Sucedi¨® una noche

El que exista una pel¨ªcula como Va a ser que nadie..., que hace orgullosa ostentaci¨®n de las graves disminuciones f¨ªsicas de sus protagonistas (respectivamente, un ciego so?ador, un sordo lig¨®n y un bronco ventajista al que le falta una pierna) parece casi una bocanada de aire fresco entre tanta comedia acartonada o rijosa. Cierto es que, en su apuesta por tres personajes tan at¨ªpicos, Oristrell, hombre de talento singular y parad¨®jico, y que tan a menudo hace gala de una comicidad cargada con gotas de vitriolo, se deja llevar tambi¨¦n por algunos momentos buen rollito. Pero lo que en el fondo interesa resaltar de una pel¨ªcula tan peculiar como ¨¦sta, cuya acci¨®n se concentra en tan s¨®lo una noche y en la que sus protagonistas (el tr¨ªo de hombres, pero tambi¨¦n otros tres ocasionales acompa?antes), es la dignidad con que son tratados unos personajes por fortuna lejos de la correcci¨®n pol¨ªtica, pero tambi¨¦n de la siniestra moda de re¨ªrse de ellos.

Y a la postre, lo que importa es que el filme impone un modelo de comedia cl¨¢sica con personajes impensables, la necesaria cuota de amor rom¨¢ntico como para hacerla inmediatamente simp¨¢tica, am¨¦n de un oficio para la direcci¨®n de actores que, no por conocida en Oristrell debe dejar de recordarse como uno de sus mejores recursos como cineasta. Y atenci¨®n a Teresa Hurtado: porque sin dem¨¦rito de sus partenaires, ella demuestra ser la m¨¢s capaz de sacar partido a un personaje apenas dibujado, hasta hacerlo lo m¨¢s estimulante de una funci¨®n llena de encanto y jugosas sorpresas.