Hoy por ti, ma?ana por m¨ª
Las leyes universitarias no han conseguido acabar con la endog¨¢mica selecci¨®n del profesorado
Endogamia es una palabra que no gusta en la Universidad, pero es la que se usa tradicionalmente para dar a entender que la selecci¨®n de profesores para elevarlos a funcionarios de por vida no es lo transparente que debiera, sino que se utilizan subterfugios acad¨¦micos que favorecen al candidato previamente elegido, que no siempre es el m¨¢s valioso.
El diccionario de la Real Academia recoge en sus dos primeras acepciones los siguientes significados de endogamia: "Pr¨¢ctica de contraer matrimonio personas de ascendencia com¨²n o naturales de una peque?a localidad o comarca". "Actitud social de rechazo a la incorporaci¨®n de miembros ajenos al propio grupo o instituci¨®n". Las dos podr¨ªan valer para definir lo que ha venido ocurriendo durante a?os en la Universidad espa?ola, porque ya no es s¨®lo que se prefiera al candidato de la casa sobre el que viene de fuera, sino que, a veces, se encuentra a m¨¢s de un miembro de la misma familia en algunos departamentos acad¨¦micos.
En el proyecto del PSOE, los candidatos deber¨¢n acreditar sus m¨¦ritos ante un tribunal
A veces, se encuentra m¨¢s de un miembro de una misma familia en alg¨²n departamento
Desde 1983, dos leyes han regulado el acceso de profesores a la Universidad. Aquel a?o se aprob¨® la Ley de Reforma Universitaria, conocida por sus siglas, LRU. Establec¨ªa tribunales de cinco miembros en los que dos de ellos sal¨ªan de la propia Universidad que convocaba la plaza. Los tres vocales restantes se eleg¨ªan por sorteo entre los profesores o catedr¨¢ticos de esa disciplina en toda Espa?a. El aspirante deb¨ªa tener tres votos y ganaba su plaza. El sistema no dio los resultados previstos de transparencia, hasta el punto de que se acu?aron frases como "ligar el tr¨ªo", es decir, conseguir un tercero entre los miembros elegidos por sorteo para que sumara su voto a los dos de la Universidad: de esa forma sal¨ªa el candidato seleccionado previamente por la casa. ?C¨®mo se ligaba el tr¨ªo? Se acu?¨® otra frase para eso: "Hoy por ti, ma?ana por m¨ª", es decir, t¨² votas a mi candidato, y cuando t¨² necesites mi voto, lo tendr¨¢s. La Universidad ten¨ªa as¨ª manos libres para colocar a los suyos e impedir el paso a los que no le gustaban.
"En 1992, un bolet¨ªn informativo del Consejo de Universidades hablaba de un 100% de endogamia", recuerda el letrado y profesor de Derecho Financiero Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Moreno. Ese dato lo tuvieron muy en cuenta los pol¨ªticos, entonces gobernaba el PSOE, para tratar de reformar este sistema. "Cuando ocuparon la cartera de Educaci¨®n Javier Solana y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba ya hubo intentos de limitar la capacidad decisoria de la Universidad convocante, as¨ª estaba escrito en sus proyectos, pero se cruzaron las elecciones y aquello no fragu¨®", explica Mart¨ªn Moreno.
"Hace tan s¨®lo cinco a?os, en septiembre de 2001, la enmienda de texto alternativo presentada por la hoy vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, contra el proyecto de la Ley Org¨¢nica de
Universidades (LOU) del PP segu¨ªa apostando por reducir a uno el n¨²mero de vocales que designa a dedo la Universidad convocante", asegura Mart¨ªn Moreno.
Pero el proyecto del PP sigui¨® adelante y estableci¨® un examen nacional en el que un tribunal de siete miembros elegidos por sorteo deb¨ªa habilitar a los profesores candidatos antes de concursar a las plazas que convocara la Universidad. Los rectores pidieron aquel a?o, antes de que entrara en vigor ese sistema, la convocatoria de unas 10.000 plazas, muchas m¨¢s de las que solicitaban anualmente. El Gobierno del PP dijo que lo hac¨ªan para eludir el nuevo sistema, m¨¢s complejo, antes de que se pusiera en marcha.
Desde las universidades contestaron que era la previsi¨®n l¨®gica por los tres a?os que tardar¨ªa el nuevo sistema en ponerse en marcha y que las plazas ya estaban presupuestadas con antelaci¨®n. Pero las cifras son tozudas. Entre 2002 y 2006, las universidades han solicitado 2.127 plazas, muy lejos de las 10.000 previstas para tres a?os. Para cubrirlas con cierto margen de maniobra se convocaron a su vez 3.923 plazas de habilitaci¨®n para los profesores que quisieran despu¨¦s concursar. Cabe la posibilidad de dejar desierta alguna de estas plazas si el candidato habilitado no gusta al tribunal acad¨¦mico. Y tambi¨¦n puede que la plaza la consiga, entre los habilitados y acreditados (seg¨²n el puesto al que se accede), el que tenga menos t¨ªtulos.
Son algunos de los fallos que detectan en la LOU del PP los universitarios, que no acaban de ver el sistema transparente. Por no hablar de lo costoso y lento que resulta organizar los tribunales de habilitaci¨®n nacional, que adem¨¢s desplazan de sus puestos en las aulas a muchos profesores durante demasiado tiempo.
Cuando el PSOE gan¨® las elecciones, cumpli¨® su promesa de reformar esa ley, que sac¨® a la calle en protesta a muchos rectores que vieron atacada su autonom¨ªa universitaria. Ese texto reformado se tramita ahora en el Parlamento. Se ha eliminado la pol¨¦mica habilitaci¨®n nacional, pero algunos universitarios, conscientes de los problemas que acarrea, temen tambi¨¦n que se elimine con ella el filtro donde, al menos, se frena a los peores candidatos.
En el II Congreso de Corrupci¨®n Universitaria, que reuni¨® en Madrid recientemente a un grupo de profesores afectados por la endogamia y el acoso, se manifest¨® el temor por que todo quede en manos, de nuevo, de la Universidad convocante.
El nuevo proyecto del PSOE mantiene las acreditaciones, es decir, los aspirantes tendr¨¢n que demostrar unos m¨¦ritos ante un tribunal que a¨²n no se sabe c¨®mo ni qui¨¦n lo formar¨¢. Y despu¨¦s concursar¨¢n en las universidades por una plaza. Estas ¨²ltimas tendr¨¢n plena autonom¨ªa para disponer c¨®mo se establecen esos concursos. Los miembros de uno y otro tribunal deber¨¢n hacer p¨²blicos sus curr¨ªculos, algo que no ocurr¨ªa antes. Pero los detalles tendr¨¢n que esperar a los futuros desarrollos de la ley una vez que ¨¦sta se apruebe.
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