La Biacs2 toma la calle
El suizo Thomas Hirschhorn era uno de los artistas m¨¢s atareados de cuantos pululaban ayer por las Reales Atarazanas, una de las sedes de la Biacs2, se afanaba en colocar los miles de fotos, recortes, objetos, muebles y pantallas que integran su obra Re. "Es una recreaci¨®n del Mus¨¦e Pr¨¦caire Albinet que hice en 2004 y tiene cuatro espacios distintos: Utop¨ªa, El otro, Autonom¨ªa del arte y Precariedad", explica el artista.
En otro lado de las inmensas Atarazanas, el marroqu¨ª Mounir Fatmi est¨¢ pintando su Cabeza dura sobre un gran panel a cuatro manos, las otras dos son de su asistente. "Estamos bien, es como trabajar en el estudio", dice mientras recrea una vanitas. El sevillano Miki Leal, con siete obras sobre papel realizadas para la Bienal, ha tratado lo desacogedor de forma m¨¢s amable que sus colegas. "Para m¨ª, el compromiso pol¨ªtico de un artista no tiene por qu¨¦ reflejarse en el tema de la obra, sino en hacer bien su trabajo", precisa.
Otros de los andaluces que participan son los gemelos MP & MP Rosado, con la instalaci¨®n colgante El ¨²ltimo salvaje, la recreaci¨®n de un paisaje urbano que pesa 600 kilos puesto boca abajo. "Es una ciudad invertida que nos ha inspirado un poema de Roberto Bola?o, un laberinto con cuatro salidas", aclara Miguel Pablo Rosado.
Ya en la Cartuja, a la australiana Toba Khedoori, que expone por primera vez en Espa?a, le ha tocado la iglesia principal. "Son cuatro obras de 1995 a 2005 que el comisario escogi¨®, no est¨¢n hechas para este espacio", asegura la artista, aunque parece justo lo contrario. Adem¨¢s de las dos sedes, la bienal tomar¨¢ los escaparates de tiendas de Sevilla, con la instalaci¨®n de Josephine Meckseper; la pasarela de la Cartuja, con las banderas piratas de Yan Pei-Ming; decenas de balcones, con las pancartas de Ren¨¦e Green Bonvenon (bienvenido en esperanto), o las paredes de casas abandonadas, en las que el colectivo madrile?o El Perro realizar¨¢ sus graffitis.
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