Industria, dise?adores y franquiciadores
Las aspirantes a multinacionales presentan trayectorias empresariales muy diversas
Las cadenas de moda que est¨¢n emergiendo en la escena internacional son muy diferentes. Entre estos empresarios hay industriales, peque?os fabricantes que pronto optaron por la franquicia o dise?adores sin inter¨¦s industrial. Entre Florentino Cacheda, sastre, hijo y nieto de sastre, o Custodio Dalmau, ex estudiante de arquitectura, media un abismo.
Cacheda es el paradigma del industrial marquista, apasionado por la producci¨®n, la tecnolog¨ªa y la calidad. Pero interesado por las ventas y la moda. Lo sabe todo de trajes. Tras trabajar con su padre en Lal¨ªn (Pontevedra) se fue a Barcelona a estudiar dise?o. Una vez fundada su empresa, en 1970, ha procurado hacer prendas de gran calidad. Triunf¨® en EE UU en los setenta y ochenta. "Nuestros trajes tienen tanto o m¨¢s estilo y calidad que los de Prada". Para lograrlo ha creado un departamento de dise?o y ha invertido decenas de millones en tecnolog¨ªa.
La mayor parte de las cadenas que intentan emular el ¨¦xito de Zara nacen a partir de fabricantes textiles como la propia Inditex
Las empresas combinan la producci¨®n propia de las prendas clave con la compra en mercados m¨¢s baratos de los art¨ªculos de menor valor
Cacheda le da suma importancia a la parte industrial. Tiene tres grandes f¨¢bricas y un centro log¨ªstico en Lal¨ªn. No quiere o¨ªr hablar de subcontratar (excepto la ropa deportiva). "Si quiero tener la seguridad de que mis trajes salen perfectos tengo que controlar todo el proceso", explica. Sin embargo, ha sido siempre marquista. "Empec¨¦ la empresa con la marca Florentino y nunca hice trajes para otras empresas".
Pese al mito de los dise?adores-empresarios, la mayor parte de ¨¦stos (incluido Inditex) pertenecen a la tribu de los fabricantes. En STL, firma propietaria de las redes de tiendas Carolina Herrera y Purificaci¨®n Garc¨ªa, controlan la mayor parte del proceso industrial. Su planta produce el 70% de las prendas. Igual que en Caramelo, donde se consideran "muy industriales", si bien con una preocupaci¨®n por el dise?o y la comercializaci¨®n.
La empresa empez¨® su andadura en los setenta con marcas como Tommy Harrods. "Tenemos una f¨¢brica con 780 empleados", dice Molina, "en la que hacemos m¨¢s del 50% de la producci¨®n, sobre todo la m¨¢s importante". La raz¨®n de que Caramelo produzca in situ, dice Molina, "es que, pese a los intentos, no hemos logrado en el exterior par¨¢metros de calidad similares a los nuestros".
Trucco, que naci¨® como una empresa industrial (Reguero ten¨ªa un peque?o taller en el barrio de Tetu¨¢n, de Madrid, que hac¨ªa colecciones para tiendas multimarca), ha reducido su dedicaci¨®n industrial para centrarse en la vertiente comercial y fomentar la franquicia de su marca. El empresario, que inaugur¨® hace poco un vanguardista centro log¨ªstico en Algete, explica que "aqu¨ª s¨®lo desarrollamos el dise?o, el patronaje de las prendas y el corte de parte de las mismas. El cosido se hace en talleres y f¨¢bricas externas". Reguero es partidario ac¨¦rrimo de la externalizaci¨®n: que, seg¨²n dice "nos ha permitido hacer m¨¢s cosas con el mismo dinero".
Uno de los ejemplos de preocupaci¨®n por el modelo comercial y la red de tiendas y de reducci¨®n al m¨¢ximo del componente industrial es el de las empresas centradas en la franquicia como Amichi o Neck & Neck. Se trata, en este caso, de una empresa que naci¨® a partir de una peque?a red de tiendas familiares, muy orientada al dise?o y la venta. Tiene un departamento con 11 personas que dise?a, modela y hace los patrones y luego subcontrata toda la producci¨®n. Para ello utiliza un esquema original. "Hacemos un concurso por Internet entre los proveedores homologados y el que ofrezca el mejor precio se lleva el pedido", explica Eduardo Zam¨¢cola, director general. "Pero controlamos la producci¨®n", subraya. La ausencia de necesidad de tener moda pronta es una de las razones que han llevado a Neck & Neck a no tener f¨¢brica y encargar sus prendas a pa¨ªses como la India, Tailandia, Bangla Desh, Per¨² o Argentina.
Los hermanos Dalmau son otro ejemplo de empresa de moda "no industrial" y nacida del dise?o. La idea de crear una empresa de ropa les surgi¨® durante un viaje alrededor del mundo que les llev¨® a California, donde quedaron maravillados con las camisetas que llevaban los Surf Boys. El dise?ador lo dice r¨¢pido. "Somos dise?adores. Yo he empezado en esto con 24 a?os estampando gr¨¢ficos en una camiseta de algod¨®n. A m¨ª me interesaba mucho el dise?o gr¨¢fico y pens¨¦ que ser¨ªa m¨¢s interesante ponerlo en una camiseta que en una pared". Custo no tiene producci¨®n propia. La empresa contrata toda su producci¨®n fuera, en Espa?a, Italia y Asia.
Verino, un intermedio entre dise?ador e industrial que estudio Bellas Artes en Par¨ªs, piensa que lo ideal es un equilibrio entre los dos extremos. Aun as¨ª, ¨¦l, que empez¨® fabricando bajo licencia en Espa?a la marca Billy Bonny entre 1971 y 1981, subraya que "la parte industrial tiene un valor relativo. Se resuelve donde se pueda. La clave del negocio est¨¢ en el dise?o, la marca y la distribuci¨®n". ?Para qu¨¦ entonces, en su caso, una estructura industrial. "A nosotros", dice, "nos interesa mantener parte de la producci¨®n (un 40% en nuestro caso) para poder dar una respuesta r¨¢pida a las tiendas, aunque eso pueda costar algo m¨¢s caro. Necesito que un producto de ¨¦xito, y que se agota, no tarde m¨¢s de tres semanas en reponerse". Es la c¨¦lebre Moda Pronta cultivada tambi¨¦n por Inditex. Para cumplir con esa exigencia, Verino mantiene una plantilla de cerca de 120 personas.
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