².
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