Es como un toro
El pasado s¨¢bado en San Sebasti¨¢n, auspiciado por la Fundaci¨®n Fernando Buesa, se celebr¨® una jornada de estudio dirigida por Joseba Arregi bajo el t¨ªtulo Luces y sombras en la reinserci¨®n de ETA Pol¨ªtico-militar. Acudieron viejos protagonistas de aquella negociaci¨®n, primero, con el Gobierno de la UCD y despu¨¦s con el del PSOE, puesto que ¨¦ste prosigui¨® hasta finalizar la tarea que iniciaron Onaindia y el ministro Ros¨®n, ambos hoy desaparecidos, que tuvieron un papel fundamental.
La ponencia de Xabier Markiegi, antiguo miembro de la ejecutiva de Euskadiko Ezkerra y posteriormente ararteko, residente hoy en el extranjero, goz¨® de la virtud de la claridad. Se apoyaba en un texto proyectado en una pantalla donde se iban descubriendo los hechos que fueron abocando a aquella ETA a asumir el proceso democr¨¢tico y reinsertarse en la sociedad, al socaire de la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa, por medio de una especie de prolongaci¨®n, no estricta, de la amnist¨ªa de 1977. Sobre Xabier Markiegi recae la leyenda de ser el ¨²nico miembro de aquella ejecutiva de EE que se presentaba con papeles escritos a sus reuniones, y eso tambi¨¦n se le agredeci¨® en su exposici¨®n. Porque en el relato de fechas expuestos sobre la pantalla pod¨ªa deducirse de aquella experiencia -nada pol¨ªtico se negoci¨® en ella: s¨®lo la salida de los presos y vuelta de los exiliados tras la renuncia al terrorismo- que los procesos de liquidaci¨®n de un grupo armado de este tipo en nada se parece a un conejo salido de una chistera. M¨¢s bien, como dir¨ªa Jesul¨ªn, el proceso "es como un toro"; es decir, se le ve venir desde el desencajonamiento.
A aquella experiencia -imposible de extrapolar en la actualidad no s¨®lo por la actitud de la ETA que sobrevivi¨®, vacunada desde entonces ante aquel proceso, sino porque el Estado que sali¨® de la Transici¨®n est¨¢ hoy conformado y las barreras que superar ser¨ªan m¨¢s dif¨ªciles y complicadas- se le vio venir de lejos. Desde la apuesta por la pol¨ªtica sobre la violencia (lo que le costar¨ªa la vida a Pertur), a la aceptaci¨®n de la amnist¨ªa tal como la concedi¨® las Cortes Constituyentes, pasando por la participaci¨®n institucional, para acabar con la aceptaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa. A esa decisi¨®n se sumaron, no por casualidad, los fracasos en la lucha armada, cuyo disparate final fue el intento de asalto al cuartel de Berga, unos pocos d¨ªas antes del golpe de Estado del 23-F. Proceso de participaci¨®n en la pol¨ªtica, predominio de ¨¦sta, descubrimiento de la inutilidad de la violencia, fracaso de la lucha armada y asunci¨®n de la derrota constituyeron las condiciones para proceder a liquidar la organizaci¨®n, seg¨²n se puede deducir del texto de Markiegi. Es decir, como dir¨ªa un maestro del arte de Cuchares, se le fue notando al toro lo que iba a dar de s¨ª en la faena desde muchos a?os antes que saliera por la puerta de toriles.
Tras la decepci¨®n que hayan podido sufrir muchas personas tras el robo de las 350 pistolas cerca de Nimes, no estar¨ªa mal animar un poco el ambiente con alguna dosis de cierto realismo. Estas soluciones negociadoras, de darse, vienen de lejos, con claros atisbos previos que pueden predecir mucho, y no precisamente con los hechos que recientemente hemos ido observando y cuyo colof¨®n ha sido ese episodio. Por eso, contemplar el "proceso" a largo plazo ser¨ªa lo m¨¢s apropiado para evitar des¨¢nimos e incluso desistimientos,. De hecho la liquidaci¨®n de los poli-milis se inici¨® seis a?os antes. La de los milis ni siquiera ha empezado, porque todav¨ªa lo que no se ha atisbado es que haya alguna traza de que est¨¦n dispuestos a desaparecer. Y sin ¨¦sta condici¨®n necesaria no hay Gobierno democr¨¢tico que pueda pactar al final.
Pero hay algo de aquel entonces en el que los ponentes estuvieron de acuerdo: sin el acuerdo de todas las formaciones pol¨ªticas -y con ¨¦stas, de los medios de comunicaci¨®n-, am¨¦n, por supuesto, de una actitud proclive del Poder Judicial y teniendo en cuenta la disposici¨®n de las v¨ªctimas, no hay proceso que salga adelante. Lo contrario se puede considerar que son vetos, aunque de diferente calidad, pero es as¨ª. Sin esos apoyos previos no hay proceso negociador posible, como el de 1981, que pueda salir adelante.
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