11-M, juicio a la vista

La consecuencia m¨¢s importante del auto de apertura del juicio oral sobre los atentados del 11-M, dictado ayer por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, es que ya queda expedita la v¨ªa para su celebraci¨®n. De paso echa por tierra los ¨²ltimos intentos planteados para cuestionar, bien en aspectos parciales o en su totalidad, la instrucci¨®n del juez Juan del Olmo. El m¨¢s llamativo es, sin duda, el de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo que lidera Alcaraz, que en perfecta sinton¨ªa con la lun¨¢tica tesis de la conspiraci¨®n sobre la masacre pretend¨ªa dinamitar la instrucci¨®n -devolv¨¦rsela a Del Olmo para que quedara empantanada- con la peregrina y nada jur¨ªdica teor¨ªa de que a¨²n no se sabe la verdad, ni se sabr¨¢ nunca.

A partir de ahora se abre un periodo de tiempo en el que tanto los abogados defensores de los 29 procesados en la causa como el ministerio fiscal y las acusaciones particulares deber¨¢n elaborar sus conclusiones provisionales sobre los hechos y su calificaci¨®n jur¨ªdica. Sobre estas conclusiones deber¨¢ articularse inicialmente el debate de la vista, cuya fecha todav¨ªa no se ha fijado, pero que probablemente se celebrar¨¢ en febrero.

En un proceso normal, la conclusi¨®n del sumario y la apertura de juicio oral ser¨ªan tr¨¢mites sin mayor trascendencia. Pero no en el del 11-M. Llegar a este punto ha supuesto un logro indudable de la justicia frente a sectores pol¨ªticos y medi¨¢ticos que no han ahorrado esfuerzos, incluidos insultos y ataques personales al juez, para hacer descarrilar la instrucci¨®n y aplazar al menos hasta despu¨¦s de las elecciones generales de 2008 la celebraci¨®n del mismo. Como era de esperar, el sistema judicial no se ha visto afectado por esas maniobras dilatorias y ha actuado teniendo en cuenta los intereses de la sociedad y de las v¨ªctimas. En relaci¨®n con ¨¦stas, no demorando artificialmente la respuesta a su demanda de justicia, y en relaci¨®n con la sociedad, evitando el esc¨¢ndalo de que sean puestos en libertad antes del juicio los presuntos culpables de 191 asesinatos consumados y varios cientos frustrados.

Inasequibles al desaliento y al sonrojo, los mismos sectores pol¨ªticos y medi¨¢ticos que han perdido la batalla contra la instrucci¨®n sumarial ya han anunciado su pr¨®ximo objetivo: el descr¨¦dito de la vista oral propalando la especie de que "la verdad sobre el 11-M" est¨¢ en otro sitio, no se sabe cu¨¢l, menos en el juicio oral. Y lo lamentable es que desde la propia justicia se lanzan ¨²ltimamente mensajes ambiguos, como que el juicio sobre la masacre de hace dos a?os no es universal -ninguno lo es salvo el del fin del mundo- o que pueden aparecer "hechos nuevos", que sirven para reforzar ese discurso falaz e interesado.