La CPI se estrena en La Haya con un caso de ni?os soldado en Congo
La Corte Penal Internacional persigue cr¨ªmenes de guerra y genocidios
La Corte Penal Internacional (CPI), ¨²nica instancia permanente dedicada a perseguir el genocidio y los cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, se ha estrenado con el caso de los ni?os soldado obligados a pelear entre 2001 y 2003 en la guerra civil de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. El acusado, Thomas Lubanga, de 46 a?os, presid¨ªa entonces la Uni¨®n de Patriotas Congole?a (UPC) y habr¨ªa coordinado un plan para reclutar a menores de 15 a?os. Adem¨¢s de abrir la labor de la CPI, la audiencia de confirmaci¨®n de cargos celebrada ayer incluy¨® a v¨ªctimas del conflicto por primera vez en la historia de la justicia internacional.
La CPI fue concebida para no tener que crear m¨¢s tribunales especiales como el de la antigua Yugoslavia y Ruanda, y convertirse en el referente de la lucha contra la impunidad por cr¨ªmenes que afecten a la comunidad internacional. En este contexto, su debut puede considerarse "un hito al exponer el uso de ni?os para la guerra en el Congo y en el mundo entero", en palabras del fiscal general de la Corte, el argentino Luis Moreno Ocampo. Aunque la CPI ir¨¢ creando jurisprudencia a medida que opere. La presencia de las v¨ªctimas puede considerarse un precedente.
En el caso contra Lubanga, se trata de tres familias que ejercitar¨¢n una especie de acci¨®n directa expresando su opini¨®n y pidiendo, si cabe, una compensaci¨®n. Sus cinco hijos fueron alistados en las Fuerzas Patri¨®ticas para la Liberaci¨®n del Congo (brazo militar de la UPC comandado por el propio acusado). Tambi¨¦n hicieron de guardaespaldas en el grupo especial formado para protegerle.
El pa¨ªs del oro
La guerra civil de la Rep¨²blica congole?a empez¨® con la pugna por la tierra y los recursos naturales, en especial las minas de oro de la provincia de Ituri, al noreste del pa¨ªs. Los dos grupos enfrentados, hema como Lubanga (granjeros y ganaderos) y lendu (agricultores), acabaron envueltos entre 1999 y 2003 en una lucha inter¨¦tnica azuzada de forma alterna por las vecinas Uganda y Ruanda. "Lubanga coordinaba el alistamiento y visitaba los campos para entrenarles. All¨ª les animaba a matar civiles sin distinciones; mujeres y ni?os lendu tambi¨¦n. Luego les amenazaba con acabar con ellos o sus familias si escapaban", dijo ayer el fiscal Ekkehard Withopf.
El testigo aportado por la acusaci¨®n no es, a esta altura del procedimiento, un menor. Pero s¨ª se oir¨¢n las historias de tres ni?os y tres ni?as empujados a primera l¨ªnea por los hombres de Lubanga. Unos resultaron heridos en las piernas. Otros vieron morir a sus peque?os compa?eros, y ninguno escap¨® a las ¨®rdenes de atacar a muerte a los rivales.
Seg¨²n la fiscal¨ªa, "al menos 30.000 luchaban en los peores momentos la guerra civil congole?a". La ONU cree que m¨¢s de 300.000 ni?os participan en diversos ej¨¦rcitos y milicias rebeldes. Unas cifras denunciadas asimismo por Human Rights Watch, que ha elevado una petici¨®n a la CPI.
"Los ni?os en las guerras son una tr¨¢gica realidad, pero los jueces no deber¨ªan olvidar los asesinatos, violaciones y pillajes perpetrados bajo el comando de Lubanga". La fiscal¨ªa ya anunci¨® antes de la apertura de las sesiones que le acusaba de cr¨ªmenes de guerra por los menores armados porque cre¨ªa disponer de pruebas fehacientes. "En el futuro, no descartamos seguir investigando otros delitos", asegur¨® Fatou Bensouda.
En cuanto a Lubanga, ha negado todos los cargos y se considera un "pol¨ªtico, no un miliciano". Para su letrado, el belga Jean Flamme, es un "pacificador abocado a un proceso pol¨ªtico y castigado por la comunidad internacional por no hacer concesiones mineras en zonas explotadas por empresas extranjeras". Los tres jueces del caso, un franc¨¦s, una gambiana y una brasile?a, decidir¨¢n a partir del 28 de noviembre si ratifican el cargo de cr¨ªmenes de guerra y empieza el juicio formal.
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