La larga mano de Pi?ch en Volkswagen
El nieto de Porsche desplaza a Pischetsrieder y lo sustituye con su protegido Martin Winterkorn
La frase "Pi?ch es ahora el nuevo presidente", dicha el mi¨¦rcoles por un ejecutivo de Volkswagen a un redactor del diario S¨¹ddeutsche Zeitung es tan verdadera como falsa y resume la situaci¨®n que se vive en el mayor fabricante europeo de coches. Es falsa porque el nuevo presidente de Volkswagen se llama Martin Winterkorn y es cierta porque quien mueve realmente los hilos es Ferdinand Pi?ch.
Pi?ch tiene asegurado a largo plazo el control sobre VW a trav¨¦s de Porsche, empresa que pertenece a su familia y de la que ¨¦l posee el 13%
El nuevo presidente, Martin Winterkorn, tiene 59 a?os y viene de la filial Audi, donde dirige los destinos de las marcas Audi, Seat y Lamborghini. Pero con la eliminaci¨®n del a¨²n presidente, Bernd Pischetsrieder, su antecesor en ese cargo y actual presidente del consejo de vigilancia, Ferdinand Pi?ch, de 69 a?os, ha dejado claro qui¨¦n manda tras las bambalinas en Volkswagen.
A partir de ahora, Pi?ch tendr¨¢ a¨²n menos resistencia para imponer su voluntad en el grupo automovil¨ªstico. Y eso a pesar de que su cargo no le habilita para meterse en la gesti¨®n de la empresa. El consejo de vigilancia no es m¨¢s que un ¨®rgano de supervisi¨®n de la presidencia de la empresa y de representaci¨®n de los intereses de los accionistas y de los empleados a partes iguales.
Como tal, tiene potestad para nombrar a los miembros de la presidencia. Pero la destituci¨®n por sorpresa de Bernd Pischetsrieder el martes ¨²ltimo por la tarde se asemej¨® m¨¢s a un golpe de Estado que a lo que est¨¢ previsto que sean sus funciones corporativas. Y no era ni mucho menos su primer acto de fuerza.
Uno de los ¨²ltimos ¨¦xitos de Pi?ch fue la imposici¨®n, contra la voluntad de Pischetsrieder y de algunos miembros del consejo de vigilancia, de Horst Neumann como nuevo jefe de personal y miembro de la presidencia, en sustituci¨®n de Peter Hartz, que tuvo que dimitir a ra¨ªz del esc¨¢ndalo de sobornos al comit¨¦ de empresa. Pi?ch logr¨® imponer a Neumann, con el apoyo de los representantes de los trabajadores, en una reuni¨®n del consejo en la que no estaba previsto que se tratara ese tema. El primer sorprendido, igual que el martes pasado cuando se decidi¨® su propia marcha, fue Pischetsrieder.
Meses antes de que el ¨®rgano que preside Pi?ch decidiera sobre la prolongaci¨®n hasta 2012 del contrato de Pischetsrieder como presidente del grupo, Pi?ch dej¨® caer en la prensa que la renovaci¨®n no era segura, declaraci¨®n que fue entendida en los mercados como la aserradura de tres patas de la silla de Pischetsrieder. Finalmente se le renov¨® el contrato, pero entonces ya qued¨® claro que Pi?ch ve¨ªa a Pischetsrieder como un obst¨¢culo para sus planes y que buscar¨ªa la ocasi¨®n para quit¨¢rselo del medio.
Como motivo de la destituci¨®n se arguye que la mano de Pischetsrieder en el saneamiento de Volkswagen ha sido, a juicio de Pi?ch, muy poco diligente y decidida. Pero tambi¨¦n es cierto que en muchas ocasiones Pischetsrieder le contradec¨ªa y su manera de llevar la empresa no era del gusto de su antecesor. Y eso que Pischetsrieder no hace m¨¢s que corregir errores cometidos por Pi?ch cuando estaba al frente del grupo, entre 1993 y 2002.
Fue en su ¨¦poca cuando se negociaron con la plantilla salarios que superaban un 20% los del sector y la semana laboral de cuatro d¨ªas, dos de las principales causas de los problemas que tiene Volkswagen hoy en d¨ªa. Pero Pi?ch hab¨ªa acordado la paz con el sindicato IG Metall a cambio de que ¨¦ste le respaldara en sus arriesgados y car¨ªsimos caprichos de coches de lujo, varios de los cuales -la compra de Bugatti y Bentley, el lanzamiento del VW Phaeton- resultaron un fracaso y/o un sumidero de millones. Tampoco estaba Ferdinand Pi?ch de acuerdo en c¨®mo Pischetsrieder estaba orquestando la fusi¨®n de los fabricantes de camiones MAN y Scania, de los que Volkswagen es principal accionista.
Genio y figura
Con la entrada en 2005 de Porsche como principal accionista de VW (ya tiene un 25% y quiere aumentar hasta el 30%), Pi?ch tiene asegurado a largo plazo el control sobre la compa?¨ªa de Wolfsburgo a trav¨¦s de Porsche, empresa que pertenece a su familia y de la que ¨¦l posee el 13%. Fue su propio abuelo, Ferdinand Porsche, quien la fund¨® despu¨¦s de dise?ar el coche m¨¢s popular de Alemania: el escarabajo de VW.
Pero con Martin Winterkorn como presidente, Pi?ch ya ni siquiera tiene quien le lleve la contraria. Winterkorn entr¨® de su mano a la empresa en 1981 y ha realizado un trabajo brillante al frente de Audi, hoy por hoy la marca m¨¢s rentable del grupo. Winterkorn posiblemente ni siquiera tendr¨¢ que v¨¦rselas con Wolfgang Bernhard, el brazo derecho de su antecesor, cuya dimisi¨®n parece inminente. Su permanencia probablemente convertir¨ªa el trabajo de Winterkorn en un calvario lleno de enfrentamientos. Quien crea que el periodismo econ¨®mico es aburrido no tiene ni idea de lo apasionante que puede llegar a ser el culebr¨®n Volkswagen.
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