Un gasoducto para salvar a Europa

Europa no podr¨¢ abastecerse del gas que necesita sin la Corriente del Norte, seg¨²n Matthias Warnig, el director ejecutivo del consorcio fundado para construir el gasoducto de 1.200 kil¨®metros, que unir¨¢ a Rusia con Alemania por el fondo del B¨¢ltico, entre Vyborg y Greifswald. Recientemente, el funcionario subrayaba a V¨¦domosti que la UE dio el rango de "red energ¨¦tica transeuropea" al plan y lo valor¨® as¨ª como uno de los "proyectos energ¨¦ticos prioritarios para los intereses de toda Europa". En el pasado, el alem¨¢n Warnig fue oficial de la STASI (los servicios de seguridad de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana) y en 1991 inaugur¨® la oficina del Dresdner Bank en San Petersburgo, donde conoci¨® a Vlad¨ªmir Putin, hoy presidente de Rusia.

La UE necesitar¨¢ importar el 75% del gas que consume en menos de diez a?os

Polonia es hostil a los planes, pese a que Merkel ha garantizado el acceso al gas

En 2005, Putin y el entonces canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der apadrinaron la conexi¨®n directa entre Gazprom, el consorcio controlado por el Estado ruso, y su principal cliente europeo. Schr?der encabeza ahora el Consejo de Administraci¨®n de la Corriente del Norte, la empresa constituida por Gazprom (51%), Wintershall (24,5%) y EON Ruhrgas (24,5%).

La Corriente del Norte, que a la larga podr¨ªa canalizar la producci¨®n del campo de Shtokman, en el ?rtico, transportar¨¢ 55.000 millones de metros c¨²bicos anuales de gas a partir de 2012 y comenzar¨¢ a funcionar en 2010 a la mitad de su capacidad. En territorio ruso se est¨¢ construyendo una conducci¨®n suplementaria de 920 kil¨®metros para acoplarla al gasoducto submarino, que requiere un m¨ªnimo de 5.000 millones de euros, adem¨¢s de estudios ecol¨®gicos (iniciados a fines de agosto) y negociaciones con Finlandia, Suecia y Dinamarca, los Estados ribere?os del B¨¢ltico, por cuyas zonas econ¨®micas pasar¨¢ el tendido, que evita la zona polaca. Warnig conf¨ªa en que todo el gas transportado se vender¨¢, ya que, seg¨²n ¨¦l, en 2015 la UE necesitar¨¢ importar el 75% del gas que consume. De momento, hay 14.000 millones de metros c¨²bicos anuales contratados.

Polonia es hostil a estos planes, pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, dio garant¨ªas a su hom¨®logo polaco, Yaroslav Kachinski, sobre el acceso al mercado del gas europeo. Los polacos seguir¨¢n recibiendo gas de Rusia cuando se inaugure la Corriente del Norte, pero, desde la perspectiva de Varsovia, el Kremlin podr¨¢ utilizar entonces los actuales gasoductos como instrumento de presi¨®n pol¨ªtica. "Hoy Rusia no puede cortar los suministros a Polonia porque sufrir¨ªan los pa¨ªses de Europa occidental", dijo el jefe del Senado polaco, Bogdan Borusevich, en Mosc¨². Varsovia no tiene inter¨¦s en sumarse a la Corriente del Norte, sino en conservar el privilegio del tr¨¢nsito. Su l¨®gica, en este caso, se parece a la de Mosc¨² y otros jugadores de la geoestrategia energ¨¦tica, empe?ados en diversificar las opciones propias y reducir las opciones de los dem¨¢s. Funcionarios del Departamento de Estado norteamericano apoyaron a Polonia y aconsejaron a los europeos apoyar m¨¢s las rutas de transporte desde el Caspio, v¨ªa Azerbaiy¨¢n, es decir, las alternativas a Rusia.

La ruta directa entre Rusia y Alemania deval¨²a a Polonia, Bielorrusia o Ucrania como territorios de tr¨¢nsito, pero no las invalida. Alexandr Medv¨¦dev, vicedirector ejecutivo de Gazprom, calculaba que un 60% de las exportaciones de gas a Europa seguir¨¢n pasando por Ucrania, en lugar del 80% actual, cuando est¨¦ construida la Corriente del Norte. La estrategia actual de sentarse en los gasoductos y oleoductos y "retorcerles el brazo a todos" est¨¢ condenada a fracasar, porque los otros pa¨ªses encontrar¨¢n siempre una salida, afirma el presidente del Instituto de Pol¨ªtica Energ¨¦tica, Vlad¨ªmir M¨ªlov. "No existe una dependencia fatal en ninguna parte", se?ala el especialista, seg¨²n el cual "si la energ¨ªa es un arma, se trata de un bumer¨¢n".